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56ª FERIA DEL LIBRO DE FRANCFORT

Djebar critica la falta de interés de los árabes por su cultura

La escritora argelina Assia Djebar (1936), una de las protagonistas de la Feria del Libro de Francfort y una de las voces más críticas entre los escritores árabes, señaló el viernes que uno de los caminos para encontrar la paz mundial pasa por el conocimiento de la cultura propia, sobre todo entre los árabes, y por el diálogo intercultural.

"Agradezco profundamente que la feria se haya propuesto iniciar un diálogo con el mundo árabe, que, generalmente, se ha realizado a través de las lenguas europeas (en las que escriben muchos de sus representantes) y pocas veces a través de su propia lengua", dijo Djebar. La escritora criticó, sin embargo, a los organizadores por haber abierto la puerta hacia la cultura oriental a través de la Liga Árabe, que "no representa ninguna unidad cultural, sino que se caracteriza más bien por sus rupturas y quiebras".

Djebar dijo que los escritores argelinos tienen la suerte de poder escribir en su país en árabe y en francés, y señaló que gracias a esta posibilidad "los conflictos internos de nuestro país se conocen en el exterior". El problema surge cuando la existencia de textos en la lengua de los colonizadores lleva a que los editores se desentiendan de la literatura escrita en árabe. Djebar, una autora cosmopolita que vive y trabaja en diferentes países, y que escribe en francés, propuso intensificar la traducción de obras escritas en árabe para superar los abismos que existen entre las culturas de Occidente y Oriente.

Cultura del diálogo

Pero la falta de diálogo entre ambos mundos no se reduce a problemas de traducción. La desaparición de una "cultura del diálogo que fue muy viva durante el siglo XIX" significa hoy un problema, dice Djebar, que se ha empeñado en conservar la memoria de aquel diálogo entre diferentes grupos sociales, políticos y culturales. La argelina afirmó que la mujer juega un papel importante en la recuperación de la misma. En su última novela es una mujer quien reacciona ante la situación política y cultural de su país -parte de la historia se desarrolla en 1990, cuando los islamistas están a punto de ganar las elecciones en Argelia- y advierte a su marido del peligro que existe si ese estado de cosas se prolonga. La escritora, que ha querido a través de sus libros "dar voz a las mujeres argelinas", considera que una de las fuentes de conflictos de la región reside en el desinterés de muchos árabes por la escritura y por la cultura en su totalidad. Djebar manifestó que "uno de los grandes problemas del islam es que los terroristas desconocen su propia cultura y que ni siquiera han leído literatura árabe. Lo único que les interesa es el petróleo".

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