_
_
_
_
Tribuna:LA INVESTIGACIÓN DEL 11-M | La comisión parlamentaria
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Del agente 007, la fe de Aznar en la CIA y la convicción de Rajoy

Según un informe del Centro de Nacional de Inteligencia (CNI), redactado el 15 de marzo, los siete detonadores y la cinta de casete fueron hallados el 11-M en Alcalá de Henares, antes del traslado de la furgoneta Renault Kangoo al madrileño barrio de Canillas. Eso es lo que declaró en la comisión del 11-M, el 6 de julio, el primer compareciente. Sí, el portero de la finca de Alcalá de Henares, Luis Garrudo, el hombre que vio a los asesinos encapuchados abandonar la furgoneta Kangoo y que efectuó la denuncia. Mira por dónde, uno estaba en el Congreso a unos metros de un espontáneo agente 007 español al que los diputados del PP pusieron a caer de un burro. Garrudo explicó una y otra vez con mucha convicción que entre las doce y la una del mediodía del 11-M, tras ser forzada la furgoneta por la policía, supo lo de los detonadores.

Si se comparan los datos de la CIA y el CNI, el acierto del servicio español es evidente
Más información
El CNI advirtió repetidamente y cada vez con más alarma del riesgo islamista

- Oí que allí había detonadores, dijo.

Garrudo, ¿puede ser la fuente del CNI? La pregunta no sugiere que sea (podría darse) un agente o un confidente espontáneo del CNI, sino que el Centro hubiera recogido su testimonio en algún momento y de manera indirecta. O que los agentes del CNI, dezplazados a Alcalá de Henares, "oyeran" lo mismo que el portero, en aquellos corrillos que según Garrudo se formaron en torno al vehículo. En todo caso, ¿qué hicieron con esa información? Otra posibilidad es que el informe del CNI conocido es una elaboración a posteriori en la que se incluyen versiones sin comprobación. En todo caso, las acciones de Garrudo han provocado un calentón del mercado. Y será interesante profundizar en el asunto.

Entre los documentos clasificados figuran varias advertencias sobre posibles atentados contra intereses españoles, incluso antes de los perpetrados en Casablanca, Marruecos. Hay que recordar que dicha acción terrorista contra la Casa de España, entre otros objetivos, tuvo lugar el 16 de mayo de 2003. Esto es. ¡nueve escasos días antes de las elecciones municipales y autonómicas del 25 de mayo en este país! Fue, a la luz del 11-M, un ensayo general.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Si se confrontan esos avisos con la obsesión unidireccional del Gobierno del PP con ETA, se comprende que José María Aznar haya escrito en el epílogo que "quizá los propios éxitos conseguidos en la lucha contra ETA en los últimos años nos han llevado a bajar la guardia ante la amenaza fundamentalista". ¿De quién es la responsabilidad de mantener, subir o bajar la guardia? Eso es algo que debería ser objeto de examen por parte de la comisión del 11-M, ahora que se han podido conocer las advertencias del servicio de inteligencia español. En Estados Unidos, el presidente George W. Bush también recibió avisos de un gran atentado en suelo norteamericano con secuestro de aviones un mes y medio antes del 11-S. Al reconocer esto, Bush señaló que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) no le dijo ni cuándo ni cómo iban a ser los atentados.

Entre los documentos visionados ayer por los diputados de la comisión del 11-M se incluyó también un informe clasificado del 19 de septiembre de 2002 titulado "Programas de Armas de Destrucción Masiva". En esa época, según el testimonio del entonces embajador de México ante Naciones Unidas, Adolfo Aguilar Zínser (ver entrevista en sección Internacional, página 4), el Gobierno de Aznar ya había decidido sumarse a la estrategia de la Administración Bush. Cierto es que España intentaba entrar en el Consejo de Seguridad, pero, según asegura Aguilar Zínser, en las reuniones públicas del Consejo y en las consultas, España ya tenía su juicio hecho. En aquellas fechas, el CNI elaboró un informe en el que ponía en cuestión la capacidad de Irak en la fabricación de armas nucleares, interponía cautelas a la existencia de un presunto programa de fabricación de armas químicas y relativizaba su capacidad de producir agentes biológicos de carácter militar.

En esas fechas, Bush y su vicepresidente Dick Cheney aseguraban que Sadam estaba en condiciones de producir armas nucleares en muy breve plazo y que tenía grandes depósitos de armas químicas y biológicas. La Estimación de Inteligencia Nacional de la CIA, de 1 de octubre de 2002, elaborada en tres semanas a petición del Congreso norteamericano, distorsionó, según el reciente informe del Senado, y manipuló los datos para presentar a Sadam como un peligro que no era. Si se comparan los datos de la CIA y el CNI, el acierto del servicio español es evidente. Hubo otros documentos pocas semanas antes de la guerra, pero éstos no han sido ofrecidos a los diputados. Aznar, pues, confió en Bush y en la CIA, pero no en el CNI. Él sabrá por qué.

En cuanto a Mariano Rajoy, tiene, según ha dicho, la firme convicción de que se demostrará que Ángel Acebes dijo siempre la verdad. La última vez que Rajoy habló de su convicción fue el 13 de marzo. ¡Cuando dijo que tenía la convicción moral de que ETA era la autora de la masacre!

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_