"Pinochet está completamente fuera. Ya no es relevante"

El democristiano Jaime Ravinet (Santiago de Chile, 1946) es ministro de Defensa de Chile desde que el pasado 1 de octubre relevó a Michelle Bachellet, la pujante socialista que renunció al cargo para tratar de ganarse la candidatura presidencial de la Concertación para 2005, cuando se elegirá al sucesor del presidente, Ricardo Lagos. De visita a España -hoy se entrevista con su homólogo español, José Bono-, el ex alcalde de Santiago de Chile está convencido de que la reparación de las víctimas del pinochetismo es básico para afianzar la democracia.

Pregunta. ¿Qué repercusiones tendrá el informe independiente que pone al descubierto que la tortura fue una práctica masiva de la dictadura de Augusto Pinochet?

"El Ejército ha sido muy valiente asumiendo su responsabilidad, pero es difícil satisfacer a todos"

Respuesta. El informe aún no se conoce; el presidente lo dará a conocer. Pero es el trabajo de una comisión de gente muy valiosa, con 35.000 testimonios. Es parte del proceso de reconciliación, que sólo puede basarse en la verdad y la justicia. La memoria de lo ocurrido tiene que hacer reflexionar para lograr un país mejor.

P. ¿No teme que el informe reabra heridas en lugar de contribuir a la reconciliación?

R. No lo creo. Cuando hay 30.000 familias afectadas por un dolor así, es muy difícil tener un país verdaderamente reconciliado. Buscar una reparación ética y simbólica en lo material es precisamente pacificar el país sobre bases sólidas como es la verdad.

P. ¿Le satisfizo que el Ejército asumiera su responsabilidad en la violación de derechos humanos?

R. Es una actitud muy valiente. El Ejército ha hecho una declaración importante asumiendo sus responsabilidades institucionales por la mala aplicación de una doctrina en un contexto histórico muy distinto al actual.

P. ¿Considera que también debería pedir perdón?

R. Es muy difícil satisfacer a todos. Lo importante es ir viendo cómo se va avanzando en lugar de fijarse en la parte vacía del vaso, en lo que aún falta por llenar.

P. ¿Usted da por culminada la transición en Chile?

R. Hace mucho que culminó; aunque el sistema democrático, como en cualquier otro país, es perfectible y va evolucionando.

P. ¿Pero está conforme con los mecanismos de relación entre el Gobierno y el Ejército que impone la Constitución de 1980?

R. El Senado ha aprobado recientemente modificaciones importantes que suponen avanzar hacia una democracia más profunda. Fueron objeto de acuerdo con la oposición, con lo que todo hace prever que a mediados del próximo año se materializarán.

P. ¿Hasta qué punto Pinochet, que hoy [por ayer] cumple 89 años, sigue condicionando la vida política chilena?

R. Para nada. Es un personaje que está completamente fuera. Ya no es un actor político relevante.

P. ¿Ni para la oposición?

R. A partir de su detención en en Londres [en 1998], se ha ido distanciando de él. Hoy sólo es referente para un entorno muy pequeño, integrado en su mayoría por antiguos generales retirados.

P. ¿Considera entonces que la derecha ya se ha homologado a la derecha europea clásica?

R. El cuadro político de Europa es distinto al chileno, donde la derecha es más de derecha. Pero hoy tiene más marcada la vocación democrática y su práctica en el Parlamento en los últimos 14 años ha ayudado a estabilizar y a hacer una transición exitosa.

P. ¿Qué futuro tiene la Concertación, que agrupa a socialistas y democristianos, si la transición ya ha culminado y la derecha se ha democratizado?

R. Me atrevo a decir que mucho. Lo que fue algo circunstancial -reconstruir la democracia- ha ido calando y hemos sido capaces de generar un crecimiento económico importante en el país con políticas sociales que han mejorado la condición de los sectores más pobres. Nos queda mucho por avanzar y, por tanto, es muy probable que sigamos unidos.

P. ¿Por quién apuesta como candidato de la Concertación?

R. Naturalmente, aspiro a que quien encabece la coalición sea democristiano. Sin embargo, lo más importante es que quien encabece el proceso tenga una alta dosis de legitimidad y de unidad.

P. ¿Comparte el objetivo de España de reforzar las Cumbres Iberoamericanas?

R. Ha sido una instancia de encuentro a la que asignamos enorme importancia. España es la puerta de entrada y salida más natural de Iberoamérica con Europa.