Constituido el consorcio del Parque de Investigación Biomédica

Un millar de investigadores, 30.000 metros cuadrados destinados a laboratorios y equipamientos científicos y 30 millones de euros de inversión: éstas son las grandes cifras que dan forma al Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PIBB). Ayer, en presencia del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, se cumplió el último trámite necesario para asegurar su viabilidad: la constitución del consorcio, formado por la Generalitat, el Ayuntamiento y la Universidad Pompeu Fabra.

Si se cumple el calendario de obras previsto, a finales de 2005 el parque pasará a engrosar la nómina de grandes instalaciones científicas con las que se está tejiendo la región biomédica catalana.

La visita de obras efectuada ayer por Maragall en compañía del alcalde de la ciudad, Joan Clos, y de los consejeros de Sanidad, Marina Geli; Universidades e Investigación, Carles Solà, y Economía, Antoni Castells, así como la rectora de la UPF, Rosa Virós, resultó ser mucho más que un repaso oficial al singular edificio que en unos meses debe acoger algunas de las propuestas científicas más emblemáticas de la ciencia española. En el ambiente se respiraba un cierto aire de inauguración avanzada de lo que parece consolidarse como una de las grandes propuestas estratégicas de "desarrollo económico preferente" del Ejecutivo catalán. Maragall concretó ayer esta propuesta en biomedicina como gran punta de lanza.

La aeronáutica y las ciencias del conocimiento, agregó, completan las áreas de crecimiento en las que se prevé mayor énfasis inversor, tal como avanzó en el debate de política general en el Parlament el pasado mes de octubre.

La opción biomédica representada por el PIBB, destacó Clos, se inspira en los modelos de equipamientos científicos que en estos momentos "están marcando la pauta" a nivel internacional. Las claves para que la apuesta resulte exitosa, opinó, pasan por reunir en un mismo entorno a investigadores, plataformas tecnológicas y de apoyo a la investigación, empresas y un gran centro médico.

En este caso, el hospital del Mar, el Instituto de Investigación Médica de Barcelona, el Centro de Regulación Genómica y el recientemente creado Centro de Medicina Regenerativa, que, impulsado por Juan Carlos Izpisúa Belmonte, debe ser uno de los referentes españoles en la investigación en células madre. A todo ello hay que añadir el vínculo con la Universidad Pompeu Fabra y el vivero de empresas de base tecnológica que pretende impulsarse.

En todo caso, el PIBB nace con la voluntad de "ofrecerse a todas las instituciones de investigación de la ciudad", señaló el alcalde Clos en referencia a otras plataformas científicas que están emergiendo en el territorio catalán.

Entre otras, el Parque Científico de Barcelona, que acogerá al futuro laboratorio de investigación en metástasis, impulsado por Joan Massagué; el Centro de Medicina Predictiva, que dirigirá Manuel Perucho en el hospital Germans Trias i Pujol de Badalona, y el centro en salud medioambiental que está esbozando el Departamento de Salud.

En cuanto a la opción aeronáutica, enfatizada por Maragall como "reto de futuro", Clos anunció la creación de un gran centro de transferencia de tecnología cuya principal función debe ser agrupar a las empresas del sector para facilitar la posibilidad de participar de los grandes proyectos europeos actualmente en curso, en especial la construcción del nuevo avión Airbus con el que la Unión Europea pretende mantener su liderazgo en aviación civil

El PIBB adoptará, según el protocolo de intenciones firmado ayer, la forma legal de consorcio. En él participarán el Ayuntamiento de la ciudad, la Universidad Pompeu Fabra y la Generalitat.

De este modo, el Consorcio de la Zona Franca, que hasta la fecha ha venido actuando como principal promotor inmobiliario y accionista mayoritario de la iniciativa, cederá su protagonismo a las demás instituciones en cuanto la nueva institución esté definitivamente formalizada.