Los PGE... en Frumentaria
Frumentaria es el antiguo nombre de la Pitiusa menor que hoy conocemos como Formentera. Los romanos se lo dieron a esta afortunada isla abundante en trigo (frumentum). Frumentaria, pues, equivale a abundancia. Daría la impresión de que los Presupuestos Generales del Estado han encontrado un granero colmado en Frumentaria, pues contemplan crecimientos de hasta dos dígitos en diversas de sus funciones como son vivienda, I+D+i, infraestructuras, educación o pensiones. Y todo ello sin aumentar los impuestos, deflactando la tarifa del IRPF, no actualizando los impuestos sobre el petróleo y equilibrando las cuentas.
No se alarmen, que el trigo no es tanto. En realidad, los PGE ya no son lo que eran. Después de las transferencias de sanidad y educación a las CC AA, el Estado, en sentido estricto, ha adelgazado tanto que el techo de gasto previsto en el proyecto de ley en 124,5 miles de millones de euros apenas representa el 15% del PIB. Gracias, señor Solbes, por atarse una mano a la espalda; a ver si tiene suerte y no le revientan el techo en el trámite parlamentario. Naturalmente, la Seguridad Social, que todavía pertenece el Estado en sentido amplio, gastará su 13% del PIB consabido, con el pequeño impulso de las pensiones más bajas. Claro, este impulso es de por vida de los actuales pensionistas que se beneficiarán de él, y en valor presente equivale a unas diez veces más, cuya financiación nos la irán pidiendo más adelante.
Las partidas que suben tanto tienen en 2004 una representación muy reducida, así que su efecto global será muy moderado. Es, para mí, cuestionable que estos aumentos representen el "giro social" que se comenta por ahí, aunque no quiero dar ideas al señor Llamazares. Un "giro social" como el que algunos tienen en mente haría estallar las costuras del Presupuesto y provocaría una paralización de la sociedad y la economía. De manera que, señor Rodríguez Zapatero, siga también así, con gestos presupuestarios pero sin inflar la cosa, que Frumentaria da de sí lo que da de sí. Otro dato a destacar. La actualización de la tarifa del IRPF, que ha sido a medias, pues la inflación efectiva es el doble casi de la esperada, pero sienta un precedente que nos alegra muchísimo a algunos.
Cifras y datos aparte, los PGE para 2005 incorporan algunas apuestas, especialmente en su cuadro macroeconómico. Lo de menos es el crecimiento nominal del PIB, que siempre será alto a nada que haya algo de inflación y crecimiento real. Es más, al ministro de Hacienda le interesa que las bases nominales sobre las que giran sus tipos impositivos aumenten de una u otra manera, aunque el de Economía prefiera el crecimiento real al de los deflactores. Lo importante es la apuesta por la productividad. Doctores tiene el Gobierno que le habrán calculado que con los aumentos previstos en la función de I+D+i puede crecer la productividad del trabajo en casi el 1% en 2005. Pero no sé si se lo han dicho o no. Al crecer el empleo al 2%, algo menos que en años precedentes, el PIB lo hará al 3%. Si el precio del petróleo lo permite. La apuesta por un precio del barril de petróleo a 35 dólares es sólo una apuesta y en las circunstancias actuales a uno le gustaría ver los escenarios alternativos que sin duda tendrá el Gobierno, todos peores.
También podía confiársele la tarea de los escenarios alternativos a una Oficina Presupuestaria del Parlamento. Parece que al PP le gusta ahora esta idea, que expuse hace un año en un artículo similar a éste titulado "Los PGE... en Barataria", aunque no es original mía. La última frase de aquel artículo era: "Lo de la oposición es aún peor". Pues eso.
José A. Herce es director de FEDEA y profesor titular de Economía en la U. Complutense.
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