Maria de Medeiros aborda la relación entre críticos y cineastas
El documental 'Je t'aime... Moi non plus' reúne a más de 50 invitados
Maria de Medeiros ha sido la protagonista de algunas de las mejores películas de Manuel de Oliveira, la heroína cómica y desesperada de Des nouvelles du bon Dieu o la pareja de Bruce Willis en Pulp fiction. Ha dirigido Capitanes de abril, una cinta que evoca la llamada "revolución de los claveles". En San Sebastián ha presentado Je t'aime... Moi non plus, un filme documental sobre un tema insólito: la relación de amor-odio entre críticos y cineastas. "Me resulta difícil decir cuándo nace el proyecto. Creo que es fruto de mis distintas experiencias con el Festival de Cannes. La primera vez acudí como actriz y me pareció cargado de violencia. Cuando estuve como directora, tuve encuentros interesantes y supe lo que hacía allí. Por último, hace unos pocos años, me invitaron a presidir el jurado de la Cámara de Oro, que premia la mejor primera película de entre todas las secciones, y ahí el festival me pareció divertido, tuve la sensación de verlo desde dentro".
"A nosotros nos pagan para ir al cine cada día, y el público paga para ir de vez en cuando"
La relación de críticos y directores invitados a expresarse en torno a la cuestión es impresionante, más de medio centenar de personalidades que desvelan los misterios "de una relación contradictoria, que es muy íntima al tiempo que pública, entre personas que muy a menudo no se conocen físicamente", dice Maria. Para el director británico Ken Loach, "el crítico y el cineasta se necesitan como el perro necesita de la farola". No hace falta explicar quién es quién en la imagen del inglés. El finlandés Kaurismaki está convencido de que "muchos críticos desean ser cineastas pero ninguno quisiera ser crítico", algo que no sorprende a Vicente Aranda porque, para él, "ser crítico, como ser juez o ser policía, es un mal oficio". Almodóvar concluye que, si un hijo suyo, de pequeño, "me dijera que de mayor quiere ser crítico, lo llevo al psiquiatra".
Maria de Medeiros ha planteado su encuesta en términos psicoanalíticos, desde el prisma del amor. "Es una relación excesiva, apasionada. Un día, por casualidad, me encontré compartiendo mesa con varios críticos y les escuché cuando, cada uno de ellos, con convicción y fuerza, defendía o atacaba la película que acabábamos de ver". El discurso, el puzzle de declaraciones que constituye el discurso, se organiza en torno a temas que corresponden a un proceso amoroso: "primer encuentro", "primer beso", "prolegómenos", "el sexo", "tras el amor", "un amor exclusivo", "correo sentimental", etcétera, y nos permite descubrir que Atom Egoyan confió en que un artículo -que luego quedó reducido a apenas dos líneas- iba a sacar su primera película del anonimato, que Wim Wenders prefiere el elogio emocionado de un espectador desconocido a mil críticas favorables o que el profesional del comentario no tiene nada que ver con el espectador normal: "A nosotros nos pagan para ir al cine cada día, y el público paga para ir de vez en cuando", resume Jean Michel Frodon, del diario Le Monde.
Maria niega que el documental naciera de algún tipo de resentimiento ante la acogida -"tuve críticas muy elogiosas, otras más moderadas y algunas contrarias"- de su primer largometraje como directora, Capitanes de abril (2000). Lo que la interesa "es ver cómo se acoge una obra de arte y cómo se acoge una crítica" y le gusta la libertad de palabra a todo el mundo. Algunos, como Gérard Lefort, de Libération, relacionan el ser crítico con la homosexualidad, las dificultades de relación y el espíritu de coleccionista. Un cineasta cinéfilo -Almodóvar- coincide con él.
La gran mayoría de testimonios fueron recogidos hace más de dos años. "Tenía más de 90 horas de declaraciones. No me puse a montar hasta que estuve embarazada. Entonces me senté ante la moviola como una mamá que, con las agujas de hacer punto, le hace jerséis al futuro bebé". Lo que decíamos, una extraña historia de amor.
Babelia
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