Un hospital valenciano crea el primer banco de tejido ovárico de España
El objetivo es preservar la función reproductiva de una mujer que va a recibir quimioterapia
Hace sólo unas semanas que un equipo médico belga anunció que había logrado que una mujer de 32 años, estéril tras un tratamiento de quimioterapia contra el cáncer, diera a luz una niña sana gracias a un trasplante de su propio tejido ovárico que los médicos le habían extraído hacía siete años, cuando aún era fértil. A partir de ahora, esta misma historia podrá repetirse en España, ya que el hospital Doctor Peset de Valencia ha recibido la acreditación para poner en marcha el que será el primer banco de tejido ovárico de España.
Las jóvenes que sobreviven al cáncer pierden la función ovárica en un 70 u 80% de los casos por la agresividad de los tratamientos anticancerígenos. Con el fracaso ovárico, las gónadas femeninas dejan de cumplir sus funciones endocrina (producción de hormonas) y reproductiva (formación de ovocitos). Hasta ahora sólo había dos soluciones: la terapia hormonal sustitutiva para restaurar el equilibrio hormonal y la congelación de un embrión fecundado para poder tener un hijo.
En 2010 uno de cada 250 adultos de entre 20 y 29 años va a ser superviviente de cáncer
El banco de tejido ovárico abre una posibilidad más alentadora: extraer muestras de un ovario de la paciente antes de que se someta al tratamiento de quimioterapia o radioterapia, conservarlas mediante técnicas de criopreservación, y reimplantarlas cuando el tratamiento haya finalizado y el cáncer haya remitido. De este modo se consigue que la paciente recupere su función hormonal y pueda tener un hijo propio de manera natural, sin necesidad de acudir a técnicas de reproducción asistida.
"En el año 2010 uno de cada 250 adultos entre 20 y 29 años va a ser superviviente de un cáncer. Si hacemos cuentas son muchas las mujeres jóvenes que, a esa edad, habrán tenido un cáncer y se habrán curado de él. Restablecer el equilibrio hormonal y devolver la posibilidad de ser madres a aquellas que hayan perdido la función ovárica va a ser fundamental", asegura Antonio Pellicer, jefe del servicio de Ginecología y Obstetricia del hospital Doctor Peset de Valencia e impulsor del banco de tejido ovárico.
Antes de obtener la acreditación para la extracción, conservación y reimplante de tejido ovárico autólogo (de la propia paciente), el equipo de Antonio Pellicer ha tenido que realizar múltiples ensayos para confirmar que la técnica funciona. Para ello, desde noviembre de 2002 los médicos han intervenido a 13 pacientes voluntarias, de más edad y a las que se les iba a extraer el útero por una patología uterina benigna. Estas pacientes han sido sometidas a la misma técnica que se aplicará a las primeras usuarias del banco de tejidos: el transplante de córtex ovárico ortotópico, una técnica innovadora que consiste en implantar el tejido en el mismo sitio del que se extrae. "Lo que quitamos y preservamos no es todo el ovario, sino sólo su corteza, que es donde se encuentran los folículos, y el resto del ovario, que es la médula que le da sustento a la corteza, lo dejamos. Así, lo que hacemos es quitar la corteza del ovario derecho, que es la más rica en folículos, y la otra la dejamos".
"Una vez curada la paciente", prosigue, "retiramos la corteza del ovario que habíamos dejado y, sobre esa médula más sana, porque ha estado protegida por la propia corteza, implantamos el tejido que habíamos congelado", explica María Sánchez, responsable técnica del proceso de extracción e implantación del hospital valenciano. La experiencia previa de esta técnica se hizo con 13 pacientes voluntarias, de las cuales en 11 casos se saldó con éxito.
Dado que hay algunos tipos de cáncer, como el de mama, que comienzan a diagnosticarse en mujeres cada vez más jóvenes, la posibilidad de conservar la función ovárica en jóvenes menores de edad e incluso niñas a través de la criopreservación de su tejido ovárico va a ser cada vez más demandada. "Asegurar a estas adolescentes la recuperación de la función ovárica va a ser fundamental para que, a través de un equilibrio hormonal normal reestablecido, se desarrollen de manera natural como cualquier otra niña", explica María Sánchez.
Hasta ahora, la única posibilidad de embarazo para las mujeres que querían tener un hijo después de sobrevivir a un cáncer era la implantación de un embrión fecundado y congelado antes de la quimioterapia. "Aunque la transferencia de embriones es la única técnica clínicamente establecida y la nuestra sigue siendo experimental, es evidente que la implantación de embriones no tiene sentido en el caso de niñas o adolescentes y, además, no preserva la producción de hormonas", aclara Antonio Pellicer.
El banco de tejido ovárico, que se instalará dentro del Banco de Tejidos de la Comunidad Valenciana, acogerá las muestras de mujeres con un perfil muy específico. Las candidatas son cualquier mujer menor de 35 años que vaya a ser sometida a un tratamiento de quimioterapia o radioterapia que se conozca deletéreo para sus ovarios, o sea, aquellas a las que se les vaya a tratar con agentes gonadotóxicos, según Pellicer. Los expertos consideran que a partir de los 35 años no merece la pena conservar el ovario porque comienza a perder muchos folículos de manera natural como parte del proceso que desemboca en la menopausia.
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