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Casi la mitad de América Latina aceptaría menos libertad por más bienestar

El Club de Madrid alerta sobre el riesgo de que descienda la calidad de las democracias

Fernando Gualdoni

El Club de Madrid, que aglutina a 54 ex jefes de Estado y de Gobierno del mundo, concluyó ayer su asamblea con un aviso sobre los riesgos que corren muchas democracias de perder calidad. El mejor ejemplo de ese peligro lo aportó un informe de Naciones Unidas que muestra que un 45% de los latinoamericanos respaldaría a un Gobierno autoritario si éste mejorara la situación económica de sus países. Un 41% aceptaría incluso algo de corrupción.

El informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), presentado ayer en la III Asamblea del Club de Madrid, es un buen y dramático ejemplo de los riesgos de que la calidad de las democracias haya descendido de forma alarmante en el mundo. En los países desarrollados da escalofríos pensar que el afán por la seguridad en la lucha contra el terrorismo puede llevar a sus gobiernos a cercenar las libertades individuales y a convertir sus Estados en policiales. En los países en vías de desarrollo también hay temor al terrorismo, pero éste convive con el hastío de sus ciudadanos hacia la corrupción e ineptitud de su clase política.

A pesar de los últimos 20 años de reformas políticas y a que "el fantasma de los golpes de Estado parece desvanecerse", la "conquista no está asegurada", sentenció ayer el presentador del informe y director del proyecto sobre el Desarrollo de la Democracia en América Latina, Dante Caputo. Este ex ministro de Exteriores argentino del Gobierno de Raúl Alfonsín explicó que el riesgo reside en que la "democracia electoral" no es un fin en sí, sino que "la gente elige" para ver realizados sus derechos políticos, civiles y sociales.

Éste es el desafío pendiente de América Latina, y el informe del PNUD lo refleja claramente. Un 44,9% de los latinoamericanos apoyaría un Gobierno autoritario "si éste resolviera los problemas económicos de su país", y un 41,9% además aceptaría "pagar el precio de cierto grado de corrupción con tal de que las cosas funcionen", señala el estudio. En las últimas dos décadas, la pobreza en la región se ha reducido mínimamente y sigue afectando a 225 millones de personas, el 43,9% de la población.

Pese a las penurias, el 57% de los ciudadanos de Latinoamérica prefiere la democracia a cualquier otro régimen, aunque un 48,1% prima el desarrollo sobre la democracia. Éste es el porcentaje peligroso y los temores más apremiantes, que ayer fueron tema de debate entre los miembros del Club de Madrid. Tras dos jornadas de análisis, el foro concluyó que "el control civil de las fuerzas armadas y policiales, el ejercicio democrático de la autoridad en búsqueda de la gobernabilidad y la incorporación de las diferencias étnicas, religiosas y sociales en una sociedad común son tres de los desafíos que enfrentan a nuestras democracias, y de los que depende su calidad".

Los miembros del club reflexionaron sobre los enclaves autoritarios que persisten en democracias contemporáneas, así como serios problemas transnacionales, tales como el narcotráfico y el contrabando. Para prevenir estas amenazas, se propuso profundizar el control civil y democrático de las entidades responsables por el orden público, las fuerzas armadas, el sistema judicial y los servicios de inteligencia; que los presupuestos de las fuerzas públicas sean transparentes, eliminando los fondos secretos; la formación de los militares y los policías en valores democráticos, y el diseño apropiado de instituciones para enfrentar al terrorismo, mediante la cooperación internacional y regional.

El Club de Madrid también consideró prioritaria la extensión de los valores democráticos en los países árabes, siempre bajo la premisa de que "la democracia nunca puede imponerse por la fuerza", según dijo el ex presidente de Brasil Fernando Henrique Cardoso, presidente de la organización. "Se trata de combatir el terror sin perder la creencia en los valores fundamentales", concluyó Cardoso.

De izquierda a derecha, el ex primer ministro portugués Aníbal Cavaco Silva, el ex presidente chileno Eduardo Frei, el ex primer ministro francés Lionel Jospin y el ex presidente de Cabo Verde Antonio Mascarenhas Monteiro, en Madrid.
De izquierda a derecha, el ex primer ministro portugués Aníbal Cavaco Silva, el ex presidente chileno Eduardo Frei, el ex primer ministro francés Lionel Jospin y el ex presidente de Cabo Verde Antonio Mascarenhas Monteiro, en Madrid.EFE

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Sobre la firma

Fernando Gualdoni
Redactor jefe de Suplementos Especiales, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS como redactor de Economía, jefe de sección de Internacional y redactor jefe de Negocios. Es abogado por la Universidad de Buenos Aires, analista de Inteligencia por la UC3M/URJ y cursó el Máster de EL PAÍS y el programa de desarrollo directivo de IESE.

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