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Reportaje:

Una 'sausage' no es una salchicha

El Ayuntamiento de Fuengirola amenaza por carta a los comerciantes con multas si sus carteles no están en español

Un cartel de un restaurante en el paseo marítimo de Fuengirola (Málaga) muestra el menú del día, "sausages with tomato" pone en uno de sus apartados. El Ayuntamiento de la localidad ha llegado a la conclusión de que los visitantes tienen el derecho de saber que el letrero quiere decir "salchichas con tomate". Por eso, ha enviado cartas a los 469 establecimientos comerciales censados para informarles de que, desde el 18 de junio pasado, es obligatorio usar el castellano en los carteles que estén en la calle, según una norma para las empresas que tienen permiso para ocupar la calle con toldos, mesas y sillas.

Tan importante resulta el tema, que el Ayuntamiento tiene incluso una concejal encargada de estos asuntos. "Estamos en una ciudad turística y es normal que el inglés se utilice en los dípticos y carteles. Pero si no están en español, no queda garantizada una información completa para todos los posibles clientes", afirma Ángela Belmonte (PP), edil de Ocupación de Vía Pública.

Ya era hora de que nos enteráramos de lo que ponen", afirma un vecino
"No me interesa que vengan los españoles, beben poco alcohol", replica un hostelero"

En un último golpe contra el orgullo foráneo, los carteles deberán redactarse primero en castellano y después en lo que quiera el propietario.

Belmonte tendrá que lidiar sobre todo con los numerosos pubs ingleses e irlandeses que pueblan la primera línea de playa y la zona del puerto. Allí hay reacciones para todos los gustos. Uno de los más patriotas ha sido el gerente de un bar de copas inglés que no ha querido dar su nombre. "No pienso cambiar los carteles, el 90% de mis clientes son británicos. Además, no me interesa que vengan los españoles porque tardan tres horas en tomarse un café y no beben mucho alcohol", afirma.

Si el anónimo defensor del monopolio inglés en los letreros no da su brazo a torcer, puede sufrir una multa que oscila entre los 60 euros y los 450, e incluso la retirada del permiso para ocupar la calle.

Desde el Consistorio se afirma que predominará el talante conciliador. "En principio se harán requerimientos y sólo si se incumplen se iniciará el proceso sancionador", señala la edil. Muchas tazas de té se tendrá que tomar en el café-bar Captain Jumbo's. La zona del toldo a la entrada del local está llena de carteles con toques celtas y la eñe brilla por su ausencia. Robert, su propietario, afirma que tiene 130 carteles y que "no va a tener espacio para repetirlos en español". Un problema, teniendo en cuenta que la normativa solo permite un máximo de dos carteles por local.

Curiosamente, muchos locales de empresarios españoles se han adaptado al turismo e incluyen en sus letreros el inglés o el francés. En el local de Lázaro Lavado, sobre fondo blanco, coiffeur y hairdresser comparten espacio junto a peluquería. "Hace tiempo que lo puse. Es mejor porque así tengo más clientes", señala Lázaro mientras corta el pelo de un rubio nórdico.

Los vecinos están de acuerdo con la batalla que libra el Ayuntamiento. "Ya era hora de que nos enterásemos de lo que ponen", afirma Antonio Postigo. Sin embargo, aunque el señor Postigo se decida por un manjar británico que haya visto anunciado en los nuevos carteles, en el interior del establecimiento seguirá tan perdido como si estuviese en Londres. La norma es de aplicación obligatoria fuera del local pero no dentro. Algunos restaurantes extranjeros tienen la carta del menú en varios idiomas pero otros no. En ese caso, sólo los gestos le servirán de ayuda porque los trabajadores de estos locales no suelen hablar ni una palabra de español.

La norma es una ampliación de la ordenanza de ocupación de la vía pública. En ella también se prohíbe "colocar mesas y sillas con publicidad comercial distinta al nombre propio del negocio" y se exige el color blanco o crudo para las sombrillas "pudiéndose autorizar otro color distinto teniendo en cuenta la zona urbana".

Belmonte ha agradecido la colaboración de comerciantes y hosteleros en general "aunque hay algunos detalles en los que aún se puede mejorar más".

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