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Reportaje:

Los peces resisten tras el 'Prestige'

La Xunta sostiene que la pesca y el marisqueo se han recuperado, pese al descenso de capturas de algunas especies

Xosé Hermida

"Aquí no cayó un meteorito que arrasase con todo. Y la capacidad de recuperación de nuestras aguas es muy grande. Pero las secuelas se notan, por supuesto". La reflexión de Victoriano Urgorri, catedrático de Zoología Marina de la Universidad de Santiago de Compostela, puede servir de faro en medio de la bruma que levanta la guerra de cifras. Dos años después del naufragio del petrolero Prestige, cada uno cuenta los peces a su manera. El Gobierno gallego repite su palabra talismán, "normalidad", para asegurar que los caladeros y los bancos de marisco no acusan los efectos de la marea negra. Las cofradías de pescadores más críticas rebaten los datos oficiales y subrayan la drástica caída en la producción de especies como la almeja.

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Alberto de Coo trabaja como biólogo de la Xunta en Vilagarcía de Arousa, pero, alineado con las tesis de algunas cofradías, pone en duda el modo en que se presentan las estadísticas oficiales. "Es como si cogiéramos a diez fumadores de 90 años para proclamar que el tabaco es inocuo", ironiza. "Si fuese verdad lo que dicen, ¿para qué preocuparse cuando se produce una marea negra? ¿Es que aquí no ha pasado nada?".

"Lo que se está viendo", aduce el consejero de Pesca de la Xunta, Enrique López Veiga, también biólogo, "es que la extensión de la marea negra disminuyó la intensidad del vertido. Excepto en algunas zonas, el fuel no ha permanecido mucho tiempo en el mismo sitio. Y era además un fuel muy pesado, muy poco soluble en el agua". Es la explicación de López Veiga al optimismo que destila el informe realizado por su departamento sobre las capturas de diez especies de pescado y marisco en lo que va de año. Según ese estudio, las descargas en lonja de nueve de ellas -percebe, erizo, pulpo, nécora, sardina, salmonete, navaja, abadejo y camarón- han superado incluso las cifras inmediatamente anteriores a la catástrofe ecológica. "Hasta dentro de un año, cuando tengamos más datos sobre la evolución del ciclo reproductivo de las especies, no podrá haber una conclusión definitiva", matiza López Veiga. "Pero, de momento, las perspectivas son buenas".

El centro del Instituto Español de Oceanografía (IEO) en Vigo también dispone de datos parciales sobre el estado de los caladeros, referidos sólo a cinco especies y sin centrarse específicamente en las zonas castigadas por la marea negra. "Con todas las salvedades, estoy sorprendido", reconoce Alberto González Garcés, director del centro. "Yo temía que la repercusión fuese mucho mayor. En especies como la merluza, las poblaciones han disminuido, pero al mismo ritmo que lo vienen haciendo desde hace años debido a la sobrepesca. Sólo me atrevo a hacer conjeturas. Puede que haya influido la viscosidad del fuel, que se fue al fondo sin afectar tanto a las aguas. O puede que la capacidad de autoprotección de las especies haya sido mayor de la esperada".

La Coordinadora de Cofradías, que agrupa al sector más reivindicativo entre los afectados, despliega su argumentario para refutar las estadísticas de la Administración. La Xunta, alegan, ha escogido aleatoriamente especies y lonjas concretas, lo que resta veracidad a sus conclusiones. Y además, añade el biólogo De Coo, se mezclan datos de la flota de altura, que faena en zonas que no resultaron contaminadas. Con estas precisiones, la coordinadora destaca que han descendido las capturas de la mitad de las 150 especies que se comercializan en Galicia, a pesar de que los caladeros descansaron varios meses por la veda forzosa que impuso el Prestige.

Los datos son concluyentes respecto a moluscos como la almeja, cuya producción cayó un 20% en los diez primeros meses del año. La Xunta no niega este descenso, pero lo atribuye a otras causas, y pone como prueba que la escasez se concentra en las Rías Baixas, "donde no entró el fuel". "Buscan cualquier explicación con tal de no atribuírselo al Prestige", replica De Coo. "Lo justifican principalmente por el aumento en la temperatura del agua del mar este verano, cuando la caída ya viene desde principios de año". Es verdad que las rías de Arousa, Pontevedra y Vigo, donde están los grandes bancos de almeja, sustento principal del marisqueo a pie, se libraron de las invasiones masivas de fuel. Pero también resulta un hecho comprobable que sus arenales recibieron galletas y filtraciones procedentes de la serpenteante ola negra que envolvió hace ahora dos años la costa gallega.

"No hay que fijarse sólo en las especies comerciales", advierte el catedrático Urgorri, director de la Estación de Biología Marina de A Granxa (Ferrol). "Yo siempre he dicho que si no fueran especies oportunistas, hace tiempo que se hubiesen extinguido a causa de la pesca. Y, además, ha tenido que influir el paro biológico que impuso el Prestige". Urgorri centra sus estudios en los invertebrados que habitan en zonas próximas a la costa y asegura que en su ámbito de investigación las secuelas de la catástrofe siguen muy presentes. Sus prospecciones, como las realizadas por otros organismos, confirman la presencia de fuel sedimentado en el fondo marino. También en la superficie del océano siguen apareciendo "pequeñas galletas que aún persistirán durante algún tiempo", confirma López Veiga sin darle importancia.

Incluso en los peores días de la catástrofe, Urgorri siempre confió en que el ecosistema se recuperaría en unos cinco años. "En Alaska, después del Exxon Valdez, tardaron una década, pero la riqueza natural de sus aguas no se puede comparar con las de Galicia", explica. Lo que verdaderamente preocupa ahora a este catedrático de Zoología Marina, más que las secuelas del naufragio del Prestige, es un fenómeno "peor que cinco mareas negras". "Las rías gallegas constituyen un ecosistema marino único en el mundo. No hay nada que se le parezca. Y desde hace diez años la contaminación de sus aguas ha crecido exponencialmente. Las cantidades de sustancias como metales pesados o pesticidas en algunas zonas son preocupantes", subraya Urgorri. En el Plan Galicia, concebido para resarcir de las consecuencias del desastre, se programaron autovías, trenes, puertos o paradores de turismo. "Para sanear las rías, no se ha consignado ni un euro. Es deprimente".

Varios <i>percebeiros</i> recogen restos de fuel cerca de la bocana de la ría de Arousa casi un mes después de la catástrofe del <i>Prestige.</i>
Varios percebeiros recogen restos de fuel cerca de la bocana de la ría de Arousa casi un mes después de la catástrofe del Prestige.LUIS MAGÁN

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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