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EXAMEN A LA SECUNDARIA

Los grandes países desarrollados se lanzan a la autocrítica

Alemania se plantea una reforma, y Francia lanza mensajes catastrofistas

Gabriela Cañas

El Informe PISA 2003, publicado el lunes por la OCDE, no ha dejado indiferentes a los grandes países. Salvo Japón, ninguno ha sido capaz de situarse entre los diez mejores. Francia observa con resignación su mediocre posición, justamente por encima de la media, mientras en Estados Unidos se destaca la pésima relación coste/beneficio. En Alemania, la ministra de Educación propone reformas, y en Italia, el que peor resultados obtiene de todos ellos, se destaca la nutrida nómina de enseñantes, la más alta del mundo.

"La gente no lo sabe, pero asistimos a un naufragio"... "Nos gustaría que los alumnos adquirieran una mejor cultura general, pero está lejos de ser el caso", asegura en las páginas de Le Figaro Laurent Lafforgue, distinguido matemático miembro de la Academia de Ciencias. Los resultados de los estudiantes franceses de quince años en el Informe PISA no son, sin embargo, catastróficos.

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Tanto en matemáticas como en lectura, como en conocimiento científico, Francia está por encima de la media de la OCDE. Pero el estancamiento que refleja el nuevo estudio mientras otros progresan y la constatación de que sus pequeños vecinos, Holanda y Bélgica, están en todas las materias muy por delante son datos que inquietan al ministro de Educación, François Fillon, que constataba ayer una "lenta erosión respecto a otros países europeos" en un país que gasta más que sus pares europeos en secundaria. El informe critica, además, a Francia por apostar por un sistema muy competitivo, que genera poca equidad.

Pero si hay algún campeón de la falta de equidad, éste quizá sea Alemania, un país que ha obtenido en 2003 mejores notas que en 2000 (está en torno a la media de la OCDE), pero en el cual la extracción socioeconómica de la familia es un factor clave para el éxito escolar de los adolescentes. Los hijos de un padre o madre que no haya completado la secundaria tienen tres veces más posibilidades de estar a la cola en resultados que el resto, y el éxito en matemáticas de los nativos es muy superior que el de los que no lo son, en una distancia que sólo supera Bélgica.

"En mi país siempre se alega que el problema es que hay demasiados inmigrantes, lo que dificulta la mejora del sistema", dice el director del informe, Andreas Schleicher, "pero Hong Kong tiene el doble de inmigrantes y tiene un sistema más exitoso e igualitario". "Tenemos que preguntarnos si la selección temprana de los niños de diez años, después del cuarto año, es el camino correcto", señaló ayer la ministra de Educación, Edelgard Bulmahn, informa Efe desde Berlín.

La OCDE no aporta datos del Reino Unido por no ser suficientemente representativos, una situación que indica la desidia de Londres sobre el asunto y, quizá, lo que es peor, el deterioro de su sistema. La próxima semana se dará a conocer un estudio; mientras tanto, con los datos disponibles, Italia es, de entre los grandes países de la UE, el que sale peor parado en el Informe PISA 2003. Tanto en matemáticas como en lectura, como en ciencias, los resultados colocan a Italia a la cola de la OCDE, siempre por debajo de España y muy cerca de Grecia y Turquía.

Uno de cada cuatro estudiantes adolescentes italianos es incapaz de alcanzar el nivel mínimo en matemáticas. Aunque ha habido una ligera mejoría en los resultados respecto al año 2000, ésta se debe sólo a la mejor preparación de los que ya eran buenos. Además de no invertir en educación al nivel recomendado por la OCDE (algo que ocurre también en España y EE UU), su sistema es ineficiente en relación coste-beneficio, está sobrecargado con el mayor número de enseñantes del mundo, como denunciaba ayer Il Sole-24 Ore, y hay muchas desigualdades regionales. Las escuelas del norte son mucho mejores, por lo general, que las del sur. Pero Italia aporta un par de datos positivos: su sistema no es competitivo y la escuela pública obtiene mejores resultados que la privada, lo que es una excepción que comparte con unos pocos países exitosos como Finlandia o Japón.

Uno de los países más grandes y ricos, EE UU, sale también mal parado. Situado a un nivel similar al de España en resultados escolares, a pesar de gastar casi el doble por alumno, el sistema estadounidense adolece de una gran ineficiencia. De hecho, registra el resultado más pobre por cada dólar invertido. A diferencia del español, el sistema estadounidense es, además, muy poco igualitario. Las diferencias socioeconómicas marcan en exceso el resultado de los estudiantes. Los hijos de madres solteras tienen 1,5 más probabilidades que el resto de quedarse en el pelotón de los rezagados, y a pesar de su poderío científico y económico, sólo el 2% de sus adolescentes alcanza en matemáticas el nivel de excelencia frente al 9% en Bélgica o el 8% en Japón. La mayor parte de los países de la UE superan su nivel de excelencia. Lo más positivo de este gran país es la confianza que demuestran sus estudiantes en sí mismos. El 72% dice ser bueno en matemáticas frente al 25% en Hong Kong, un país que en este terreno está en el número uno mundial.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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