"Esto no es una crisis, porque se sabe cómo salir"

Josep Borrell (Pobla del Segur, 1947), el socialista español que preside el Parlamento Europeo, es uno de los protagonistas en el pulso que enfrenta a la Cámara con el portugués José Manuel Durão Barroso como presidente de una futura Comisión Europea con el vetado Rocco Buttiglione entre sus integrantes. A las pocas horas de que Barroso pidiera una prórroga en este reñido partido que va ganando la Cámara, Borrell se declaraba satisfecho de lo ocurrido.

Pregunta. ¿Ha conseguido el Parlamento lo que perseguía con su veto a Buttiglione?

Respuesta. Es evidente que había algunos grupos políticos que no querían la presencia de Buttiglione en la Comisión.

P. Quizá el Parlamento hubiera votado hoy a favor de Barroso si éste hubiera apartado a Buttiglione. Ahora quizá exija más.

"Nos hemos cansado de oír que el Parlamento era un tigre de papel, que las audiciones a los futuros comisarios eran meras formalidades"

"Esta salida ha permitido no jugar a la ruleta rusa. En el mejor de los casos, la nueva Comisión hubiera sido investida por un puñado de votos"

R. No puedo adelantar qué hará. Además, Barroso no puede decidir él solo el alcance de los cambios que deben producirse. Tiene que negociarlo con el Consejo.

P. En todo caso, sí parece una condición indispensable para el Parlamento que Buttiglione no sea designado para Justicia e Interior.

R. Eso fue lo que algunos grupos dejaron claro, pero no sabemos si el Gobierno italiano lo va a seguir proponiendo. Pero lo importante no es Buttiglione sí o no. Estaba más en juego la dimensión de la democracia parlamentaria en Europa.

P. ¿Y cuál ha sido el resultado?

R. Hoy ha sido un día importante para la construcción de una democracia parlamentaria europea. En este proceso nos hemos cansado de oír que el Parlamento era un tigre de papel, que las audiciones a los futuros comisarios eran meras formalidades, que todo el mundo aceptaría lo que dijera el presidente de la Comisión con el apoyo del Consejo...

P. ¿Se ha desatado una crisis en la UE?

R. No hay una crisis. Estamos ante el normal juego democrático: el Parlamento tenía que emitir una opinión y hay que estar preparado para que sea positiva o negativa. Si alguien exige que esa opinión sea siempre positiva, está pidiendo un cheque en blanco. El Parlamento ha sacado unas conclusiones, con razón o sin ella, pero en este caso la razón tiene que ver con el número de votos y el resultado ha sido que el presidente de la Comisión no puede prescindir del Parlamento. Y no es una crisis porque se sabe cómo salir: se mantiene en ejercicio la Comisión que había antes y Barroso vendrá con una nueva propuesta.

P. ¿Ha sido tensa su relación con Barroso en estos días?

R. No. Al contrario. Simplemente le he transmitido lo que el Parlamento pensaba y he hecho uso de mi derecho a opinar sin perjuicio de mi neutralidad institucional.

P. ¿Se ha extralimitado el Parlamento?

R. Si lo hubiera hecho, le hubieran parado los pies. El martes se pedía que el Parlamento pospusiera la votación. Eso sí hubiera hecho recaer sobre la Cámara toda la responsabilidad del incumplimiento de los plazos. Ahora el Parlamento no es responsable del atraso porque no tenía nada que votar.

P. ¿Es una salida airosa para el Parlamento y para Barroso?

R. Se vio que era la única que permitía no jugar a la ruleta rusa. En el mejor de los casos para la nueva Comisión, hubiera sido investida por un puñado de votos y no era una buena solución.

P. Al menos ha habido un debate político de interés.

R. Esta vez, la opinión pública europea se ha involucrado. Hemos tocado un tema sensible y, además, comprensible.

P. Algunos líderes de la Cámara han dicho que Barroso les ha tratado estos días con poco respeto y que lo ha pagado.

R. Quizá por su intervención de ayer algunos se sintieron molestos por el planteamiento de que, si no se votaba a la Comisión, se estaba manteniendo una actitud antieuropea. Probablemente, eso aumentó el rechazo, lo movilizó más de lo que ya estaba.

P. ¿Ha salido reforzado el Parlamento?

R. Europa necesita un Parlamento creíble y una Comisión fuerte. Hoy

podía haber sido investida la Comisión, pero en ningún caso habría sido una Comisión fuerte.

P. ¿Hay margen para que el problema se resuelva en un mes?

R. Tampoco hay que darse excesiva prisa. No pasa nada si la Comisión Prodi está quince días más o un mes más. Lo que hay que hacer es conseguir las garantías de que el Parlamento puede apoyar a una Comisión que recoja un espectro más amplio de las sensibilidades políticas que hay en Europa.