Los 'grandes' quieren las vicepresidencias

La designación del portugués José Manuel Durão Barroso como presidente de la Comisión ha acelerado la pugna para la distribución de las carteras en el próximo Ejecutivo comunitario. Los seis grandes (Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, España y Polonia) intentan copar las vicepresidencias clave. En su primera rueda de prensa como presidente designado, Barroso recordó que el reparto es de su "exclusiva responsabilidad" y que "no he dado garantías a nadie". Salía así al paso de algunas informaciones según las cuales países como Alemania le han apoyado a cambio de garantizarse una vicepresidencia de gran relieve. "Les he pedido que elijan a los mejores y les he pedido que elijan también a mujeres. Pero la responsabilidad final será del presidente", insistió.

Legalmente, la distribución de carteras es competencia suya y también el nombramiento de vicepresidentes (el Tratado de Niza, hoy en vigor, no especifica cuántos) "previa aprobación del Colegio". En la práctica, son los Gobiernos los que negocian en coordinación con el presidente. Aunque los arreglos parecen avanzados, Barroso puso alguna condición: "Necesitamos un equilibrio entre los grandes y los pequeños". Pero él, procedente de uno pequeño, ya se ha llevado "la cartera mayor", como admitió entre risas, y esa es una "buena excusa", como dicen en Bruselas, para que los grandes se hagan con el pastel que queda por repartir.

El 18 de febrero, el triunvirato Schröder-Chirac-Blair propuso "el nombramiento de un vicepresidente de la Comisión responsable de la reforma económica". Este supercomisario se encargaría "de llevar adelante la Agenda de Lisboa

[convertir la economía europea en la más competitiva del mundo] y ejercer una función coordinadora" por lo que "debería tener derecho de intervención en todos los asuntos de la UE que tengan repercusión sobre los objetivos de la Agenda", es decir, en toda el área económica.

Ese puesto sería para el comisario alemán Günter Verheugen, hoy encargado de la cartera de Ampliación. Schröder confirmó el lunes que Verheugen será el comisario alemán y que confía en verlo como supercomisario. Entre sus competencias estará la política industrial, que tantas dolores de cabeza ha dado a Berlín en esta legislatura.

El Gobierno francés también ha dicho que su comisario Jacques Barrot, hoy en Política Regional, seguirá en la Comisión y fuentes oficiales admiten que su posible cartera, como vicepresidente, sería la de Competencia, hoy en manos del italiano Mario Monti, protagonista de varios conflictos con París (EdF y Alstom, entre otro otros).

El Gobierno polaco desea que Danuta Hübner, hoy Sin Cartera, sea vicepresidenta de Política Regional, un área que incluye los fondos regionales cuyo futuro reparto, vital para Varsovia, se decidirá el próximo año. El Gobierno español trata que Joaquín Almunia, hoy en Asuntos Económicos y Monetarios, sea vicepresidente de una cartera económica. Si la Constitución entra en vigor en plena legislatura, será Javier Solana, como ministro europeo de Exteriores, quien ocupe la plaza española.

Ni Italia ni Reino Unido han dicho aún quiénes serán sus comisarios. En el caso de Londres, el nombre del ex ministro Peter Mandelson, estrecho colaborador de Blair, ha sido el más mencionado para otra de las vicepresidencias. El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, desea tener de comisario a alguien más cercano que Monti. El ministro de Asuntos Europeos, Rocco Buttiglione, es su candidato.

Las víctimas en este proceso tienen también nombres y apellidos. El actual comisario portugués, el socialista Antonio Vitorino, uno de los miembros más brillantes de la actual Comisión, encargado de Justicia e Interior, está entre ellos: deberá dejar Bruselas con la llegada de Barroso.