El Cervantes busca la sede del futuro
César Antonio Molina reclama mejores infraestructuras para la expansión del centro
El rey Juan Carlos se refirió en su discurso ante el Patronato, del que es presidente de honor, al "prometedor futuro" que espera a la "joven, creativa y pujante comunidad hispanohablante", y calificó al Cervantes como "la columna vertebral de la proyección cultural de España". El nuevo director del instituto, César Antonio Molina, se mostró optimista sobre el presente del idioma -"la segunda lengua internacional", "útil, práctica, imprescindible", "en constante crecimiento"- y ambicioso respecto al futuro en su primera intervención ante la reunión, a la que asistieron las ministras de Cultura, Carmen Calvo, y Educación y Ciencia, María Jesús Sansegundo; el responsable de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, además de vocales como Francisco Ayala, Eduardo Arroyo, Carmen Iglesias, Jorge Edwards o Alfredo Bryce Echenique.
Pero Molina no soslayó las limitaciones que 13 años después de su creación, en 1991, tiene el organismo que él dirige desde hace cinco meses. Hay por delante, dijo, "una labor de varias generaciones" para poner al Cervantes a la altura cuantitativa de otros centros europeos similares, para ser "mucho más que una mera academia de idiomas", un "gran centro cultural, plural y abierto" que difunda "la arquitectura, la ciencia, el diseño, la literatura, la medicina, el cine, el pensamiento y las artes escénicas" del Estado español; un lugar de encuentro al que se vaya "a enseñar y también a aprender".
El primer paso para sentar esas bases, según explicó Molina antes del Patronato, debe ser la apertura de una nueva sede en Madrid. Molina se quejó alto y claro de que las tareas del Cervantes están ahora "dispersas" entre el Colegio del Rey de Alcalá de Henares (la cuna del instituto), el Palacio de la Trinidad de la calle de Francisco Silvela ("una especie de hotelito que ya no sirve y en el que las ruedas de prensa se dan en el hall") y tres edificios alquilados, "que salen carísimos", en la calle de María de Molina.
"Queremos crecer mucho en poco tiempo y, para eso, la infraestructura actual es insuficiente. Estamos hacinados, ya no cabe la gente", dijo Molina, que se quejó de que "nadie sabe dónde está el Cervantes, aunque es la primera institución cultural de España".
El ex director del Círculo de Bellas Artes suspira por una sede del nivel de instituciones parecidas al Cervantes ("el Goethe tiene una gran central en Múnich y 18 sedes más en Alemania"), que sea capaz de albergar exposiciones, una gran biblioteca, actos culturales, aulas para formar alumnos ("de castellano y de las demás lenguas del Estado"), y la tecnología necesaria para sustentar el Centro Virtual Cervantes.
Aunque sabe que no será fácil encontrar un edificio así, y no sólo a causa de los azares inmobiliarios: "Ya hemos hablado con Presidencia [del Gobierno] y con los ministerios que nos pueden ayudar, pero será complicado", afirmó. "La cultura nunca tiene suficientes medios. Es un pozo sin fondo", añadió Molina. "Desde luego, la nueva sede no puede salir de nuestros presupuestos. Dependen en un 80% de Exteriores, y el resto proviene de las matrículas de cursos y de los apoyos de empresas privadas".
La dotación prevista para el Cervantes en 2005, según el proyecto de Presupuestos, es de 61,88 millones de euros, sólo un 3% más que este año. A día de hoy, en el Cervantes trabajan 1.200 personas, entre personal fijo y colaboradores. Hay 42 centros en 28 países. La buena noticia es que se van a abrir cuatro más de aquí a primavera: Estocolmo (compartiendo edificio con el Instituto Goethe), Praga, Belgrado y Sofía.
Entre los retos más importantes está la apertura, antes de fin de año, del Centro de Formación de Profesores de Español en Alcalá de Henares, elemento crucial en este momento en que la demanda se dispara en Europa del Este, Asia y, sobre todo, Brasil, donde, según algunos cálculos, hacen falta 200.000 enseñantes de castellano para la escuela secundaria, en la que el español será pronto la segunda lengua.
Más modestos son otros proyectos ya en marcha: la apertura de bibliotecas con los nombres de los ganadores del Premio Cervantes en distintos centros (Borges en Nueva York, Vargas Llosa en Berlín, Sábato en Budapest, Ayala en Estocolmo, Fuentes en Praga, Hierro en Belgrado, Edwards en Manchester, Mutis en Estambul, Bioy Casares en El Cairo); la extensión panhispánica del Diploma de Español como Lengua Extranjera (DELE); la ampliación y mejora del Centro Virtual Cervantes, y la edición de la nueva revista bimensual Cervantes, que dará cuenta de las actividades y cuentas del instituto.
6,7 millones de visitas
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ahora también presidente ejecutivo del Cervantes, dijo ayer en Aranjuez -donde llegó, como también hicieron los Reyes, en helicóptero- que el Cervantes representa a una "lengua ejemplar, vital, rica y variada" que "paulatinamente se ofrece no sólo como código para operaciones comerciales, sino como lengua de pensamiento, de pensamiento científico para la comunidad internacional".
Una visión optimista para una realidad que quizá no sea tan feliz, aunque algunos datos indican que el crecimiento de la enseñanza de español no deja de crecer. Durante el curso 2003-2004, las matrículas superaron las 93.000 -un 14% más que en 2002-, con Berlín encabezando la mejoría con un 160% de aumento. El número de aspirantes a obtener el Diploma de Español como Lengua Extranjera creció a su vez un 12%: 27.510 alumnos frente a 25.514 en 2002. Pero las cifras más espectaculares son virtuales: la página cvc.cervantes.es recibió 6,7 millones de visitas. Casi la mitad de ellas de Estados Unidos.
Babelia
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