El ritmo 'chavista' de Venezuela
El PIB del país suramericano ha crecido un 29,8% en el primer trimestre y se espera que cierre el año con un avance del 10%
El referéndum que hoy decidirá la continuidad de Hugo Chávez como presidente de Venezuela llega en el momento de mayores logros económicos en cinco años, gracias al alza del precio del petróleo y a un elevado gasto público. No obstante, la bonanza actual choca con un magro balance de su mandato, periodo en que la producción acumulada ha caído un 15%, la deuda pública se ha disparado al 38% del PIB y la inflación sobrepasa el 30% de crecimiento anual.
La actual bonanza contrasta con el balance económico de la 'era Chávez': desde 1999 la economía venezolana se ha contraído un 15%
La vieja máxima política dice que la evolución de la economía decide muchas veces las elecciones en un país. Bajo esta lógica, y si se toman en cuenta los resultados económicos del este año, el presidente venezolano debería ganar sin problemas el referéndum revocatorio que hoy decide su destino. Por el contrario, si se consideran sus cinco años de Gobierno, Hugo Chávez perdería por paliza.
En los últimos ocho meses, la economía venezolana ha presentado los mejores índices en cinco años, con un producto interior bruto (PIB) que creció un 29,8% en el primer trimestre y que debería cerrar el año en un 10%, según pronósticos oficiales. Se ha logrado además rebajar la inflación anualizada en diez puntos, hasta el 21%, y se ha reactivado la alicaída inversión extranjera.
Petróleo y gasto estatal
Esta bonanza contrasta con un pésimo balance económico desde que Chávez llegara al Gobierno en 1999. En este periodo el PIB se ha contraído un 15%, la pobreza ha crecido desde un 57% hasta un 70% y, según cifras que maneja la oposición, se ha perdido un tercio del poder adquisitivo y el empleo informal ya alcanza al 52%. Además, los precios han tenido un alza nominal del 110%.
Para los analistas, este oscuro panorama tiene mucho que ver con las mismas razones del éxito actual: la extremada dependencia del petróleo y un elevado gasto estatal que no se acomoda a los ingresos que genera el país, lo que ha elevado la deuda pública al 38% del PIB. La producción total venezolana alcanzó los 88.960 millones de dólares en 2003.
Mientras la tendencia moderada de precios que mantuvo el petróleo hasta 2003, coincidió con la recesión venezolana -una contracción del 9,2% en 2003 y del 8,9% en 2002-, este año el alza del crudo por encima de los 40 dólares ha generado que las exportaciones del sector hayan crecido un 72,5% interanual, tirando por sí solo de la economía venezolana. El petróleo es clave para el país, ya que representa tres cuartas partes de sus ingresos externos y la mitad de la recaudación fiscal.
Según el servicio de estudios de Caja Madrid, el otro elemento que está apuntalando la economía venezolana en este momento es el gasto público. Datos de la Comisión Económica para America Latina y el Caribe (Cepal) indican que el año pasado el gasto corriente del sector público alcanzó el 21,6%, cuatro puntos más que en 1998.
La propia Petróleos de Venezuela (PDVSA), la petrolera estatal que controla la producción de crudo, ha anunciado un millonario plan de inversiones de 37.000 millones de dólares hasta 2009. Chávez también ha anunciado una cartera de proyectos sociales y de infraestructura por otros 2.000 millones, financiados principalmente por el petróleo.
Precisamente este aumento del gasto público, sumado al estricto control cambiario, han sido los ejes de la política financiera de Chávez. Sus principales avales contra la pobreza, pero a la vez, los grandes lastres de la mala situación económica del país en sus cinco años de mandato.
En el ámbito político se ha ganado el odio del empresariado y la desconfianza creciente de los mercados internacionales, y en términos reales esta expansión fiscal ha generado una deuda que se hace cada vez más incontenible. La deuda pública en moneda local -el bolívar- se ha triplicado desde 1999, con un déficit fiscal del 4% anual en promedio.
Para controlar este gasto público, la principal herramienta del Gobierno de Chávez ha sido el control cambiario, que ha devaluado el bolívar en un 116% en los últimos dos años. De esta manera se ha logrado rebajar la deuda en dólares en unos 2.500 millones, aunque no ha impedido que la cotización real del bolívar en el mercado informal y la fijada por el Gobierno tengan una diferencia del 50% en su valor.
El otro gran dolor de cabeza en estos cinco años ha sido la inflación, que el año pasado superó el 30%. Para controlar este problema que ocasiona la paradoja de que un litro de combustible sea más barato que un litro de leche, Chávez ha mandatado al Banco Central a drenar liquidez, lo que significa que el instituto emisor compre bolívares para evitar su escalada, provocada por el exceso de oferta monetaria.
Burbuja monetaria
Según datos del mismo Banco Central de Venezuela, por este concepto el Estado se ha debido dejar en el mercado 842 millones de dólares sólo por intereses derivados de la emisión de certificados de depósitos. Según el servicio de estudios del BBVA, esta situación mantendrá una burbuja de liquidez entre el 70% y el 80% del dinero en circulación. A juicio del BBVA, esta situación, sumada al ambiente de fragilidad política, evitará un cambio en el medio plazo de las políticas monetarias de Chávez, cualquiera que sea el resultado de los comicios.
Extrapolando escenarios futuros tras las elecciones, el Financial Times, citando a fuentes petroleras anglosajonas, ha señalado que para el inversor extranjero lo mejor es que se termine con la incertidumbre y que quien pierda la elección, incluso si es la oposición, reconozca el triunfo de manera rápida. Esto confirma el acercamiento que ha tenido Chávez con los capitales extranjeros.
La inversión extranjera es precisamente otro de los puntos pendientes del mandato Chávez. El año pasado cayó un 40% en relación a 2002; sin embargo, este año el capital foráneo ha llegado hasta los 177,3 millones de dólares en los primeros cinco meses, una recuperación del 50% en relación al año pasado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.