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Los médicos de nueve hospitales vascos respaldan la protesta contra Osakidetza

Sanidad pide "sentido común" a los facultativos y confía en resolver el conflicto

La protesta de los médicos (huelga de celo, como la define Osakidetza, y "optimización" del trabajo, en la definición de los facultativos) se extiende ya a nueve hospitales vascos, según los datos de sus promotores. La Federación de Facultativos, única entidad que representa exclusivamente a los médicos de hospital vascos, negó ayer "con rotundidad" que estén realizando una huelga de celo. "Si aplicamos a rajatabla los protocolos, en el momento actual [se] provocaría un colapso inmediato del sistema [sanitario]", afirmó la federación. Los médicos recalcaron, sin embargo, que su iniciativa "no tiene retorno". Las Urgencias volvieron a funcionar ayer sin problemas de saturación.

La protesta, cuyas primeras consecuencias en forma de colas en Urgencias se vivieron en los hospitales vizcaínos de Cruces y Galdakao, cuenta además con el apoyo, tras las votaciones en asamblea, de los centros de Santa Marina y San Eloy, en Vizcaya; el complejo Donostia y los hospitales Zumarraga, Arrasate y Mendaro en Guipúzcoa, y el de Txagorritxu, en Vitoria, el último en sumarse tras la reunión celebrada el jueves, según el portavoz de la Federación de Facultativos, Pedro Aspizua. "Podemos decir que el 95% [de los médicos] nos apoyan", recalcó. Estos respaldos se han ido produciendo en el último mes, agregó Aspizua, quien aportó datos concretos de las fechas de los acuerdos en asamblea. Pese a ello, los principales sindicatos guipuzcoanos señalaron que en los hospitales de este territorio no existe un acuerdo para apoyar la denominada "optimización".

La Federación de Facultativos es , junto al Sindicato Médico, la única asociación sindical que agrupa a estos profesionales en Euskadi. En las últimas elecciones sindicales, celebradas hace cinco años, obtuvo el 1,3% de los votos de los 26.000 empleados de Osakidetza (los facultativos de hospitales, el colectivo al que se dirige en exclusiva, suman cerca de 3.000) y el Sindicato Médico, que agrupa a todos los profesionales de la medicina (más de 5.000), desde los médicos rurales y atención primaria hasta los de los grandes centros, logró el 11,4%.

La federación, que ayer explicó públicamente por vez primera su postura, insistió en negar la existencia de una huelga de celo. "Intentamos, sí, mejorar nuestro trabajo, aunque ello ponga al descubierto deficiencias estructurales o de diseño", indicaron sus portavoces.

Los representantes de la federación pretenden una paulatina mejora en la atención respecto a la situación actual, cuando se "saltan pasos, se abrevian plazos más allá de lo razonable y se omiten pruebas y controles". Explicaron que es práctica habitual conceder el alta a pacientes aunque estén pendientes análisis y resultados porque los facultativos intuyen "que van a salir normales. Así se liberan las camas". "Hemos llegado a que, por ejemplo, en Galdakao las estancias medias hayan bajado a cifras récords en todo el Estado", afirmó el doctor Iñaki Lekuona.

"Los médicos vamos a recuperar el control de las pautas de nuestro trabajo", explicó Pedro Aspizua, quien añadió que la conducta hasta ahora de "tapar las deficiencias estructurales" ha significado "perpetuarlas".

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El portavoz de la federación enfatizó que el conflicto, motivado por la retribución de las guardias, un sistema de desarrollo profesional o reemplazar los contratos eventuales por ordinarios, "no es una cuestión de dinero; decir eso es demagogia barata". Enviaron un "mensaje de tranquilidad" a los pacientes tras las declaraciones del jueves del director general de Osakidetza, Josu Garai, quien acusó a estos médicos de utilizar a los enfermos como "rehenes".

Consideró que Garai demostró "prepotencia e incompetencia" y señaló que los problemas de saturación han sido "magnificados" por Osakidetza. "El paciente está bien atendido y funcionamos igual de mal o bien de siempre. Lo que padecen los pacientes, cada vez más, son las inclemencias de la llamada mejor sanidad del mundo". La federación aseguró que los médicos no pretenden realizar guardias, pero se les obliga a ello. "Si es así, que nos las paguen como lo que son, extraordinarias, y no los nueve euros netos por hora" que perciben.

El consejero de Sanidad, Gabriel Inclán, reclamó ayer "sentido común" a los médicos que secundan la protesta y se mostró confiado en un acuerdo. A su juicio, es posible un pacto sobre la mejora de las condiciones laborales, "tanto en dinero como en horas" o en el desarrollo profesional, pero precisó que si pretenden "ganar 125.000 de las antiguas pesetas un domingo por una guardia, desde ahora les digo que no". Inclán aseguró que los sueldos en Osakidetza están "entre los cinco o seis primeros del Estado".

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