La misión para desvelar los secretos de Mercurio inicia su viaje de siete años
A partir de 2011, la nave no tripulada 'Messenger' estudiará el planeta más cercano al Sol
La sonda espacial de exploración Messenger fue lanzada en la madrugada de ayer con destino al planeta Mercurio, un día después de la fecha inicialmente prevista debido a las condiciones meteorológicas adversas registradas en el Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral. El objetivo de esta nave no tripulada estadounidense es ponerse en órbita del planeta más cercano al Sol y estudiarlo durante al menos un año, pero no llegará allí hasta marzo de 2011. Mercurio no se ha estudiado de cerca desde que lo sobrevoló tres veces la nave Mariner 10 de la NASA a mediados de los años setenta.
En su largo viaje Messenger irá tomando impulso en varias maniobras gravitatorias alrededor de la Tierra, Venus y el propio Mercurio. Es la segunda misión que se realiza a este pequeño planeta en toda la historia de la exploración espacial, tras la Mariner 10, y pretende desvelar algunos de los misterios que todavía rodean este cuerpo celeste, muy difícil de estudiar por su cercanía al Sol.
"Nuestras misiones a Marte y Venus han producido interesantes datos y nuevas teorías acerca de los procesos que formaron los planetas interiores", ha comentado Orlando Figueroa, director de la división de Exploración del Sistema Solar de la NASA. "Sin embargo, Mercurio sigue siendo un planeta con una historia fascinante que contarnos. Messenger completará la exploración detallada de la región interior del Sistema Solar, nuestro patio planetario, y nos ayudará a comprender las fuerzas que conformaron los planetas como el nuestro".
Varios aspectos tecnológicos y de dinámica orbital complejos explican la dificultad de la misión y, por tanto, el hecho de que apenas se haya intentado.
La debida protección térmica de los equipos en el entorno de Mercurio, donde el brillo del Sol es 11 veces más intenso que en la Tierra, es uno de los grandes retos de la misión, que en este caso se ha solucionado con el apantallamiento de la nave y los instrumentos mediante un parasol rectangular de 2 por 2,6 metros hecho de compuestos cerámicos montados en un marco de titanio. Además, el diseño de las órbitas de trabajo de la Messenger está concebido de manera que la exposición a las más altas temperaturas se reduce al mínimo de tiempo posible. En la superficie de Mercurio, a la altura del ecuador, se registran temperaturas de 450 grados centígrados, mientras que en la zona de sombra, descienden hasta 200 grados bajo cero.
Otro gran reto de la misión es cómo enviar una nave a Mercurio con los cohetes disponibles para este tipo de sondas de exploración. El artefacto no puede ser muy pesado, pero sin embargo necesita una gran cantidad de combustible para alimentar sus motores y perder velocidad de manera que pueda dejarse atrapar gravitatoriamente por el planeta y ponerse en órbita allí.
Un tercio de los 600 kilogramos de combustible que la Messenger lleva se consumirán en esa maniobra. La masa total de la sonda, incluido el combustible, es de 1.200 kilos. Para compaginar estos requisitos se utiliza la asistencia gravitatoria de Venus (dos veces) y de la Tierra (una vez) así como del mismo Mercurio (tres veces), lo que explica el largo recorrido (7.900 millones de kilómetros) que la Messenger tiene que recorrer, incluyendo 15 vueltas alrededor del Sol. Los tres sobrevuelos de Mercurio servirán para precisar la trayectoria de la nave antes de la puesta en órbita dentro de siete años.
"Estamos haciendo algo que nadie ha intentado antes", ha dicho el jefe del proyecto Messenger David G. Grant, del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad John Hopkins. "Tras el lanzamiento y un largo viaje por el Sistema Solar interior, todavía tendremos que afrontar la arriesgada y difícil tarea de la puesta en órbita alrededor del planeta más cercano al Sol. El equipo confía en que la nave que ha diseñado, construido y probado está lista para este viaje y su misión en Mercurio".
Pocos años después de llegar, la Messenger puede tener una compañera. El ingeniero y matemático italiano Giuseppe (Bepi) Colombo concibió y propuso a la NASA la trayectoria apropiada para la Mariner 10 hace tres décadas. En su honor, la Agencia Europea del Espacio (ESA) ha bautizado BepiColombo la misión que proyecta para ir a Mercurio en 2011 o 2012.
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