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Reportaje:LA INVESTIGACIÓN DEL 11-M

La primera pista solvente de los terroristas del 11-M

Los diputados que investigan los atentados de Madrid analizan hoy las pesquisas policiales a raíz de la denuncia sobre una furgoneta

La primera sesión de interrogatorios de la comisión de investigación del 11-M constituida en el Congreso de los Diputados, tras una semana de espera para recabar toda la documentación solicitada, intentará aclarar lo ocurrido en torno a la denuncia de un particular sobre la furgoneta en la que los terroristas cargaron los explosivos antes de introducirlos en los distintos trenes que partieron de Alcalá de Henares a partir de las siete de la mañana del 11 de marzo de 2004.

Lo que sigue es una reconstrucción de la investigación policial desarrollada tras recoger la denuncia del portero de un inmueble próximo a la estación de ferrocarril de Alcalá de Henares. Los documentos en los que se basa la reconstrucción de los hechos han sido elaborados con la información de la Brigada Provincial de Información, la Brigada de Policía Científica y el Acta de Inspección Técnico-Policial de la comisaría de Alcalá de Henares.

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EL PRIMER AVISO
Furgoneta sospechosa

A las once menos diez del 11 de marzo, tres horas y diez minutos después de la explosión de las bombas en los cuatro trenes, la comisaría de Alcalá de Henares recibe la denuncia de un ciudadano, Luis Garrudo, portero de un inmueble próximo a la estación de ferrocarril de Alcalá de Henares, sobre una furgoneta sospechosa de la que habían salido tres individuos con gorros. Fue la primera pista solvente sobre los autores del 11-M.

Los funcionarios de Policía Científica de la comisaría de Alcalá de Henares se trasladan al lugar donde está aparcada la furgoneta, muy cerca de la estación. Los agentes hacen "un examen exterior del vehículo y, en un primer momento, comprueban que la matrícula coincide con la de una furgoneta denunciada como robada el 28 de febrero en el distrito de Tetuán (Madrid) y que, según el informe policial, "aparentemente no presenta signos de manipulación".

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Los policías de Alcalá de Henares piden refuerzos a los técnicos de desactivación de explosivos a través de la sala del 091 aunque se encuentra con que "dada la excepcional situación que se está viviendo en la capital no pueden acudir esos agentes y únicamente podrá hacerlo un guía-canino".

LOS TRASLADOS
"Nada anómalo"

Cuando llega a Alcalá de Henares, el agente con el perro efectúa un rastreo del vehículo y no detecta "nada anómalo". "Los funcionarios actuantes fuerzan con una palanqueta la puerta trasera del vehículo, abren la misma e introducen al perro para asegurarse que no hay artefactos explosivos, por lo que precintan el vehículo y consultan a sus superiores a qué lugar deben trasladarlo".

El jefe de la Brigada Provincial de Información de la Jefatura Superior de Policía de Madrid ordena que se envíe la furgoneta a la calle Tacona de Moratalaz (distrito de Madrid) donde tiene sus instalaciones la Brigada de Policía Científica.

A las 14.14, el jefe de esta Brigada ordena trasladar la furgoneta a Canillas (en el distrito de Hortaleza) donde está la sede de la Comisaría General de Policía Científica, por orden del jefe de este departamento.

A las tres y media de la tarde, la furgoneta sospechosa entra en Canillas, donde se inicia la inspección ocular del vehículo que dio como resultado el hallazgo de "siete detonadores debajo del asiento del acompañante del conductor y una cinta de casete con carátula de caracteres árabes en la guantera así como pequeños restos de material explosivo". "Inmediatamente", según el informe policial, "fueron comunicados al director general de la Policía", Agustín Díaz de Mera. A esas horas, el ministro del Interior, Ángel Acebes, mantenía en sus declaraciones públicas que la principal vía de investigación seguía apuntado a la banda terrorista ETA.

LAS PRUEBAS
Inscripciones árabes

De la inspección de la furgoneta, la policía destacó los siguientes descubrimientos:

"- Una cinta casete con inscripciones en árabe, introducida en el aparato reproductor de cintas casetes de la furgoneta, conteniendo la recitación en árabe de una parte de El Corán, concretamente la Sura III (La familia de Imrán), compuesta por un total de doscientas aleyas, en las que se describe la batalla que libra el islam contra sus adversarios (cristianos y judíos, por una parte, y quraishíez infieles, por otra) y supuestamente recitada por el jeque Ahmad Ben Alí Ajmi, emir de El Cairo (Egipto).

- Una bolsa de plástico color azul, en cuyo interior había unos detonadores y restos de explosivo. Los detonadores son similares a otros hallados en una mochila localizada posteriormente en la estación de Cercanías de El Pozo conteniendo un artefacto explosivo que el Servicio de Desactivación de Explosivos consigue desactivar. También es coincidente el tipo de explosivo, Goma 2 ECO".

Ese mismo explosivo coincide también con el del artefacto colocado el 2 de abril de 2004 en las vías férreas del AVE Madrid-Sevilla a la altura de Mocejón (Toledo) que no llegó a explotar por que a la bomba le falta el iniciador. Según las investigaciones policiales, a los terroristas les faltó tiempo porque detectaron alguna presencia extraña y tuvieron que abandonar su objetivo.

66 HUELLAS
Un argelino en Morata

En la furgoneta se tomaron 66 huellas (41 de efectos intervenidos y 15 del interior y del exterior de la furgoneta).

La policía, muchos días después del descubrimiento de la furgoneta, logró la identificación de dos de las huellas "como pertenecientes a los dedos medios y pulgar de la mano derecha del ciudadano argelino Daoud Ouhnane.

Este argelino, según la investigación policial, estuvo en la casa de Morata de Tajuña donde los terroristas prepararon los explosivos que introdujeron en los trenes de cercanías.

Respecto a los siete detonadores eléctricos encontrados en la furgoneta, "se pudo constatar que todos habían sido fabricados por la empresa española Unión Explosivos Ensing Bickford, especialmente para ser utilizados en minas con riesgo de grisú".

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