Los ecologistas consideran el plan "un primer paso" y los consumidores piden subidas escalonadas

Las organizaciones ecologistas aplaudieron ayer el "cambio de tendencia" que supone el plan de asignación de emisiones aprobado por el Gobierno, aunque lo consideran sólo "un primer paso" hacia objetivos más ambiciosos. Las asociaciones de consumidores, por su parte, aceptan que los usuarios paguen más por su factura energética, pero piden que las subidas sean escalonadas para minimizar el impacto en a economía doméstica.

Los portavoces de Greenpeace consideraron el plan "realista y moderado", y matizaron: "Debería ser más ambicioso, porque es posible y necesario lograr reducciones de emisiones que nos acerquen más al cumplimiento de Kioto". Esta asociación ecologista considera que la asignación de derechos para el primer periodo ha sido "muy generosa", y advierte del peligro de confiar excesivamente en los mecanismos de flexibilidad de Kioto, "pues desincentivan las acciones nacionales de reducción de emisiones y al final pueden ser inútiles si el protocolo no entrase en vigor".

La organización ecologista WWF / Adena calificó el plan de "un primer paso hacia el cumplimiento de Kioto", y destacó la advertencia a los diferentes sectores de que deberán realizar un "esfuerzo mucho mayor" de reducción en el periodo 2008-2012.

Las asociaciones de consumidores OCU y UCE mostraron la buena disposición de los usuarios a aceptar una subida del precio de la luz para cumplir los compromisos medioambientales, pero pidieron al Gobierno que las subidas sean escalonadas. El director general de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), José María Múgica, reconoció la subida de la luz "ya se veía venir" y, además de la dosificación de ese incremento, exigió transparencia sobre su destino, que deben ser cuestiones medioambientales, para que las compañías no puedan utilizar estos importes para otro tipo de cuestiones y después ofrezcan resultados con grandes mejoras de beneficios.

El portavoz de la Unión de Consumidores de España (UCE), Antonio López, insistió en que los usuarios son solidarios con Kioto, pero pidió que la subida sea escalonada. La confederación de amas de casa se quejó "enérgicamente" y rechazó nuevos incrementos de precios.