Los secuestradores amenazan con matar a tres occidentales si no se libera a presas iraquíes
Al menos 23 muertos por un coche bomba contra una oficina de reclutamiento en Kirkuk
La cadena qatarí también anunció anoche que un grupo islamista iraquí reivindicó en un vídeo el secuestro de 10 empleados de una compañía turco-estadounidense y amenazó con matarlos si la empresa no se retira de Irak en un plazo de tres días. Al Yazira difundió imágenes en las que 10 hombres presentan ante la cámara sus identificaciones. El grupo de secuestradores se autodenomina Brigada Salafista Abu Baker al Sedik.
En la primera cinta emitida ayer, se ve a los estadounidenses Jack Hensley y Eugene Amstrong y al británico Kenneth Bigley arrodillados sobre una alfombra y con las manos en la espalda. Éstos se identifican y explican con voz trémula la naturaleza de su trabajo. Son empleados de una empresa constructora. Cuando el plano se abre un poco aparece detrás un pantalón de chándal oscuro de una marca deportiva y la bocacha amenazante de un Kaláshnikov. En otra secuencia, los occidentales atienden cabizbajos a otro secuestrador, éste encapuchado y totalmente de negro, que lee un comunicado en árabe en el que demanda la liberación de las mujeres detenidas en las cárceles de Abu Ghraib, al oeste de Bagdad, y Um Qasar, cerca de Kuwait.
La petición no es tan maximalista como en otras ocasiones, en las que los insurgentes exigen que se retiren de Irak las tropas del país de los rehenes. Pero el plazo dado es escaso y la amenaza, seria. Se trata de uno de los grupos (Monoteísmo y Guerra Santa) más radicales y violentos junto al de Ansar al Suna, que dispone de una base en Faluya y es autor del asesinato de siete agentes españoles del CNI y de 12 nepalíes.
Ayer se supo que dos chóferes turcos desaparecieron en la carretera de Samarra y el Gobierno libanés denunció la desaparición de tres trabajadores. Nada nuevo se sabe de las italianas Simona Torretta y Simona Pari, después de que un grupo de 20 hombres armados se las llevara el 7 de septiembre de su oficina del barrio bagdadí de Al Wahda. Su ONG, Puente a Bagdad, empezó a trabajar en la época de Sadam Husein, lo que hace sospechar de la implicación del Mujabarat, el servicio secreto del régimen anterior.
Mientras, el primer ministro iraquí, Ayad Alaui, aseguró en una entrevista con la cadena estadounidense ABC, que el juicio contra Sadam Husein, capturado por EE UU en diciembre de 2003, comenzará en octubre. "Él [Sadam] comparecerá en noviembre o diciembre, pero el proceso comenzará en octubre", dijo Alaui.
La violenta situación que vive Irak tuvo ayer su mayor eco en Kirkuk, ciudad petrolera del norte que se disputan kurdos, turcomanos y árabes. Un coche bomba se estrelló contra la barrera de protección del centro regional de reclutamiento de la Guardia Nacional (especie de Guardia Civil). Al menos 23 personas murieron y otras 39 resultaron heridas.
La imagen era terrible: cuerpos rotos enganchados en el alambre de espino que cercaba el cuartel. Fue el último ataque de una semana negra: el martes, un coche bomba mató a 50 personas en el centro de Bagdad, muchos de ellos aspirantes a policía; el viernes, otro acabó con la vida de ocho agentes. Sólo en las últimas 48 horas han muerto más de 80 iraquíes. La insurgencia les considera colaboradores del ocupante. Desde que acabó la guerra, más de 800 agentes han muerto. Pero frente al miedo, está la realidad: el paro afecta a más del 50% de la población y ser policía es uno de los escasos puestos de trabajo disponibles.
La aviación de EE UU volvió a bombardear ayer Faluya: cinco muertos. Según la agencia France Presse, todos eran miembros de una misma familia. En Baquba, una granada cayó sobre un liceo e hirió a 11 jóvenes. Un marine murió en la provincia de Al Anbar. Otros dos soldados de EE UU murieron en un ataque con coche bomba en Bagdad y un iraquí perdió la vida en el ataque a un convoy militar también en la capital.
Sólo dos buenas noticias: después de 24 años de ruptura diplomática, Irán e Irak han intercambiado embajadores, y las líneas áreas iraquíes volvieron a volar tras 14 años en tierra. Ayer, el Boeing 737, único en servicio, aterrizó en Bagdad.
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