Precios estrechos para la banda ancha
Telefónica lanza una ofensiva contra sus rivales y el regulador para hacerse con el acceso a Internet
Conexión rápida a Internet todo el mes por el precio de un menú del día: 9,9 euros. Esta es la última propuesta con la que se ha descolgado Telefónica para tratar de conquistar este creciente mercado del acceso de calidad a la Red, que tiene enganchados a más de tres millones de usuarios, y que moverá este año más de 1.500 millones de euros.
Y es que el acceso a Internet vuelve a ser negocio, tras el desastre financiero que para los proveedores supuso la generalización de las ofertas gratuitas que lanzaron hace cinco años los operadores en los inicios de la liberalización de las telecomunicaciones.
Esa gratuidad llevaba aparejada un acceso lento y una navegación impracticable. Hoy la tendencia es la contraria. El creciente uso de Internet ha traído como consigo que los usuarios demanden cada vez más calidad y más velocidad de conexión, aunque tengan que pagar por ello. De hecho, la banda ancha para Internet es la tabla de salvación de la tradicional telefonía fija, ya que la gente se inclina cada vez más por el móvil para sus llamadas de voz.
La última propuesta de conexión a la Red por 9,9 euros al mes ha desatado la polémica
Los competidores del ex monopolio le acusan de tirar los precios para conquistar el mercado
En ese contexto, Telefónica,ha desatado una batalla comercial sin precedentes que ha sacado de las trincheras a sus rivales, más de un centenar aunque sólo cuatro -Auna Telecomunicaciones, Ono, Wanadoo, Yacom- superan el 4% de cuota de un mercado que se disputan fundamentalmente los operadores de cable y los de ADSL (línea digital asimétrica de abonado, en sus siglas en inglés), una tecnología que mediante módem permite utilizar la línea tradicional para la conexión a Internet.
En poco más de un mes, la operadora ha lanzado tres iniciativas para romper el mercado de banda ancha mediante su oferta de ADSL La primera de ellas, aún en marcha, es la de duplicar sin coste alguno para el cliente la velocidad de todas sus líneas; la segunda, consiste en comercializar conjuntamente la línea ADSL y un ordenador (PC o portátil) que financia la operadora; la tercera, y más revolucionará, es el denominado "ADSL a tu medida", un plan que permite navegar por la Red según distintos horarios, rompiendo la filosofía de la tarifa plana (las 24 horas), a cuya comercialización le obligó en su día el Gobierno por el precio regulado 39,07 euros.
El ADSL a la carta rompe esemodelo, restringiendo las horas de consumo a cambio de una sustancial rebaja de precios para quien no quiera o pueda pagar casi 40 euros al mes por tener Internet al alcance de la mano.
Por eso, se estructura en torno a una oferta básica de 11 horas al mes por 9,9 euros, al que se pueden añadir otras dos opciones, ambas por 12 euros mensuales: la de tarde-noche (de lunes a viernes, desde las nueve de la noche hasta las ocho de la mañana del día siguiente) y la de fines de semana (de viernes a las nueve de la noche a lunes a las ocho de la mañana). Si se contratan varias opciones se obtiene una rebaja adicional.
Esta oferta despertó las iras de los competidores del ex monopolio, en especial, de los que ofrecen banda ancha a través de ADSL, y que dependen en gran medida de Telefónica, que les realquila como mayorista su red.Casi todos ellos han hecho un esfuerzo especial para igualar las iniciativas anteriores de su gran rival pero ésta última suponía un sacrificio de sus márgenes inasumible.
La Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), el principal regulador del sector, atendió parcialmente estas quejas, con una decisión que pretendía ser salomónica. Su resolución del pasado 7 de octubre impedía a Telefónica la comercialización de la opción básica de su plan (11 horas al mes por 9,9 euros), aunque daba vía libre a las otras dos opciones de tarde-noche y de fines de semana.
La CMT entendió que el precio de la opción básica no daba margen a sus competidores -que no disponen de red propia hasta el domicilio del abonado- para ofrecer una oferta similar a sus clientes. Por eso, condicionaba su aprobación a que previamente Telefónica modifique las tarifas que como mayorista cobra al resto de compañías que comercializan ADSL.
Para Telefónica la salomónica decisión no lo fue tanto. Y es que, tal y como está estructurada su oferta, iba a tener muchas dificultades para salir adelante porque en último término pretendía que sus clientes pudieran compaginar la modalidad básica con las otras opciones, merced a las rebajas de precios por la compra del paquete.
Por eso, la operadora ha vuelto a mover ficha y ha propuesto al regulador la rebaja, con carácter promocional, de todas sus nuevas altas de conexión ADSL hasta los 9,90 euros mensuales, sea cual sea el plan contratado, lo que en la práctica supone aplicar una tarifa plana por ese importe, ya que todos los planes que se comercializan actualmente tienen un precio superior, incluyendo el de la tarifa plana de 24 horas..
Para impedir que esta oferta, que supone una reducción de precios aún mayor que la original, vuelva a ser vetada por la CMT, la operadora se escuda en que se trata de una promoción sólo válida para aquellas altas que se produzcan entre el 30 de octubre y el 7 de enero. Cuando venza el plazo, los precios serán los originales del plan contratado.
"La diferencia entre presentar a la CMT un producto nuevo para su aprobación o comunicarle una promoción es que en el primer caso aporta cambios en lo fundamental en la prestación del servicio, mientras que una promoción sólo implica una modificación concreta en un producto ya existente, y además, por un tiempo limitado. Además, en el caso de esta promoción, es sólo para nuevas altas, con lo que todas las líneas ADSL ya existentes continúan pagando el precio habitual", dicen en Telefónica.
Sin embargo, la Asociación de Empresas Operadoras y de Servicios de Telecomunicaciones (Astel), que agrupa a los rivales de Telefónica, acusan a ésta de tirar los precios para conquistar el mercado. Y han pedido a la CMT, que debe decidir antes de final de mes, que prohiba la promoción.
El director general de Astel, Lionel Fernández, cree que se trata de una "promoción envenada que persigue hundir el mercado, para saltarse la decisión que adoptó la CMT". "A 10 euros por mes, nadie puede recuperar su inversión porque está por debajo de coste. Telefónica puede permitirse el lujo de perder dinero porque tiene mucha capacidad financiera".
El dilema que subyace en este conflicto es el de optar por los intereses del consumidor permitiéndole disponer de una oferta barata de conexión a Internet o favorecer a la competencia, apoyando la entrada de nuevos operadores frente al antiguo monopolio. El presidente de Telefónica de España, Julio Linares, lo tiene claro y esta semana se preguntaba hasta cuando la empresa, la única que tiene sus tarifas reguladas, va a seguir siendo "continuamente limitada, supervisada y controlada" en su política comercial.
Linares entiende que el regulador respalde a los nuevos operadores pero sin que ello vaya en detrimento del usuario y de la inversión. "A veces nos preguntamos para qué innovar si ello va a suponer un cheque en blanco a nuestros competidores, sin que ellos hagan ningún esfuerzo", apunta.
En lo que todos están de acuerdo es que, con la campaña de Navidad a las puertas, la guerra de la banda ancha está servida.
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