Cada vasco consume 2,5 veces más recursos que los que le corresponde
Un informe cuantifica en 4,66 hectáreas las que requiere para vivir
Los hábitos de consumo de los vascos son insostenibles y si el resto del mundo utilizara el mismo volumen de recursos naturales, se necesitarían dos planetas y medio para vivir. El Gobierno ha elaborado por vez primera el estudio sobre la huella ecológica, que cuantifica en una superficie concreta los recursos consumidos y los residuos generados. En el País Vasco, se alcanzan las 4,66 hectáreas por habitante, cuando el límite sostenible sería 1,9. El impacto medioambiental mayor procede de las emisiones contaminantes provocadas por el transporte y las empresas.
La denominada huella ecológica es un indicador ambiental que se utiliza desde los 90 en Europa. Merced a un cálculo matemático, permite cuantificar en una superficie concreta los impactos del ser humano en la naturaleza y conocer así si se desbordan o no las posibilidades del planeta. Se analizan seis actuaciones sobre el suelo (los cultivos, los pastos, la actividad forestal, la producción biológica en el mar, la superficie construida y el área verde necesaria para absorber las emisiones contaminantes) y cuatro actividades que generan impactos, como la alimentación, el transporte, la energía de uso doméstico y los bienes y servicios.
Todos estos aspectos se transforman en unidades de superficie, lo que ilustra claramente el impacto. "Tiene un gran valor divulgativo y permite la comparación entre distintos ámbitos geográficos, económicos y sociales", explicó ayer el viceconsejero de Medio Ambiente, Iñaki Ezkurra, al presentar en Bilbao el informe, elaborado por la Unidad de Economía Ambiental de la Universidad del País Vasco.
Los datos obtenidos, referidos a 2001, indican que cada vasco requiere para su subsistencia 4,66 hectáreas, lo que supone dos veces y media más que la capacidad de la Tierra, ahora cuantificada en 1,9 hectáreas. "La Comunidad Autónoma Vasca muestra unas pautas de consumo globalmente insostenibles", resumió el viceconsejero de Medio Ambiente.
El País Vasco ocupa el vigesimosegundo lugar en el mundo en este denominado déficit ecológico, aunque está casi en la media de los países ricos. Los 1.900 millones de habitantes de las naciones desarrolladas requieren 4,69 hectáreas para vivir, mientras que las 4.062 millones de personas del Segundo y Tercer Mundo se quedan en una media de 1,13 hectáreas, por debajo de las posibilidades del planeta. "Nuestra huella ecológica es grande y nos estamos comiendo 2,5 veces el planeta", destacó José Luis Aurrekoetxea, director de la sociedad pública ambiental Ihobe, quien añadió que el impacto que provoca un vasco es diez veces mayor que el de un mozambiqueño.
Emisiones de CO2
El mayor impacto procede de las emisiones de dióxido de carbono (CO2), que provocan casi la mitad de la huella ecológica, debido fundamentalmente al transporte. "Es la mayor amenaza y el de mayores impactos medioambientales", apuntó Aurrekoetxea.
En cuanto a las actividades que consumen recursos, sobresale la alimentación, que absorbe el 42% de la superficie, y los bienes de consumo y servicios, que alcanzan el 41%.
Los datos de Euskadi coinciden con la media en España y sólo se ven superados en la UE de 15 países por Italia y Portugal, que registran, respectivamente, una necesidad de 3,84 y 4,47 hectáreas por habitante para su subsistencia.
En 2020, hasta 5,73 hectáreas por persona
La evolución del impacto de cada vasco en su entorno tampoco es optimista. En 1997, la media de superficie requerida era de 4,12 hectáreas, frente a las 4,66 alcanzadas en el estudio en 2001. Y la prospección realizada para 2020 sitúa el consumo en cerca de las 5,73 hectáreas, o sea tres veces más que la capacidad del planeta en caso de que ésta no se altere para entonces. El escenario dibujado sobre la base de que no haya cambios en los hábitos de consumo indica que el mayor crecimiento sería en el uso doméstico de energía (un 4,62% de aumento cada año) y el de bienes y servicios (un 4,64%).
Para hacer frente a ello, el Departamento de Medio Ambiente ha iniciado esta semana una campaña de sensibilización pública en la que, además de informar sobre los datos de esta huella ecológica, se han distribuido calendarios en los que se incluye un cuestionario que permite calcular el impacto de cada persona en su entorno. El resultado se obtiene a través de varias preguntas sobre el tipo de alimentación, el transporte utilizado, el uso de los electrodomésticos y la energía en el hogar, el tipo de vivienda, la separación de residuos o el lugar donde se realizan las compras. Iñaki Ezkurra admitió que la campaña no pretende un "cambio brutal" de los hábitos de consumo, "porque esto no es fácil", sino acercarse al desarrollo sostenible.
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