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Ex presidentes europeos socialistas abogan por un giro económico mundial

El director gerente del Foro de Davos también pide que se regulen los mercados

El ex presidente del Gobierno español Felipe González denunció ayer la "falta de relevancia" de Europa durante su intervención en el diálogo final del Fórum de Barcelona, en el que participaron otros ex mandatarios europeos socialistas, como el francés Lionel Jospin o el portugués António Guterres. Los líderes reunidos coincidieron en el fracaso del Consenso de Washington -firmado en 1989 como guía para conducir la economía global- y abogaron por reformar las instituciones internacionales desde una perspectiva multilateral y por acabar con las nefastas consecuencias del neoliberalismo.

"El principal problema de la Constitución europea es que no se ha definido qué poder queremos", señaló ayer Felipe González tras mostrarse "firme partidario" del texto. González habló de política y economía -criticó el sistema neoliberal y sus "demoledoras consecuencias sociales"- durante su intervención en el acto final del diálogo del Fórum Del Consenso de Washington a una nueva gobernanza global. "No hay soluciones globales que no pasen por el multilateralismo", afirmó el director del diálogo y ex ministro español de Defensa Narcís Serra.

El ex primer ministro francés Lionel Jospin fue el ponente que empleó palabras más duras para referirse al "fracaso" del Consenso de Washington, entre cuyas recetas figuraban las privatizaciones, los tipos de cambio competitivos o la liberalización de mercados. "El Consenso no fue tal, fue una norma creada por unos países e impuesta a otros sin tener en cuenta las consecuencias sobre la gente", afirmó. Jospin abogó por "el consenso real entre gobiernos, el sector privado y las ONG".

El ex presidente portugués António Guterres sugirió "crear un Consejo para el Desarrollo Sostenible y los Derechos Humanos, que se reuniera una vez al año con jefes de Estado y de las agencias de Naciones Unidas". Guterres propuso también buscar "fórmulas de control y códigos de conducta" aplicables a los organismos internacionales, e incluso se mostró partidario de perdonar la deuda externa, una "trampa" para los países en desarrollo. "Hay que reestructurar la deuda y en algunos casos cancelarla, siempre y cuando existan mecanismos de buena gobernanza", señaló.

Otra de las posturas que planeó sobre la mesa fue la de "ofrecer a los países en desarrollo oportunidades para que desarrollen sus propias políticas", lanzada en la primera intervención por el economista y premio Nobel Joseph Stiglitz. "Las políticas impuestas no funcionan", manifestó. Todos los ponentes se congratularon de la existencia de lo que González denominó "una masa crítica de pensamiento de un nuevo desarrollo", en referencia a los movimientos por otra globalización, como receta para comenzar a construir un modelo económico más justo.

El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, tras citar la propuesta de Zapatero de un pacto entre el mundo occidental e islámico, que la declaración del Fórum "recoge y formaliza", apeló a las autoridades económicas: "Sólo falta que ustedes consigan un Banco Mundial como el que quería Keynes, que el acuerdo de Ginebra sea respetado en el comercio internacional y que el Tribunal Penal Internacional funcione. Este mundo tiene por primera vez los medios de autodestruirse. Pero también por primera vez la posibilidad de autogobernarse. Cataluña y España agradecen profundamente su esfuerzo por hacer realidad ese deseo".

En el marco de otro diálogo celebrado ayer en el Fórum, el director gerente del Foro Económico Mundial de Davos, José María Figueres, reclamó también que se instaure "un marco regulador" de los mercados mundiales que repercuta en el bienestar de los ciudadanos de todo el planeta. Para ello se sumó a las demandas de reforma de Naciones Unidas y de las grandes instituciones económicas.

"Es preciso hallar un marco regulador para las políticas económicas y sociales del mundo", apostilló.Figueres intervino en la clausura del diálogo Contribuyendo a la Agenda global, que concluyó ayer con un documento que recogía un decálogo para resolver la pobreza extrema.

Entre las medidas propuestas están la reorientación del Fondo Monetario Internacional para distribuir las recaudaciones de un impuesto para el desarrollo, la adopción de políticas laborales, la estabilización de mercados de materias primas y la regulación de los mercados financieros, lo que incluye la aplicación de una tasa que grave los movimientos especulativos de capital.

Felipe González, Lionel Jospin, António Guterres y Pasqual Maragall, en el Fórum.
Felipe González, Lionel Jospin, António Guterres y Pasqual Maragall, en el Fórum.VICENS GIMÉNEZ

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