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Cataluña genera seis millones de toneladas de residuos industriales al año

Mar Padilla

El tratamiento de residuos se perfila como una inversión de futuro en Cataluña. Y es que las empresas ubicadas en territorio catalán generan seis millones de toneladas de residuos industriales al año. Ésta es una de las conclusiones del Libro Blanco de la gestión de residuos industriales en Cataluña, de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC).

El estudio, elaborado por la Cátedra Enresa-Enviros en Sostenibilidad y Gestión de Residuos de la UPC y presentado ayer, revela que en la actualidad hay más de 600 empresas dedicadas a la labor de tratamiento de residuos industriales y que se ha pasado de las 985.000 toneladas declaradas en 1985 a más de seis millones en la actualidad.

El importante incremento de desechos industriales viene determinado por el crecimiento de la actividad industrial en tierras catalanas; pero también, según constata el estudio, por el aumento de las declaraciones de las empresas en este campo, como consecuencia de la nueva normativa sobre la materia.

Jordi Bruno, director de la Cátedra Enresa-Enviros de la UPC, explicó ayer que, a pesar de que Cataluña es una de las comunidades pioneras en la gestión de residuos industriales, es necesario un esfuerzo para aumentar la oferta de instalaciones de tratamiento para poder tratar más toneladas en el propio territorio y exportar menos material de este tipo.

Además, Bruno alertó de que los residuos están creciendo más que la producción industrial. En concreto, 2,5 puntos por encima en 2002. "Si se quiere llegar a un modelo sostenible, se ha de invertir esta relación, de manera que el crecimiento económico no implique aumentar la generación de residuos", advirtió Bruno.

Capacidad limitada

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Pero una gestión más sostenible de los residuos es, de momento, difícil en Cataluña: sólo hay una planta incineradora de desechos especiales de Constantí (Tarragonès), y presenta una capacidad limitada para atender la demanda.

Y otra carencia es la de infraestructuras de depósitos controlados de residuos, sobre todo para los especiales. En Cataluña sólo existe el centro de Castellolí (Anoia), que también presenta cierta saturación. No obstante, los expertos señalan que uno de los frenos para un uso más sostenible de los residuos son las "barreras administrativas y legales" que impiden que prevalezca su valoración energética frente a su simple eliminación.

Bruno puso como ejemplo que en Cataluña se ha fijado un límite mínimo de 30 megajulios por kilo de poder calorífico de un residuo para clasificarlo como valorable energéticamente, mientras que, por ejemplo, Holanda y Francia sitúan el límite en 15 y 5 megajulios por kilo, respectivamente. Esto significa que residuos que se podrían reutilizar como combustible alternativo acaban en depósitos o en la incineradora.

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Sobre la firma

Mar Padilla
Periodista. Del barrio montañoso del Guinardó, de Barcelona. Estudios de Historia y Antropología. Muchos años trabajando en Médicos Sin Fronteras. Antes tuvo dos bandas de punk-rock y también fue dj. Autora del libro de no ficción 'Asalto al Banco Central’ (Libros del KO, 2023).

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