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Tres detenidos en Sevilla por explotar a inmigrantes en olivares, donde malvivían

Los trabajadores cobraban 20 céntimos por kilo recogido y pagaban a los manijeros

112 inmigrantes trabajaban de sol a sol y vivían en condiciones infrahumanas en olivares de Sevilla, donde se alojaban en chamizos construidos con plásticos y cañas, sin instalaciones higiénicas. La Guardia Civil y los funcionarios de la Inspección de Trabajo han puesto a disposición judicial a tres personas, un empresario agrícola con antecedentes por explotación de trabajadores y dos inmigrantes rumanos que facilitaban el reclutamiento como mano de obra barata. Cobraban 20 céntimos por kilo recogido, cantidad a la que había que restar la comisión de los manijeros.

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"Delicuentes son quienes someten"

La operación Aceituna se desarrolló en una finca situada entre las localidades sevillanas de Salteras y Gerena. El empresario detenido, L. P. M., de 44 años y vecino de Olivares (Sevilla), contaba con una orden de búsqueda de la Interpol por hechos similares ocurridos en Grecia, según informó el delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón. El agricultor fue detenido junto a sus manijeros, B. C. y A. C., ambos rumanos y de 36 años, quienes mediaban con los empresarios y sus compatriotas, procedentes de asentamientos de Sevilla, Extremadura y Salamanca.

Las investigaciones comenzaron cuando se buscaba una fábrica de ladrillos en la que podrían haber trabajando inmigrantes en situación irregular. Las pesquisas llevaron hasta una antigua residencia de ancianos cercana a la mencionada fábrica de ladrillos, situada entre Gerena y Salteras.

La intervención policial se desarrolló en dos fases. Durante una primera inspección fueron localizados 31 inmigrantes. A estos se unieron otros 18 (siete mujeres y 11 hombres) y otro grupo de 63 rumanos. Todos carecían de contratos y de altas en la Seguridad Social, según explicó el responsable de la Inspección de Trabajo, Pedro Jiménez, quien calificó la situación de los inmigrantes como "tremenda" e "injusta".

Algunos temporeros con documentación, según dijo, pedían trabajo "de buena fe" y eran "engañados". Trabajaban de sol a sol y con el mínimo descanso. El empresario dejaba que los inmigrantes se instalasen en sus terrenos, donde improvisaban tiendas de campaña con plásticos o cañas. Dormían en las peores condiciones y se hacían la comida sin las más elementales medidas higiénicas y sanitarias. Incluso, se han encontrado botellas de butano junto a las hogueras que los inmigrantes hacían para combatir el frío. El responsable de la explotación daba 20 céntimos de euro por kilo de aceituna recogida. Los inmigrantes pagaban de esta cantidad la comisión de los manijeros, quienes controlaban la "productividad" del inmigrante. El convenio del campo prevé un pago de 40 euros al día. Las jornadas son de seis horas y media con 15 minutos de descanso.

Otras operaciones

El general de la cuarta zona de la Guardia Civil de Sevilla, José Píriz, anunció la detención de otras 11 personas de nacionalidad rumana por extorsionar y coaccionar en dos explotaciones agrícolas de Huelva a compatriotas suyos y a sus familiares en Rumanía. Los acusados retenían los pasaportes de los temporeros y les sometían a pésimas condiciones de trabajo. Esta operación continúa abierta.

La Guardia Civil también ha denunciado el trabajo de 23 inmigrantes ucranios y bielorrusos en la recogida de naranjas sin estar dados de alta en la Seguridad Social y sin tener permiso de trabajo en la finca El Torviscal, situada en Aldea de Bembézar del Caudillo-Hornachuelos de Córdoba. El agricultor A.R.G, de 56 años y vecino de Palma del Río, está imputado como presunto autor de un delito contra el derecho de los trabajadores.

Por último, la policía detuvo en Sevilla al ucranio I.K., de 32 años, por seis presunto delitos de estafa al cobrar dinero a inmigrantes por conseguirles un trabajo que no llegaban a realizar.

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