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Italia y España promoverán en la UE una red de alerta contra el robo de explosivos

Berlusconi acepta la invitación para participar en la campaña de la Constitución europea

José Luis Rodríguez Zapatero y Silvio Berlusconi avanzaron ayer en amistad y conocimiento mutuo, aunque, por falta de tiempo o porque sus visiones de muchos problemas divergen, encuentren dificultad para concretar sus relaciones en resultados precisos. El compromiso de promover en la UE una red de respuesta rápida a los robos de explosivos y otro acuerdo para promover conjuntamente las respectivas industrias del turismo son los principales resultados anunciados ayer por el presidente del Gobierno y su homólogo italiano, tras más de cinco horas de conversaciones.

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Las dos partes acordaron, además, realizar un seminario para estudiar aspectos relativos al trabajo y a la inmigración, un terreno en el que Zapatero destacó que España realiza un esfuerzo, al hilo de los planes de regularización, paralelo al de Italia por normalizar su economía sumergida, de cuya reducción efectiva no se observan indicios claros.

Berlusconi subrayó, en cambio, otros logros más próximos a sus intereses, como el deseo común de que la UE abra cuanto antes negociaciones para el ingreso de Turquía, aunque ese proceso esté llamado a durar al menos 10 años, según dijo. E insistió, sobre todo, en la buena voluntad de Zapatero para que la UE flexibilice el Pacto de Estabilidad, incompatible con el ingente déficit italiano. Zapatero, por su parte, anunció entonces que España e Italia son unánimes en cuanto a la necesidad de defender los fondos de cohesión comunitarios "con firmeza".

Dado que el interés italiano por estos fondos en mucho menor que el español, y que España no tiene en absoluto el problema presupuestario italiano, hay que entender estos movimientos como los habituales intercambios de apoyos en la vía de una vocación europeísta a la que los dos líderes recurrieron para definir las coincidencia esencial entre sus países y entre ellos mismos.

"España e Italia son dos países perfectamente europeístas", dijo Zapatero en la rueda de prensa conjunta celebrada tras el encuentro. El presidente confirmó, además, que, por invitación suya, Berlusconi vendrá a España a hacer campaña por el referéndum de la Constitución europea, programado para el 20 de febrero, como lo harán el francés Jacques Chirac o el alemán Gerhard Schröder.

El presidente del Gobierno italiano, que hasta no parece haber sido especialmente popular entre los españoles, destacó más el carácter mediterráneo común y la similitud cultural hispano-italiana para explicar la facilidad de este diálogo bilateral. "Seguiremos trabajando con este Gobierno como con el precedente".

Zonas de desencuentro

Fue evidente, sin embargo, que las zonas de desencuentro reveladas, por ejemplo, en las críticas de Berlusconi a la retirada española de Irak, persisten. Fuentes de las dos partes dijeron que en las conversaciones no se abordó siquiera la caótica situación del país del Golfo, y ninguno de los dos líderes se aventuró a elaborar ante la prensa un discurso mínimamente preciso acerca de la relación trasatlántica, porque pocas ideas comparten ahí.

Berlusconi tomó con humor la pregunta de si va ayudar a Zapatero a mejorar sus relaciones con George Bush. "No me permito dar consejos al presidente Zapatero, porque no entro nunca en casa de otro sin que me lo pidan, y no me lo han pedido".

También Zapatero fue versallesco cuando se le pidió opinión sobre las polémicas rebajas fiscales que su huésped acaba de conceder a los italianos más ricos. El presidente recordó su propia frase de subir los impuestos no es necesariamente de izquierda, como tampoco reducirlos.

Por lo demás, las coincidencias se extienden a la preocupación por la depreciación del dólar, si bien Berlusconi pareció más partidario de que actúe el Banco Central Europeo. Y en cuanto a la red europea contra el tráfico de explosivos, no hubo más precisiones que la afirmación por Zapatero de las ventajas que semejante sistema puede aportar a la prevención de atentados como los del 11-M.

Silvio Berlusconi y José Luiz Rodríguez Zapatero, tras la cumbre hispano-italiana en Cuenca.
Silvio Berlusconi y José Luiz Rodríguez Zapatero, tras la cumbre hispano-italiana en Cuenca.REUTERS

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