_
_
_
_

El PNV amenaza con tumbar en el Senado los Presupuestos del PSOE

CiU intenta convencer a los nacionalistas vascos para que rectifiquen

Carlos E. Cué

Los nacionalistas vascos insisten en su estrategia de tensión con el Gobierno socialista. El PNV amenaza con vetar los Presupuestos a su paso por el Senado, dentro de un mes. Si presentase finalmente ese veto, recibiría sin duda el apoyo del PP, que también presentará el suyo. Eso supondría una derrota política para el Gobierno, aunque los Presupuestos podrían aprobarse de nuevo en el Congreso por mayoría absoluta. "Si no se arregla lo del Cupo vasco, habrá veto", señala el portavoz del PNV en el Congreso, Josu Erkoreka. "No han querido negociar, allá ellos", insiste Iñaki Anasagasti, representante en el Senado.

El PSOE confía en todo momento en que el PNV no podrá asumir el coste de vetar, junto al PP, los primeros Presupuestos del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Erkoreka no comparte ese análisis. "Se equivocan. Tal y como está la política en Euskadi, nos costaría mucho más dar un apoyo a los Presupuestos que vetarlos, aunque sea junto al PP. Eso sería sólo una cuestión táctica. No nos da ningún vértigo. Nadie nos va a identificar con el PP a estas alturas, toda la gente en Euskadi y fuera de allí sabe que estamos en las antípodas", explica.

Anasagasti incide en esta idea. "No entiendo cuál sería la sorpresa. Nosotros hemos presentado una enmienda a la totalidad en el Congreso, y queremos presentar un veto en el Senado. Es consecuente. Además, Patxi López (PSE) también va a vetar los presupuestos del lehendakari, Juan José Ibarretxe, y nadie se lleva las manos a la cabeza".

La clave no es ésa, sino el Cupo vasco. El PNV exige, según Erkoreka, 50 millones de euros como compensación por los "cálculos inadecuados" en la transferencia de la Sanidad. El PNV insiste en que eso es lo que pactaron en junio Zapatero y el lehendakari, Juan José Ibarretxe, se acordó el apoyo nacionalista en el Senado al tope de gasto del Presupuesto.

La estrategia de CiU, que también presentó una enmienda a la totalidad en el Congreso, es muy distinta. Según explica Pere Macias, su portavoz en el Senado, ellos pretenden introducir allí enmiendas parciales para que puedan ser aprobadas, con el apoyo probable del PP. Y luego, cuando esas enmiendas lleguen vivas al Congreso, serían ERC o el PSC quienes tuvieran que asumir el coste de rechazar una mejora para infraestructuras de Cataluña, por ejemplo. "Tenemos que dejar claro que ERC ha pactado con el PSOE por unas migajas. Lo que han conseguido no es ni el 10% de lo que logramos nosotros en cualquiera de los pactos con el PP o con el PSOE", afirma Macias. CiU pretende también convencer al PNV para que entre en esa estrategia de retocar el Presupuesto en vez de vetarlo, para tener así más capacidad de influencia.

Joan Lerma, portavoz socialista en el Senado, reconoce que ahora mismo "no hay nada que permita pensar que PNV y CiU puedan retirar esa idea de oponerse a los Presupuestos que han dejado clara en el Congreso". Pero confía en la negociación, estos días, en la Cámara baja. Los socialistas ya se han puesto en contacto allí con los nacionalistas para negociar sus enmiendas parciales, que sólo en el caso del PNV son más de ochenta.

La autonomía y el Estado

Lerma ve muy complicado el pacto del Cupo. No tanto por una cuestión económica -son 50 millones de euros, y los socialistas han movido a través de los pactos con ERC e ICV más de 400-, sino por algo mucho más difícil de negociar: "Los principios". "Es un problema de interpretación conceptual del Cupo. No se puede estar reclamando todo el tiempo la autonomía a todos los efectos y luego pedirle al Estado que financie tus agujeros en cuestiones que son de tu absoluta competencia, eso no puede ser", argumenta Lerma.

Lo cierto es que las cifras del Senado obligan al PSOE a pactar con todos los grupos, al menos a convencerles para que no presenten un veto. Porque, aunque no está escrito en el Reglamento de la Cámara, la costumbre es que todos los vetos que se presenten se voten conjuntamente. Eso es lo que pasó con las enmiendas a la totalidad en el Congreso. El PNV intentó que se votaran por separado, como se hace en el País Vasco (para evitar que se sumen los votos de Batasuna, PP y PSOE contra el Gobierno nacionalista), pero tanto los populares como los socialistas se negaron. Si se votasen conjuntamente, tanto el PP como el PNV apoyarían ese veto, y eso supone 133 senadores, tres por encima de la mayoría absoluta. Los 126 de los que dispone el PP le permiten, de hecho, apoyarse en cualquier grupo para ganar una votación, algo que logra prácticamente todos los martes, aunque con cuestiones hasta ahora menores.

El PP está preparado para aprovechar hasta el último resquicio esa debilidad socialista en el Senado. "Se lo vamos a poner muy difícil, pero no sólo con el veto, sino con todas las enmiendas que consigamos introducir, pactando con los nacionalistas", explica Pío García Escudero, portavoz del principal partido de la oposición. Escudero cree que los socialistas están esperando hasta el último minuto para negociar, y sostiene que "eso es muy arriesgado. Los acuerdos hasta ahora le han salido por los pelos, y éste puede no salirle. Nosotros vamos a jugar nuestras bazas". García Escudero considera que, aunque no tenga efectos prácticos, el veto sería "un palo político tremendo, porque el Senado nunca ha vetado un proyecto de ley en todos los años de democracia".

Erkoreka ironiza sobre la estrategia, que atribuye al socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, de esperar hasta el último minuto para negociar: "Nos llamarán a última hora, querrán pillarnos desprevenidos. Pero esta vez no cuela".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_