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El municipio gastó 150.000 euros en almacenar dos estatuas inacabadas

El Ayuntamiento encargó hace seis años a dos escultores sendas estatuas ecuestres para un monumento a Felipe V y Fernando VI que iba a instalar en la plaza de Oriente, y pagó por adelantado 160.000 euros. Pero en 1999 cambió de opinión, y, cuando las esculturas estaban a medio hacer, paralizó el encargo porque no sabía dónde colocarlas. Desde entonces, los dos reyes de hierro, arcilla y bronce están guardados en el taller de los escultores, y, por los gastos generados, el Ayuntamiento tuvo que pagarles el año pasado 148.591 euros -un pago que se conoce ahora, al cerrar las cuentas de 2003-. Tras el cambio de gobierno, nadie en todo el Ayuntamiento se hace cargo del estado de las estatuas.

La orden de pago de esos 148.000 euros se produjo en abril de 2003, siendo aún alcalde José María Álvarez del Manzano, y está firmada por la entonces concejal de Obras e Infraestructuras, Elena Utrilla. La factura correspondiente desglosa el gasto: 39.424 euros por "alquiler de nave y gastos corrientes" durante 32 meses; 30.912 euros por "desplazamientos" -los que ha hecho durante casi tres años el escultor entre su casa de Madrid y la nave, que está en Ajalvir, para vigilar las estatuas- y 57.760 por "honorarios de mantenimiento de las esculturas".

Esa cantidad, añadida a los 159.400 euros que pagó el Ayuntamiento en 1999, poco después de encargar las estatuas a los escultores Eduardo Zancada y Miguel Ángel Rodríguez, suma un total de 307.991 euros. Es lo que ha gastado el municipio hasta la fecha por unos reales jinetes de cuatro metros de altura que no sabe dónde colocar.

"No nos dieron explicación ninguna. Un día el entonces concejal José Antonio Gómez Angulo nos dijo que las esculturas ya no podían ir en la plaza de Oriente y que el proyecto quedaba paralizado", explica Zancada, a cuyo nombre está girado el pago. "Una de ellas estaba ya a medio fundir en bronce, casi terminada, y la otra todavía en hierro y arcilla. Tuvimos que mantenerlas en el taller, con un gasto tremendo para nosotros. Hasta que yo me harté y decidí hablar directamente con el alcalde", cuenta.

Álvarez del Manzano, según el relato del escultor, se mostró "muy sorprendido" con el caso y encargó a Elena Utrilla que recuperase el proyecto y terminase las estatuas, sin saber aún dónde plantarlas. Pero eso fue ya en 2002. "Después se fueron acercando las elecciones, y nadie nos decía nada, y las esculturas seguían aquí", continúa Zancada. Él afirma que la Comisión de Estética llegó a reunirse y propuso poner a Felipe V frente al Casón del Buen Retiro y a Fernando VII en un pedestal entre el Museo Reina Sofía y la estación de Atocha. "Pero al final tampoco se hizo. Me dijeron que iban a pagarme por los gastos que me habían generado las estatuas en esos tres años, y que me olvidara. Eso es lo que cobré yo a finales de abril de 2003".

El escultor afirma que ya está "cansado" de este asunto y que no piensa en reclamar más dinero al Ayuntamiento. En realidad, sólo una de las esculturas, la de Fernando VI, la menos avanzada, ha permanecido todo este tiempo en su taller de Ajalvir. La otra está guardada en la fábrica de fundición Codina Hermanos, en Paracuellos del Jarama.

"Allí está la cabeza de Felipe V, su coraza y casi todo el caballo: las partes que dio tiempo a fundir en bronce. El resto, los moldes de hierro y arcilla, ya han quedado muy deteriorados. Y ellos, los fundidores, no han cobrado ni un céntimo, ni por su trabajo ni por guardarla estos años", subraya Zancada, que también es autor de la estatua ecuestre de Carlos III, sita en la Puerta del Sol desde 1994. Él seguirá custodiando las estatuas y pretende terminarlas "algún día", con o sin apoyo municipal.

Un "dineral"

A pesar de que tanto la orden como la ejecución del pago se produjeron en época Manzano, antes de que el equipo de Alberto Ruiz-Gallardón llegase a la Casa de la Villa, la concejal socialista Isabel Vilallonga considera que el nuevo regidor es "cómplice" de este "escándalo" por no haber abierto una investigación inmediatamente. "Es un dineral lo que se ha pagado a ese señor por tener dos esculturas de arcilla en su almacén. ¿Por qué no las guardó el propio Ayuntamiento? ¿Y por qué las encargó si no sabía dónde ponerlas? Esto es muestra del despilfarro con el que el PP gestiona el dinero público", protesta Vilallonga.

Este periódico intentó durante la pasada semana localizar a alguien, en el gobierno municipal, que pudiese explicar la causa del pago por la custodia de estas dos esculturas, el estado actual de las mismas y lo que se piensa hacer con ellas. Ni la Concejalía de Hacienda,ni Urbanismo, ni Medio Ambiente ni Las Artes asumen la competencia sobre las estatuas, según explicó un portavoz. "La estructura del Ayuntamiento ha cambiado. El departamento que ordenó el pago ya no existe como tal, y los funcionarios se dispersaron en distintas áreas. No sabemos de estas esculturas más que lo que pone en esa factura: que están en Ajalvir", afirmó este portavoz. "Y no hay prevista ninguna partida nueva para acabarlas".

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