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EL FUTURO DE LA UE

La crisis de la Comisión ensombrece la firma de la Constitución europea en Roma

Durão Barroso admite que tendrá que efectuar varios cambios en su equipo

Carlos Yárnoz

El acto preparado por Silvio Berlusconi para la firma en Roma de la Constitución europea por los jefes de Estado y Gobierno de los 25 se verá hoy ensombrecido por la crisis en la que ha entrado la UE por el rechazo de la Eurocámara a la nueva Comisión presidida por José Manuel Durão Barroso. Los líderes iniciaron anoche sus contactos para encontrar una solución que todos quieren "rápida", mientras Barroso admite que tendrá que hacer "varios" cambios en su equipo si quiere que el Parlamento le dé su visto bueno en una votación que probablemente se celebre a comienzos de diciembre.

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Barroso tenía previsto hablar anoche con el primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, actual presidente de turno de la UE. Fuentes holandesas señalaron que la crisis debe resolverse "cuanto antes", pero las discrepancias, entre los líderes y entre los eurodiputados, pueden centrarse en el alcance de los reajustes que Barroso tendrá que pactar con los jefes de Gobierno en busca de esa "solución equilibrada" que persigue.

"Sé que tengo que presentar un nuevo equipo con otra distribución de carteras. Explicaré la situación a los jefes de Gobierno y dialogaré con los grupos políticos del Parlamento", declaró a La Repubblica, dando a entender que otro reparto de carteras entre los mismos hombres podría ser suficiente.

Pero el político portugués considera ahora, tras haber perdido su pulso con el Parlamento, que los cambios deben afectar a varios comisarios cuando hasta el miércoles se limitó a proponer ligeros maquillajes en las competencias del conservador italiano Rocco Buttiglione en la cartera de Justicia e Interior. "El trabajo de presidente de la Comisión es mucho más difícil que el de un primer ministro", se quejaba ayer Barroso a Europe 1, "ya que tiene que negociar todo el tiempo al menos con dos instituciones para lograr el difícil y complejo equilibrio perseguido".

En efecto, la designación de los aspirantes a comisarios corresponde a los Gobiernos y el reparto de carteras es responsabilidad de Barroso, pero, al final del proceso, es la Eurocámara la que vota a todo el equipo en su conjunto. Es ese doble frente negociador el que Barroso debe gestionar otra vez estas semanas tras el susto que le ha dado la Cámara. Los líderes europeos dicen que le ayudarán, pero los matices difieren.

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El Gobierno de Berlusconi ya ha advertido que no piensa retirar la candidatura de Buttiglione pese al escándalo que levantó con sus declaraciones machistas y homófobas. En referencia a Buttiglione, el primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, declaró el jueves a RTL que él no acepta "ni la homofobia ni el insulto ni la arrogancia" y que, aunque no exigirá a Barroso que no cuente con el italiano, sí le ruega "que escuche a los Estados y al Parlamento".

Jean-Claude Juncker, primer ministro luxemburgués, recordó que son "tres o cuatro" los comisarios designados a los que la Eurocámara ha puesto problemas. Además de Buttiglione, son la holandesa Neelie Kroes (Competencia), el húngaro Laszlo Kovacs (Energía), la danesa Mariann Fischer (Agricultura) y la lituana Ingrida Udre (Fiscalidad).

También el Partido Popular Europeo (PPE), derrotado con Barroso pese a tener más escaños (268) que nadie, quiere una "solución equilibrada", como repite su líder, el alemán Hans-Gert Poettering, pero no quiere que lo pague sólo el conservador Buttiglione. Desde sus filas, buscan la venganza contra socialistas, liberales y verdes y exigen las cabezas del socialista Kovacs, la liberal Kroes y de la verde Udre. Para empezar a negociar. Los liberales, que con 88 escaños inclinan la balanza hacia socialistas (200) o conservadores, también quieren "varios cambios".

La deriva que está tomando la situación asusta a algunos líderes, que incluso ponen en cuestión el sistema. El primer ministro sueco, Goran Persson, opina que a la Eurocámara no le corresponde vetar o hacer caer a la Comisión: "Si es así, entonces estamos ante una evolución federal en Europa que yo no quiero de ninguna manera".

Otros han optado por una prudencia optimista, como el español José Luis Rodríguez Zapatero: "Se pueden encontrar fórmulas que no alteren sustancialmente la composición de la Comisión".

Romano Prodi escucha a Juan Pablo II durante la audiencia privada celebrada ayer en el Vaticano.
Romano Prodi escucha a Juan Pablo II durante la audiencia privada celebrada ayer en el Vaticano.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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