El Gobierno iraquí crea un departamento de seguridad para "aniquilar" a los terroristas
El segundo coche bomba en 24 horas deja 10 muertos en la ciudad suní de Hadiza
El primer ministro iraquí, Ayad Alaui, mantiene su discurso de firmeza ante los insurgentes. Ayer, tras la explosión del segundo coche bomba en 24 horas, anunció la puesta en marcha de una Dirección General de Seguridad. Este nuevo cuerpo, dijo, "aniquilará a esos grupos terroristas, si Dios quiere". Su ayuda llegará sin embargo tarde para las 10 víctimas mortales de Hadiza, la localidad situada 270 kilómetros al noroeste de Bagdad, donde se produjo el último atentado. Entre los fallecidos había dos niños, tres policías y varios empleados de banca.
Alaui pide a varios países musulmanes que contribuyan a la fuerza multinacional
Hadiza es una pequeña ciudad de mayoría suní que, como casi todas en la provincia de Al Anbar, nunca ha escondido sus simpatías por el régimen de Sadam. Sin embargo, a diferencia de Faluya o Ramadi, se había mantenido relativamente tranquila. Hasta ayer por la mañana cuando se produjo una potente explosión a las puertas del edificio que alberga el Ayuntamiento, la comisaría central y la sede de la guardia nacional.
"Ha causado 10 muertos y 27 heridos", declaró a los periodistas en Bagdad el coronel Adnán Abdelrahmán, portavoz del Ministerio del Interior. La mayoría de los heridos, así como tres de los muertos, son policías. Murieron también dos niños y varios empleados de una sucursal bancaria cercana. El día anterior otras 11 personas fallecieron y una treintena resultaron heridas en un atentado suicida en la capital.
En la noche del miércoles al jueves, la policía de la ciudad santa de Kerbala, 110 kilómetros al sur de Bagdad, logró evitar un ataque similar gracias a un chivatazo. Los agentes interceptaron el vehículo cargado de explosivos a 500 metros del cuartel de las tropas búlgaras. Los dos ocupantes prefirieron hacerlo estallar antes que entregarse. No hubo otras víctimas.
Aún así, el jefe del Gobierno aseguró que "la situación de seguridad está mejorando", pero más que hechos concretos hizo una declaración de intenciones. "Estamos determinados a derribar todos los obstáculos que se interponen en nuestro camino hacia la democracia y, si Dios quiere, acabaremos con el terrorismo", manifestó Alaui en una conferencia de prensa, convocada antes de que se conociera el atentado de Hadiza.
Entre las medidas que presentó el primer ministro destacan la creación de un nuevo cuerpo de seguridad para combatir el terrorismo cuyo nombre tiene resonancias del antiguo régimen para muchos iraquíes. Dirección General de Seguridad suena demasiado parecido a Seguridad General, los servicios secretos internos de Sadam Husein.
"No será lo mismo", defendió el ministro del Interior, Falah al Naquib, que junto al titular de Defensa, Hazem Shaalán, flanqueaba a Alaui. "Tenemos profesionales con experiencia que tienen las manos limpias", aseguró Al Naquib. El primer ministro reconoció, no obstante, que las fuerzas de seguridad iraquíes carecen de la capacidad para afrontar el reto en solitario. Por primera vez, hizo público que ha pedido tropas a varios países del entorno, una decisión que los dirigentes iraquíes se habían negado a tomar hasta ahora.
"He solicitado al presidente Pervez Musharraf , al presidente de India, al rey de Marruecos, al sultán de Omán, al presidente de Egipto y al de Bangladesh que contribuyan con tropas a la Fuerza Multinacional hasta que Irak sea capaz de afrontar sus necesidades y desafíos de seguridad", manifestó Alaui tras reconocer lo delicado del asunto.
Estados Unidos ha tratado de conseguir que países árabes y musulmanes participaran en el despliegue, pero tal posibilidad suscitaba el recelo de los requeridos como de los iraquíes. Hace apenas diez días, el propio Alaui declinó una oferta en ese sentido de Jordania.
En una entrevista publicada ayer por el diario Al Hayat, el primer ministro aseguraba que entre el medio millar de detenidos en la redada del pasado lunes hay algunos miembros de Al Qaeda, entre ellos el conductor del terrorista jordano Abu Musab al Zarqaui. Además, afirmaba que los servicios secretos iraquíes han detectado una creciente coordinación entre la red terrorista y los insurgentes nostálgicos del régimen depuesto.
Sin embargo, cuando se le preguntó por el asunto durante la conferencia de prensa, cedió la palabra a su ministro de Interior, quien evitó realizar esa conexión. "Ha sido una operación contra el crimen organizado que ha tenido por objetivo una veintena de bandas dedicadas al asesinato y al secuestro, entre otros delitos", describió antes de anunciar que la mayoría de los detenidos han quedado en libertad "por no estar relacionados". "Mantenemos en prisión a dos centenares que estamos convencidos de que son los responsables de la mayoría de los delitos de los últimos 15 meses", dijo.
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