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Buttiglione renuncia a ser comisario europeo

Berlusconi debe acomodar al político democristiano en un puesto poco relacionado con Europa y buscar otro candidato

Enric González

Rocco Buttiglione dio ayer por concluida su breve y tormentosa aventura europea. Se declaró "víctima inocente" de "una campaña de prensa superficial y grosera" y se apartó para "favorecer el camino de la Comisión Europea" presidida por José Manuel Durão Barroso. El italiano insistió en que cuando habló de "homosexualidad y pecado" se refería "al ámbito religioso y filosófico, nunca al político". Buttiglione, que no había llegado a dimitir como ministro italiano de Relaciones con Europa, volvió a ser miembro de pleno derecho del Gobierno. El problema quedó para Silvio Berlusconi, forzado a cambiar su Gabinete para acomodar a Buttiglione en algún lugar poco relacionado con Europa y para sofocar la enésima rebelión del vicepresidente, Gianfranco Fini.

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Si no hubiera otros problemas, para Berlusconi resultaría sencillo reubicar a Buttiglione. El frustrado comisario europeo que no llegó a serlo no puede, después de todo lo ocurrido, seguir encargándose del Ministerio de Relaciones con Bruselas y Estrasburgo, pero a él, a la jerarquía católica y a su partido democristiano les vendría muy bien la cartera de Educación; bastaría proponer como comisaria a la actual titular, Letizia Moratti, moderada y políglota, y asunto resuelto. Ésa sería la solución fácil.

El problema de Berlusconi consiste en que tiene otro incendio en la cocina, potencialmente más grave que el de Buttiglione. Su vicepresidente y líder de la posfascista Alianza Nacional, Gianfranco Fini, se niega a aceptar la rebaja de impuestos propuesta por Il Cavaliere porque la considera "antisocial", y amenaza con abandonar el Gabinete. Fini considera que se deben reducir los impuestos, pero no a las rentas más altas, sino a las más bajas. "Con el actual proyecto, el presidente Berlusconi se ahorrará cada año más de 600.000 euros, y un empleado medio apenas notará diferencia en la declaración de la renta; yo no puedo defender eso", declaró Fini el viernes.

Berlusconi está convencido de que la rebaja de impuestos es la única vía para frenar el declive de su popularidad, y de que las rentas más altas deben ser las más favorecidas. "Queremos bajar el tope hasta el 39% y es normal que quien gana más dinero salga más beneficiado en términos absolutos", afirma. Por otra parte, no le conviene dejar libre a Fini, jefe del segundo partido de su coalición, para que maniobre desde fuera del Gabinete y prepare las elecciones de 2006 sin sufrir desgaste. ¿Solución? Enviar a Bruselas al ministro de Exteriores, Franco Frattini, y ofrecer a Fini la apetitosa jefatura de la diplomacia. De paso, la vicepresidencia desalojada por Fini podría ser entregada a Marco Follini, el líder de los levantiscos democristianos.

Todo ese movimiento, que equivaldría a un cambio de Gobierno, satisfaría a los posfascistas y a los democristianos y allanaría el camino a la reducción de impuestos. Pero aún quedaría por resolver la situación de Buttiglione. El político católico regresa a Italia (de donde en realidad no llegó a irse) con una buscada aureola de víctima y con unas credenciales religiosas muy atractivas para el electorado conservador. Ayer, al oficializar su dimisión, Buttiglione insistió en definirse como chivo expiatorio dentro de un conflicto entre la Comisión y el Europarlamento y se ratificó en sus declaraciones. "Cuando hablé de homosexualidad y pecado, me referí al ámbito religioso y filosófico, nunca al político; mis palabras fueron tergiversadas y utilizadas en una campaña de prensa superficial y grosera", dijo.

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Rocco Buttiglione se declaró "orgulloso" de haber servido tres años en el Gobierno de Berlusconi, al que dijo admirar, y anunció que estaba "preparado" para seguir contribuyendo a la tarea gubernamental. Convertido en estrella de los católicos integristas, Buttiglione no ocultó que esperaba una cartera de relieve.

El ministro italiano de Relaciones con Europa, Roco Buttiglione, durante la conferencia que convocó ayer para comunicar su dimisión como comisario europeo.
El ministro italiano de Relaciones con Europa, Roco Buttiglione, durante la conferencia que convocó ayer para comunicar su dimisión como comisario europeo.AP

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