Gades reposará en la Sierra Maestra, cuna de la revolución cubana
Las cenizas del bailaor fueron trasladadas a la isla por su esposa y sus tres hijas
Las cenizas de Antonio Gades ya están en La Habana. Pronto reposarán para siempre en la Sierra Maestra, la mítica montaña del oriente de Cuba donde los guerrilleros de Fidel Castro forjaron la revolución que el bailarín hizo suya y defendió hasta el día de su muerte. Los restos de Gades fueron trasladados a la isla por su esposa, Eugenia Eiriz, y sus hijas María, Tamara y Celia, y fueron entregados, por su expresa voluntad, a su "compadre" Raúl Castro, el jefe del Ejército cubano, para que hiciera con ellos lo que estimara "conveniente".
Por decisión del ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), las cenizas de Gades permanecerán en un mausoleo militar situado en el frente guerrillero por él creado en la Sierra Maestra en 1958 -el Segundo Frente Oriental Frank País-, donde reposan los restos de los combatientes y oficiales que pelearon bajo sus órdenes durante la guerra de Liberación. Estos honores militares, "en atención a sus excepcionales cualidades artísticas y humanas y a su condición revolucionaria", sólo son equiparables, en su condición de extranjero, a los que se ofrendaron en la isla al comandante guerrillero de origen argentino Ernesto Che Guevara.
El diario oficial Granma publicó ayer el "testamento político" de Gades, escrito seis días antes de su muerte en una hoja timbrada del hospital Gregorio Marañón, de Madrid, y dirigida a Raúl Castro, en la que le manifiesta que lo único que siente "es no haber hecho más por la revolución". "Jamás pensé tener el honor de llegar a ser su compadre, pero desde que le conocí siempre estuvo dentro de mí por su firmeza, su ejemplo de verdadero comunista y su fidelidad a nuestro comandante", escribe Gades, que desde hace años era miembro del Partido Comunista de Cuba.
Última voluntad
El bailarín dice a su amigo que su "última voluntad" es que se le entreguen sus cenizas: "Haga con ellas lo que usted crea conveniente", expresa Gades, que termina su carta con un "Siempre a sus órdenes. Antonio". Granma publica varias fotografías del sobrio recibimiento militar que se realizó a su llegada, al que sólo asistieron sus familiares y amigos más cercanos, además de Raúl Castro, su esposa Vilma Espín, el ministro del Interior, Abelardo Colomé, y el jefe del Estado Mayor, Álvaro López Miera, hijo de republicanos españoles exiliados en Cuba.
"Tanta era su modestia que, a pesar de todo su apoyo y disposición de dar incondicionalmente la vida por la revolución, injustamente se reprochaba aún no haber hecho más por ella", destaca Granma, que indica que los restos del bailarín "reposarán eternamente en la tierra que amó, junto a héroes eternos de nuestra patria".
La ceremonia de inhumación de los restos de Gades en la Sierra Maestra todavía no tiene fecha, pues el mausoleo que albergará sus cenizas en estos momentos se encuentra en reparación. Mientras tanto, serán custodiadas en una sala del ministerio de las FAR, con todos los honores.
La muerte de Antonio Gades no sólo ha causado conmoción política en la isla. El mundo artístico también ha lamentado la desaparición del bailarín, amigo de numerosos artistas e intelectuales cubanos. El jueves, en un multitudinario concierto sinfónico celebrado en la plaza de la Revolución, en el que participaron 200 músicos y al que asistió Fidel Castro, el cantautor cubano Silvio Rodríguez dedicó a Gades la velada. "Con optimismo, como a él le hubiera gustado, quiero dedicar mis canciones a la memoria de un amigo personal y de Cuba, Antonio Gades", afirmó el trovador antes de comenzar la gala en homenaje al 51º aniversario del asalto al Cuartel Moncada. En el Ballet Nacional de Cuba también se le rindió homenaje.
Babelia
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