Sharon logra formar el Gobierno israelí que acometerá la retirada de Gaza
El Parlamento aprueba un Ejecutivo de coalición entre nacionalistas del Likud y laboristas
Ariel Sharon y Simón Peres han vuelto a darse la mano. Los dos líderes son desde ayer las piezas fundamentales de una nueva coalición constituida por laboristas y nacionalistas del Likud, a los que se han sumado dos formaciones minoritarias. La misión de esta coalición es histórica: hacer realidad la retirada israelí de la franja de Gaza, desmantelar al mismo tiempo 21 asentamientos en los que viven unos 7.000 colonos y restablecer el diálogo con los palestinos. El Gobierno contó ayer con la aprobación del Parlamento: 58 diputados votaron a favor, 56 en contra y hubo 6 abstenciones.
Doce de los 40 diputados del Likud en la Knesset votaron en contra del nuevo Gabinete para impedir que se lleve a cabo la retirada de Gaza. Cinco diputados pacifistas de izquierda del partido Yahad, que lidera Yosi Beilin, votaron a favor, al igual que cuatro de los cinco representantes del partido religioso Unidad de la Tora y el Judaísmo. Los 21 diputados laboristas dieron el sí.
La votación y el debate parlamentario fue seguido por el juramento de nueve nuevos ministros, entre los que destaca el líder laborista Simón Peres, que no tiene cartera pero que ocupa el cargo de viceprimer ministro, con el mismo rango que Ehud Olmert, ex alcalde de Jerusalén, miembro destacado del partido Likud. Asimismo juraron su cargo otros ocho laboristas más, todos ellos barones destacados del partido: Isaac Herzog en Vivienda; Ophir Pinies en Justicia; Benjamín Ben Eliézer para Infraestructura; Dalia Itzik para Comunicación; Shalom Simhon para Medio Ambiente, a los que se añaden dos ministros sin cartera: Matan Vilnai y Haim Ramon.
Laboristas y Likud configuraron ya una coalición gubernamental hace tres años, que duró 24 meses, desde marzo de 2001 a febrero de 2003. Aquella coalición, que juntó a Peres y Sharon, se rompió como consecuencia de la salida de los laboristas. Esta ruptura hizo caer al Gobierno y convocar unas elecciones que perdieron.
La votación parlamentaria movilizó ayer a millares de colonos, venidos de los asentamientos de Cisjordania, Gaza y Jerusalén, que tomaron las calles de la ciudad, asediaron la Knesset y provocaron un caos en la circulación durante todo el día. Los colonos más activos se distribuyeron en los cruces de la capital agitando banderolas y pancartas, en las que se reivindicaba el derecho a continuar en Gaza, al tiempo que distribuían panfletos y octavillas a los viandantes.
Las manifestaciones de los colonos israelíes coincidieron con otra movilización importante protagonizada por numerosos soldados, que han manifestado su decisión de desobedecer las órdenes de los mandos de desalojar a los colonos de Gaza. El movimiento de rebelión ha empezado a preocupar a las autoridades israelíes que desde hace tiempo tienen problemas con los militares de izquierdas y pacifistas, que no quieren luchar, ni actuar en los territorios palestinos.
El Ministerio de Defensa ha decidido pasar a la reserva o dejar sin mando efectivo a un grupo de oficiales que firmaron e hicieron pública una carta convocando a los demás compañeros a que, llegado el momento, desobedecieran las órdenes de desalojar a los colonos de los asentamientos de Gaza.
La situación es muy delicada, ya que amenaza con abrir un conflicto entre dos sectores de la sociedad israelí. Por ello, el Gobierno planea llevar a a cabo la salida de Gaza y la evacuación de los colonos de manera expedita, en una operación que podría durar poco menos de 12 semanas, según anunció anoche la televisión estatal israelí. Este anuncio puede caldear aún mas los ánimos de los colonos, que preconizan como próxima etapa una campaña de desobediencia civil.
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