El portero que vio primero a los terroristas del 11-M declaró que "parecían extranjeros"
Garrudo, uno de los principales testigos de la matanza, inaugura la comisión de investigación
Luis Garrudo, el portero de la finca de Alcalá de Henares (Madrid) que denunció la furgoneta en la que se hallaron detonadores, restos de explosivo y una cinta con versículos del Corán, declaró a la policía, el mismo 11 de marzo, que los tres individuos que abandonaron el vehículo a unos 250 metros de la estación de tren "parecían extranjeros". Garrudo inaugurará esta mañana la ronda de comparecencias ante la comisión de investigación del 11-M. También acudirán al Congreso la directora del Instituto Anatómico Forense y el comisario de Alcalá de Henares.
Garrudo, de 57 años, fue el primer testigo del 11-M y el único que vio a los terroristas antes del atentado. Hacia las 7.00 salió de su vivienda para ir a la estación a por el periódico. Frente al portal, según la declaración que prestó ese día en la Brigada Provincial de Información, vio una furgoneta Citroën Kangoo de color blanco. Junto ella había tres jóvenes. Uno comenzó a caminar a paso ligero hacia la estación con una mochila a la espalda. Los otros se quedaron al lado del vehículo. El portero no pudo verlos con claridad, pues sólo los observó un momento y llevaban el rostro parcialmente cubierto con gorros y pañuelos. Le extrañó porque no hacía frío.
No obstante, Garrudo explicó a la policía que "parecían extranjeros". Durante las dos declaraciones que prestó ese día, una inicial y otra ampliatoria, se le mostraron fotos de extranjeros. Cuando escuchó en la radio la noticia del atentado, sospechó de la furgoneta, aún aparcada frente al bloque y se lo comentó al presidente de la comunidad, Luis del Moral. Éste se acercó a la estación para avisar a la policía. Eran las 10.50.Los agentes de la comisaría de Alcalá comprobaron que el furgón había sido robado el 28 de febrero en el distrito de Tetuán y pidieron la presencia de artificieros. Pero no había ninguno disponible, por lo que, tras rastrear el exterior con un perro, forzaron la puerta trasera de la furgoneta con una palanqueta. Bajo el asiento del copiloto había siete detonadores y restos de explosivo. En la guantera, la carátula de un cinta con caracteres árabes. A las 14.15 se concluye el acta de inspección ocular en Alcalá y a las 15.30 entra el vehículo en la central policial de Canillas.
Mientras, dos policías de paisano recogen a Garrudo y lo llevan a la comisaría del barrio de Moratalaz. En el trayecto oyen por la radio cómo el portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, desvincula a ETA de la matanza. El portero arremete contra Otegi, pero se queda helado cuando un agente replica: "¡Es que no ha sido ETA!".
Más adelante, el informativo da cuenta de la rueda de prensa que a las 13.30 ofrece el ministro del Interior, Ángel Acebes. "¡Y éste sigue con que es ETA!", comenta uno de los agentes. A las 18.00, la cinta hallada en el radio casete de la Kangoo es traducida. Contiene una sura del Corán que describe la batalla del islam contra sus adversarios. Para esa hora, todas las pistas apuntan a Al Qaeda.
Tras Garrudo, la comisión interrogará a la directora del Instituto Anatómico Forense, Carmen Baladía, quien el 17 de marzo firmó un informe en el que negaba haber encontrado indicios "que permitan suponer la existencia de un suicida entre las víctimas". En ese momento, el balance oficial de víctimas es de 202. El 23 de marzo se reduciría a 190. La jornada se cerrará con Eduardo Blanco, comisario de Alcalá de Henares.
Por otro lado, el presidente de la comisión de investigación, Paulino Rivero, planteará hoy que los diputados de la comisión de secretos oficiales puedan incorporarse a la del 11-M en sesiones puntuales tras haber examinado los documentos del CNI reclamados por distintos grupos. Como alternativa se planteará que los diputados del 11-M puedan examinar esos datos en sesión secreta.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.