Los socialistas franceses se enfrentan en una dura campaña sobre la Constitución de la UE
120.000 militantes están convocados a votar sobre el tratado el próximo 1 de diciembre
¿La Constitución europea puede depender del voto de 120.000 militantes del Partido Socialista francés? Parece un poco exagerado, pero éste es el tono dramático con el que está desarrollándose la campaña de sus barones con vistas a la consulta sobre el tratado constitucional, convocada para el 1 de diciembre, exclusivamente entre los militantes. Un voto negativo haría que fallara uno de los dos pilares que defienden la Carta Magna en Francia -el otro es el centro-derecha de Jacques Chirac-, con las consecuencias que eso pudiera tener para el referéndum nacional de 2005.
La situación planteada resulta curiosa. Ante los ojos del país se está llevando a cabo una campaña política en toda regla, con su escenificación de mítines, declaraciones y debates, destinada a conseguir el voto de poco más de un centenar de miles de personas. Las primeras salvas vinieron del ex primer ministro, Laurent Fabius, que pide al partido que rechace el tratado constitucional por considerarlo incompatible con un proyecto socialista. Curtido en experiencias de Gobierno -ha sido ministro y primer ministro-, Fabius refuerza a los detractores del tratado, alojados en el ala izquierda del partido.
Fabius acepta la idea de una Constitución, pero asegura que la actual liquida las ambiciones tradicionales del socialismo. También pretende ofrecer una salida al no con la propuesta de organizar Europa en "tres círculos" concéntricos. Según ha teorizado en un libro, una cosa es el núcleo duro de países fundadores de la UE, que junto a otros claramente dispuestos a una cooperación política fuerte se diferencia del segundo círculo, compuesto por Estados interesados simplemente en la unión económica. Y de un tercero integrado por Turquía y otros países mediterráneos, a título de asociados.
Frente a esta teoría se ha alzado Jacques Delors, ex presidente de la Comisión Europea, que a mediados de semana celebró una reunión en la que consideró fuera de la realidad la teoría de los "tres círculos" de Fabius. Es tarde para eso, argumentó Delors: esa solución podría haberse adoptado en los años noventa, pero ahora, el tratado constitucional ofrece precisamente los mecanismos necesarios para hacer más fáciles las cooperaciones reforzadas entre los países que lo deseen.
Faltan poco más de dos semanas para la votación interna y los dos campos adversarios rivalizan en iniciativas. En el mismo acto que Delors, Josep Borrell expresó la encrucijada con imágenes más plásticas, cuando advirtió a los camaradas franceses de que "romper la vajilla no conduce necesariamente a tener una más bonita", y les dijo que un resultado negativo sólo daría paso al statu quo o al bloqueo. Los partidarios del sí a la Constitución europea cuentan hoy con la presencia de Felipe González en París y con la previsible reaparición del ex primer ministro, Lionel Jospin, el martes.
Presidenciales de 2007
A través de un diario dominical, el primer secretario del Partido Socialista, François Hollande, advirtió ayer de que el no dejaría a esta fuerza política aislada de una parte de su electorado y, a la postre, les llevaría a perder las elecciones presidenciales y legislativas de 2007.
En otro periódico dominical, el ex ministro de Finanzas, Dominique Strauss-Kahn, dijo claramente que los socialistas escribirán un proyecto distinto para esas elecciones, según quien gane: un modo nítido de explicar que la votación "sobre la Constitución europea" esconde una especie de elección primaria de candidatos socialistas para 2007 y un modo de zanjar si el ala izquierda del socialismo debe seguir teniendo la influencia que ha ejercido hasta ahora en el partido. La votación del último congreso celebrado arrojó un 40% de votos para las dos corrientes de izquierda.
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