La pintura se extiende a todos los medios
La tendencia de la supremacía pictórica y su mestizaje de formatos llega a la feria, ya abierta al público
La tendencia internacional de una vuelta a la pintura, que ya se había observado en las ferias de Basilea y Bolonia, llega con fuerza a la 24ª edición de Arco, abierta al público desde las cinco de la tarde de ayer, tras dos jornadas dedicadas a los profesionales en las que se han realizado la mayor parte de las ventas por parte de los coleccionistas e instituciones públicas y privadas. Los visitantes se encuentran con grandes superficies de pintura, en lienzos de amplios formatos y en un mestizaje con otros medios, sobre todo el vídeo y la fotografía. Hay artistas que utilizan varias técnicas a la vez con un mismo proyecto y la contaminación llega a otros formatos tradicionales, como la escultura.
Tomás March: "La pintura, después de la crisis de atención, ha salido ganando"
Ben Cranfield: "Está subiendo mucho, pero es una pintura muy contaminada"
"La pintura no ha muerto", aseguran varios galeristas al entrar en el discurso de la muerte de la pintura desde los años ochenta y su continua vuelta a su presencia en el arte. El galerista Miguel Marcos, de Barcelona y Zaragoza, tiene su espacio lleno de obras de la generación que llama de "los años pintados", como Chema Cobo, Carlos Franco, Alfonso Albacete y Santiago Serrano, José Manuel Broto, entre otros. En la "nueva ola de pintura nueva" que ha llegado a la feria, defiende a estos artistas que desde finales de los setenta se mantienen en la práctica de la pintura, ahora olvidados de los programas de los museos públicos y que en su momento no se supo exportar como "imagen de España", como hicieron en sus países con la transvanguardia italiana y el neoexpresionismo alemán, que también se reflejó en otras ediciones de Arco.
El galerista Tomás March, de Valencia, con obras de Rafael Agredano, Xesus Vázquez, Patricio Cabrera y Chema López, cree que la pintura de ahora es mucho mejor, porque se ha beneficiado de las posibilidades abiertas por las nuevas tecnologías que se aplicaron a la fotografía. "Antes había mucha pintura mala, ahora hay también mucha fotografía mala. La pintura de ahora, después de la crisis de atención y valoración, se ha renovado y creo que ha salido ganando", declara.
En la galería Oliva Arauna, de Madrid, domina en el montaje de las obras un vídeo de animación de la artista Ruth Gómez que tiene el mismo tratamiento de un cuadro. La galerista opina que las nuevas tecnologías se han incorporado al medio pictórico y que, incluso la animación, que se suele considerar sólo vídeo, también tiene deudas con la pintura. En el caso de Ruth Gómez o Mateo Maté los dibujos realizados con ordenador pueden pasar al vídeo pero también se presentan en papel fotográfico, y así se exponen como piezas independientes.
El pintor Juan Uslé, con fotografías en la galería Soledad Lorenzo y en El Mundo, con imágenes de la guerra de Irak sacadas de la televisión, dice que tiene "fe y militancia" en la pintura pero admite que los artistas utilizan un mestizaje de medios. "El deseo de disparar con la cámara es como robar la realidad. Las imágenes de la guerra son las que yo tengo en la memoria, que después congelo y las coloco en unas cajas de luz con un formato doméstico para devolverlas al espectador. Me han dicho que son fotos muy pictóricas", declara.
Las referencias pictóricas en las fotografías son frecuentes en los recorridos de los visitantes de la feria. En Juana de Aizpuru, de Madrid, Yasumasa Morimura titula su serie "los nuevos caprichos" para que sus monstruos y figuras se identifiquen con Goya, mientras que en Javier López / Sandra Gering, de Madrid / Nueva York, Leo Villareal compone un cuadro con las composiciones de colores que ofrecen 20 tubos fluorescentes. En casi todas las galerías de los pabellones 7 y 9 se pueden encontrar piezas de distintos medios que son colgadas como cuadros, como ocurre en Moriarty, de Madrid, con la videoinstalación en dos canales de Manuel Saiz, donde personas y animales comparten movimientos y miradas.
Un ejemplo de videoescultura se encuentra en la galería Enrique Guerrero, de México, donde Yoshua Okon ha reunido tres pantallas con sonido para un nuevo Tarzán. En otros casos, como en la galería Bitforms, de Nueva York, Michael Rees se presenta sobre un pedestal una escultura en bronce que al lado se registra con movimientos en un DVD, mientras que Lincoln Schatz convierte a los visitantes en los personajes de su pantalla de plasma.
Y es que los artistas utilizan las técnicas de manera que se retroalimentan. "Hace algunas décadas hubo muchos artistas, como Jeff Wall o Bill Viola, que partían de la pintura para realizar sus obras en fotografía o vídeo", comenta Marta Gili, directora del departamento de artes visuales de la Fundación la Caixa. "Y ahora, por lo que he podido ver en Arco, hay un tipo de pintura figurativa o narrativa que parte de los estereotipos fotográficos, es un tipo de mirada que toma como referencia la representación de la realidad que hacen los medios, no la propia realidad".
No parece casual, de todas formas, que el pequeño apartado que Arco dedica en exclusiva a la pintura bajo el epígrafe Painting Today tenga como comisario a un británico, Brian Müller que ha seleccionado a cuatro galerías londinenses. En la memoria está todavía la famosa apuesta del poderoso coleccionista británico Charles Saatchi de variar el rumbo de su colección, hasta ahora dedicada al Brit Art, para dedicarse a la pintura de, sobre todo, las jóvenes generaciones. "Es cierto que la pintura está subiendo mucho, pero es una pintura muy contaminada que no tiene que ver con los expresionismos de los ochenta sino que es más conceptual, revisa la tradición pictórica con distancia o se apropia de diferentes medios", indica el galerista Ben Cranfield, de la londinense Houldsworth, que reconoce que aunque trabaja con todo tipo de artistas, en la próxima temporada piensa programar casi sólo pintura. En su pabellón puede verse, por ejemplo, la obra de Gordon Cheung, que pinta paisajes sobre las cotizaciones del Financial Times. Y también mestiza es la pintura de Jeff McMillan, que en la galería Program presenta obras realizadas tras sumergir parcialmente en botes de pintura cuadros tipo bodegón o marinas hallados en mercadillos. Para la galerista Dom Baal, de la galería homónima, el retorno a la pintura tiene mucho de "fashion" y también es un efecto mediático que actúa como un boomerang ya "cuanto más se habla de ello más atención atrae y más oferta se genera".
Babelia
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