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Sharon ordena al Ejército israelí que siga construyendo el muro en Cisjordania

Un atentado con bomba causa la muerte de una soldado y una veintena de heridos en Tel Aviv

El primer ministro israelí, Ariel Sharon, ordenó ayer al Ejército continuar la construcción del muro en Cisjordania. De este modo, desprecia y desoye la sentencia del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, que el viernes declaró ilegal el muro y decretó su derribo. Sharon tomó la decisión pocas horas después de que un atentado con bomba, reivindicado por las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, se cobrara la vida de una soldado y causara otros 20 heridos en una parada de autobús en Tel Aviv. El primer ministro no dudó en vincular el artefacto con el veredicto del tribunal.

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Sharon ordenó mantener los planes de construcción (el muro tendrá 730 kilómetros cuando esté terminado) a media tarde, después de una jornada de reuniones y declaraciones intempestivas de varios ministros y dirigentes del Likud en las que se atacaba incluso la honorabilidad del tribunal internacional. El propio primer ministro tildó la sentencia de "inmoral".

"El Estado de Israel rechaza totalmente la opinión del Tribunal Internacional de Justicia. Se trata de una opinión unilateral detrás de la cual no hay más que consideraciones políticas. Esta opinión ignora totalmente la razón de la construcción de la barrera de seguridad, que no es más que el terrorismo palestino", afirmó Sharon a primera hora de la mañana durante una reunión extraordinaria de su Gabinete.

Sharon hizo algo más que enviar el fallo al "cubo de la basura de la historia", como afirmó su principal asesor, Renan Guissin, llegó a acusar a los jueces de La Haya de haber "auspiciado" el atentado en una parada de autobuses de Tel Aviv, cerca de la estación central, en el que una bomba accionada a distancia mató a una joven soldado. La acción, supuestamente reivindicada por las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, fue acogida con sospechas por la Autoridad Nacional Palestina (ANP) debido al momento político elegido. Aunque condenó el acto terrorista, la ANP lo calificó también de "provocación". Anoche, un tribunal de Tel Aviv decidió decretar secretas todas las investigaciones.

Corregir la estrategia

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El primer ministro israelí ha decidido pasar a la acción y ayer movilizó a juristas y diplomáticos, a los que ordenó poner en marcha una guerra con todos los medios a su alcance contra la sentencia. Sharon pidió al fiscal general del Estado y al ministro de Justicia un análisis del veredicto y la elaboración lo antes posible de un programa de acciones a emprender en el campo legal o político.

El Gobierno israelí intenta corregir el fallo garrafal de estrategia cometido durante el proceso sobre el muro, celebrado en marzo en La Haya. Entonces, en acto de prepotencia, se negó a comparecer en las vistas y defender su política. Israel declinó explicar sus argumentos en defensa del muro para "no darle el gusto a los palestinos", según dijo un asesor legal del Ministerio de Exteriores. El Gobierno israelí se limitó a rebatir en un comunicado la competencia de los magistrados en este caso.

El único juez de los 15 que componen el Tribunal Internacional de Justicia que recogió la opinión israelí fue Thomas Buergental, de 69 años, origen esloveno, religión judía y superviviente de tres campos de exterminio nazi, entre ellos el de Auswitchz.

En medio de esta polémica, ayer se supo que el Tribunal Supremo israelí ha ordenado interrumpir los trabajos en otro tramo del muro y reconsiderar su itinerario. Hace dos semanas declaró injustificado el trazado de la muralla en el norte de Jerusalén y obligó al Ejército a buscar un nuevo recorrido para no perjudicar a los 35.000 habitantes de la localidad de A-Ram.

Ahora se trata de un tramo que afecta a las aldeas de Dir Balut y Raafat, en el norte de Cisjordania. Sus habitantes habían apelado al Supremo por medio de dos ONG israelíes, según informó ayer la edición electrónica del diario Yediot Ajaronot. Los habitantes de ambos poblados alegaron que el trazado actual pasa por sus campos de cultivo y que los separa de su cementerio y de 40 pozos de agua.

Smadar Ben Natán, abogada de la Asociación israelí de Derechos Civiles, dijo a los jueces que el trazado del muro atropellará los derechos fundamentales de las dos poblaciones, entre ellos el de libre movimiento y el de ganarse la vida de forma digna. La abogada israelí sostuvo que el trazado se puede fijar más al oeste, es decir, junto a la línea verde o frontera imaginaria de Cisjordania, de forma que no perjudique a los intereses y derechos de los pobladores palestinos.

Médicos israelíes tratan de reanimar a la soldado que fue asesinada ayer en un atentado en Tel Aviv.
Médicos israelíes tratan de reanimar a la soldado que fue asesinada ayer en un atentado en Tel Aviv.REUTERS

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