Cillar de Silos, producción limitada
La bodega se ha fijado un techo anual de sólo 250.000 botellas de calidad y precio elevado
Con una producción de 200.000 botellas y una facturación de 1,2 millones de euros, Cillar de Silos es una de las pequeñas bodegas en Ribera del Duero que, frente a la estrategia de los grandes grupos que han desembarcado en la zona con elevadas producciones, ha apostado por mantenerse en su nicho de oferta controlada y limitada en el segmento de calidad y precio alto.
La exportación supone actualmente el 25% de las ventas y el objetivo es lograr que la mitad de la producción se coloque en el exterior
Ubicada en Quintan del Pidio, Cillar de Silos es una bodega familiar joven puesta en marcha en 1994 por los hermanos Óscar y Roberto Aragón, que tras un periodo de formación profesional agraria optaron por el vino como alternativa a la actividad agrícola fundamentalmente en el sector cerealista. Desde entonces hasta la fecha, la bodega ha constituido un proyecto familiar, donde los dos hermanos agricultores jóvenes trabajan a pie de bodega desde el control permanente de los viñedos hasta la política comercial tanto en España como en el exterior.
"Estamos ubicados en la denominación de Origen Ribera del Duero y en consecuencia operamos de acuerdo con las exigencias de la misma. Pero, señalan los hermanos Roberto y Oscar, nuestro objetivo y, lo estamos consiguiendo, es que los consumidores no nos conozcan solamente como una bodega en Ribera del Duero, sino como un vino con personalidad propia. Nosotros no queremos vivir del prestigio de la denominación de origen, sino contribuir a dar prestigio a la misma, aunque luego sean otros quienes se aprovechen de esa imagen de un vino de calidad."
En la última década, el número de bodegas autorizadas en Ribera del Duero han pasado de medio centenar a más de 200 con el desembarco masivo de los grandes grupos del sector. Este proceso ha supuesto igualmente un aumento de la producción, pero también el inicio de importantes excedentes que está obligando a algunas bodegas a vender parte de sus producciones a precios bajos con el consiguiente efecto negativo para el conjunto de la denominación que se cimentó tradicionalmente en calidad y precio alto.
Frente a la estrategia de las grandes bodegas de producciones elevadas que adquieren la materia prima, Cillar de Silos elabora sólo la producción de unas 40 hectáreas propias en la denominación de origen Ribera del Duero y tiene un proyecto para entrar en la Ribera del Arlanza con majuelos con edades que van desde los 15 a más de 30 años. Junto a la edad del viñedo, cada campaña se lleva cabo una calificación de cada parcela para seleccionar las uvas y destinar las mismas a la producción de uno u otro vino, jóvenes, reserva o grandes reservas que duermen en largas y viejas galerías cavadas bajo el pueblo de Quintana del Pidio. La calidad para una producción limitada constituye uno de los ejes de su política, lo que supone descargar la producción de las cepas en primavera y finalmente en los meses de verano para lograr la materia prima adecuada al vino que se quiere obtener.
"La calidad de un vino está en su elaboración, pero , sobre todo, en la viña. Para lograr un buen vino es fundamental el trabajo en el campo. El secreto de un vino está en las cepas y por esa razón en nuestra bodega sólo entra uva que hemos controlado en toda su fase de producción"
De la oferta total limitada de Cillar de Silos, unas 40.000 son de vino joven, 180 de crianza y unas 30.000 de reservas y su techo se ha fijado en las 250.000. Hasta la fecha, por tratarse de una bodega joven, la mayor parte de su producción se comercializa en el mercado nacional. En los últimos años, sin embargo, se ha desarrollado una intensa actividad exportadora. Ello ha supuesto que en este momento las ventas en el exterior supongan más del 25% del total en mercados como Suiza, Reino Unido, México o Puerto Rico. El objetivo a medio plazo es que el 50% de las ventas se haga en otros mercados, pero no compitiendo en precios a la baja como sucede con la mayor parte de los vinos que llegan desde terceros países, sino en el segmento de calidad.
"Tanto en el mercado nacional como en el exterior, uno de nuestros objetivos ha sido hacer un nombre en base a una calidad, un precio y fidelizar al cliente. Corren tiempos complicados para el vino en general, pero para bodegas pequeñas como la nuestra, ésta es la única salida" concluye Roberto Aragón.
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