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Reportaje:EL CONFLICTO EN ORIENTE PRÓXIMO | Las elecciones palestinas

Abu Mazen tiende la mano a Israel

El nuevo presidente de la Autoridad Palestina anuncia que está preparado para la paz

Mahmud Abbas (conocido como Abu Mazen), nuevo presidente de la Autoridad Nacional Palestina, anunció ayer que está preparado para la paz. El presidente electo lanzó este mensaje a los israelíes poco después de que la Comisión Electoral de Ramala anunciara oficialmente los resultados provisionales de las elecciones del domingo. Los datos aseguran que el candidato oficialista ha obtenido el 62,3% de los votos, más de 40 puntos por delante de su rival, el independiente Mustafá Barguti, que logró el 19,8%. Su triunfo en las elecciones está siendo acogido favorablemente por la comunidad internacional, especialmente por EE UU e Israel, que consideran que su llegada a la presidencia supone una "nueva esperanza" tras cuatro años de Intifada.

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"Tendemos la mano a nuestros vecinos", los israelíes, "y esperamos que la respuesta sea positiva", aseguró ayer el nuevo presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Abu Mazen, en las primeras declaraciones efectuadas tras conocerse oficialmente los resultados de los comicios. Abu Mazen efectuó estas manifestaciones en el cuartel general de la Mukata, en Ramala, ante un grupo de observadores internacionales desplazados para seguir el escrutinio del domingo. En el mismo acto el presidente aseguró que el marco para el diálogo con los israelíes era la Hoja de Ruta, que él mismo firmó con Ariel Sharon, en junio del 2003, en Aqaba (Jordania).

Las declaraciones de Abu Mazen eran una respuesta directa a la propuesta de diálogo avanzada la noche anterior por el primer ministro israelí, Ariel Sharon, que, al conocerse los primeros sondeos a pie de urna, dio por válidos los datos, e invitó públicamente al nuevo presidente a celebrar una cumbre bilateral "lo antes posible", poniendo así fin a la congelación de las relaciones decretada desde Israel como represalia de la Intifada. Ayer nuevamente Sharon volvió a dirigirse al sucesor de Yasir Arafat.

"En la actual situación, tras las elecciones, lo principal es centrarse en lo que los palestinos hacen para combatir el terrorismo. Un alto el fuego es una cuestión interna palestina en la que Israel no tiene nada que ver, pero si hay calma en un primer momento, Israel responderá con calma", aseguró el primer ministro. El dirigente israelí reclamó asimismo a Abu Mazen que luche contra el terrorismo y destruya su infraestructura.

El entusiasmo de los israelíes y del resto de la comunidad internacional en relación con la victoria de Abu Mazen contrasta con la cautela de las fuerzas políticas palestinas de Cisjordania y Gaza, que han acogido su triunfo con silencio. Las únicas excepciones han sido el partido fundamentalista Hamás, la principal fuerza opositora, que había propugnado el boicoteo de estas elecciones, y Yihad Islámica. Las dos organizaciones aceptaron el triunfo del dirigente de Al Fatah, aunque al mismo tiempo aseguraron que continuarían la lucha armada contra las fuerzas ocupantes.

"Continuaremos nuestra vía de la resistencia y de la yihad (guerra santa). No hablaremos de tregua mientras prosiga la escalada de violencia israelí. Proseguiremos los ataques con misiles Qassam y los disparos, si las agresiones continúan", anunciaba ayer desde Gaza uno de los portavoces de Hamás, Mushir al Mashri.

El triunfo del presidente Mahmud Abbas se está viendo sin embargo ensombrecido por notables irregularidades cometidas en las elecciones, como consecuencia de la decisión de la Comisión Electoral Central de cambiar las reglas del juego el día de las votaciones con dos decisiones polémicas; prolongar los comicios durante dos horas y permitir que los ciudadanos votaran sin más requisito que presentar su carnet de identidad. Las dos decisiones fueron adoptadas a media tarde, mientras en la mayoría de los colegios electorales se registraba un índice "preocupante" de participación.

"La única presión que hemos recibido es la de los votantes, que nos llamaban por teléfono y aseguraban que no sabían dónde tenían que votar", aseguraron ayer públicamente los responsables de la Comisión, descartando así las sospechas de que el cambio en el procedimiento de votación hubiera sido dictado desde la cúpula de la Administración palestina, en un esfuerzo por "engordar" la victoria del candidato oficialista y respaldar su legitimidad. El portavoz añadió en esta línea que la Comisión se encontraba ante el dilema de "dejar fuera de las elecciones a un número importante de votantes o cambiar las reglas sobre la marcha".

Las dudas son muchas, incluidas las sospechas de que numerosos ciudadanos pudieran haber votado más de una vez, aprovechando el cambio de las reglas y gracias, además, a un fallo técnico del equipo electoral: la tinta con la que se marcaba el dedo de los electores una vez colocada su papeleta en las urnas podía fácilmente ser borrada con agua o simplemente con saliva. El tema no es banal, ya que todo ello puede provocar un aluvión de reclamaciones en los tribunales y provocar a su vez un retraso en la proclamación oficial de los resultados y del candidato ganador.

En medio de esta confusión, la Comisión Electoral se negaba ayer a facilitar datos oficiales de participación en las elecciones, alegando que no tenía conocimiento exacto de cuántas personas forman el cuerpo electoral palestino, ya que el censo de población no está actualizado. El único punto de referencia son las listas de inscripción electoral, en las que se encuentran 1.100.000 ciudadanos registrados. Oficiosamente se aventuró ayer un índice de participación de un 66%.

El representante de la UE para Política Exterior, Javier Solana (izquierda), y Abu Mazen, ayer en Ramala.
El representante de la UE para Política Exterior, Javier Solana (izquierda), y Abu Mazen, ayer en Ramala.REUTERS

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