Moratinos asigna a Sri Lanka la mitad de la ayuda de emergencia

Llegó dispuesto a dejar una tonelada de medicinas, saludar y seguir viaje hacia la rica Tailandia, pero apenas cinco horas después se mostró convencido de que Sri Lanka bien merece un esfuerzo. El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, anunció anoche en Colombo, primera etapa de su gira por el escenario del maremoto, que la mitad de los cuatro millones de euros aprobados por el Gobierno como ayuda urgente a la catástrofe serán para los esrilanqueses. Ningún ministro español había pisado hasta ayer esta humilde isla del Índico.

Probablemente, Moratinos no es el único pionero en el carrusel de representantes nacionales que confluyen estos días en el caos circulatorio de un país de 19 millones de habitantes y un PIB per cápita de unos 900 dólares (685 euros). Cuando llegó el ministro español, sobre las ocho de la mañana de ayer, hora peninsular española, se iba su colega alemán, Joschka Fischer; la comitiva española se cruzó con otra irlandesa, del mismo nivel, en el traslado de retorno al aeropuerto y, antes de tomar el avión, Moratinos hubo aún de detenerse a saludar a la viceministra italiana de Exteriores, Margarita Boninver.

Este auténtico trajín, que mantiene permanentemente ocupados al primer ministro, Mahinda Rajapaksa, y al titular de Exteriores, Lakshman Kadirgamar, con los que ayer se entrevistó el enviado español, responde a la magnitud de una tragedia que en el aspecto cotidiano de la capital y sus inmediaciones no ha dejado rastro, pero que la Cruz Roja Internacional resume con estos datos: 30.240 muertos, 3.850 desaparecidos, 15.683 heridos y 833.780 desplazados.

"Miles de personas siguen sentadas, sin nada, ni siquiera agua potable, junto a los restos de sus casas, como el primer día después del tsunami. Aquí la ayuda llega con cuentagotas. Ya está bien de promesas. Hay que cumplirlas", explicó ante el ministro Miguel Ángel Rodríguez, representante de la Cruz Roja Española.

Observadores locales reconocen que hay corrupción. Los cooperantes españoles constatan que la ayuda se distribuye peor en los territorios de la minoría tamil (18% de la población), donde, desde febrero de 2003, rige una difícil tregua en un conflicto independentista que se ha cobrado 65.000 vidas en 20 años. Moratinos informó a la prensa de que las autoridades esrilanquesas le habían asegurado que no hay discriminación alguna en el reparto de la ayuda.

El tiempo está contribuyendo, en cualquier caso, a enfriar el espíritu de solidaridad que la tragedia había despertado incluso entre soldados y rebeldes, según observadores locales, que lamentan que la política lastre lo que podría ser un impulso decisivo para el proceso de paz. También el representante permanente de la Comisión Europea en el país, Wouter Winton, se mostró preocupado por estos desarrollos y estimó que la UE podría condicionar en un par de semanas sus ayudas a que se mantenga el proceso de paz.

Turismo e infraestructuras

Moratinos destacó, por su parte, que sus interlocutores habían insistido en que la incidencia del maremoto en la tregua es ante todo positiva. En ese contexto, el ministro comprometió la cooperación española para la reconstrucción de los sectores pesquero y turístico de Sri Lanka, lo que podría lograrse con un programa de microcréditos, dijo, y también para el desarrollo de infraestructuras, que podrían financiarse, precisó, con parte de los 50 millones de créditos FAD aprobados para esta emergencia.

Si a eso se le suman los dos millones de euros en ayuda humanitaria de emergencia que corresponderán al país, Sri Lanka va a pasar de ser un país que no tenía relación alguna con España -ni siquiera un director general de Exteriores lo había visitado- a ser un receptor destacado de ayuda española. Claro que hasta el mes pasado ésta se cifraba en 17 millones de euros anuales para toda Asia y ahora supera los 55 millones de euros sólo en el Índico.