El Banco de España espera un pronto y ordenado ajuste del precio de la vivienda

La sobrevaloración en el precio de la vivienda, lejos de remitir, se mantuvo el año pasado. En su informe anual de 2003, el Banco de España constata este fenómeno, conocido como burbuja inmobiliaria, que en otras ocasiones ha cifrado entre un 8% y un 20% sobre el valor real de la vivienda. La entidad espera que se produzca "una absorción ordenada del desajuste existente, mediante una pronta desaceleración de los precios" y resalta que el alto endeudamiento familiar hace que su margen de maniobra sea escaso ante una subida de tipos de interés.

En la presentación de este texto ante el Consejo del Banco de España, el gobernador, Jaime Caruana, advirtió contra la tentación de que un encarecimiento "transitorio" del petróleo se traslade a salarios y beneficios. Respecto del comercio minorista, asegura que la normativa actual "contiene demasiadas restricciones a la competencia".

- Vivienda. Es uno de los elementos a los que más atención presta el Banco de España, en su doble condición de motor económico y origen de endeudamiento familiar. "Se detecta un cierto grado de sobrevaloración de estos activos [inmuebles] en España, que no se ha corregido en 2003", aseguró Jaime Caruana. No obstante, la institución espera una "pronta desaceleración de los precios" que permita una "absorción ordenada" del desajuste entre oferta y demanda.

El banco sugiere actuar sobre la oferta del suelo, donde existen "restricciones" que incrementan los precios. Para ello, se requiere "una planificación urbanística más flexible", así como acelerar los procedimientos para obtener suelo edificable. La última recomendación consiste en mejorar el mercado de alquileres.

- Endeudamiento. El nivel de endeudamiento de los hogares se ha duplicado respecto a mediados de los años noventa y supera ya el 90% de la renta disponible de las familias. Esta cifra, superior incluso a la media europea, sólo puede mantenerse de manera transitoria como un proceso de ajuste, según la institución. Fruto de ese proceso, "ha aumentado la sensibilidad de las decisiones de gasto de los hogares frente a los movimientos de los tipos de interés", señaló Caruana. El informe cree que sólo cabe prever una reducción del ritmo de endeudamiento. En este contexto, uno de los elementos que más preocupan es el escaso nivel de ahorro disponible, equivalente al 2% del PIB, que proporciona muy poco margen para hacer frente a situaciones inesperadas.

- Inflación. El gobernador reconoció que el encarecimiento del petróleo ha incidido en el aumento de precios y revertido parte del avance logrado en 2003 y los primeros meses de 2004. "Habría que procurar que estos incrementos de precios, en gran medida transitorios, no terminen incorporándose en el proceso de formación de rentas (salarios y márgenes) de la economía", advierte el informe ante el temor de que se produzca un efecto contagio a toda la economía.

Respecto del papel del comercio en la formación de precios, el informe resalta que en la fase minorista existen "aún demasiadas restricciones a la competencia y a la libertad de empresa, que podrían estar introduciendo distorsiones".

- Tipos de interés. El informe intenta preparar el terreno ante la más que probable subida de los tipos. El texto analiza en un capítulo especial las posibles consecuencias de una subida de tipos, con su correspondiente impacto en la riqueza de los hogares. Caruana considera el actual escenario de tipos (en el 2%) como "excepcionalmente bajo" y advierte: "Aunque la Unión Económica y Monetaria asegura una moderación de los mismos, es probable que éstos vuelvan a niveles más neutrales conforme se vaya afianzando la recuperación del área [euro]".

- Empleo. Tampoco en este ámbito se podrá mantener la bonanza vivida en los últimos años. El informe señala algunos puntos débiles del mercado laboral: la recuperación del empleo en 2003 sólo se trasladó a servicios y construcción, mientras que en agricultura se destruyeron puestos de trabajo y en industria se intensificó la caída de la ocupación. Además, persiste una "elevada temporalidad [el 30,1%], que genera efectos negativos sobre la productividad" En cuanto a la procedencia de los trabajadores, el Banco subraya la importancia de la inmigración, al señalar que la población activa en este colectivo creció un 26% (frente al 1,5% entre los españoles). Los inmigrantes suponen ya el 5,8% del total. Precisamente el dinamismo de la población activa elevó el nivel de desempleo un 2,1%, menos que en 2002, lo que dejó la tasa de paro en el 11,3%.

- Pensiones. El Banco de España considera "imprescindible" profundizar en la reforma del sistema de pensiones. El informe recomienda tomar como referente los cambios introducidos en otros países europeos para asegurar la sostenibilidad del sistema.

Caruana considera "esencial" la dotación del Fondo de Reserva, la hucha de la Seguridad Social que pretende garantizar las pensiones futuras. Sin embargo, el gobernador relativiza su suficiencia, al asegurar: "Resulta reducido en relación con la magnitud del riesgo de incremento del gasto en pensiones por el envejecimiento de la población". Por este motivo, pide políticas "más ambiciosas" que reformen ciertos aspectos de los sistemas de pensiones.

- Competitividad. El Banco de España muestra una preocupación creciente por este reto de la economía española. Con la reducción de la inflación en 2003, se ha amortiguado el riesgo de pérdida de competitividad frente a Europa. Sin embargo, persisten otros problemas. El primero de ellos es el diferencial de gasto en investigación y desarrollo (I+D). "La intensidad del gasto en I+D de la economía española es inferior a la de la UE en todos los sectores industriales", señala el informe. En su discurso, Caruana añadió la amenaza que supone la aparición de nuevos competidores en el panorama internacional que presentan un patrón similar al español, pero con costes laborales inferiores.

- Estabilidad presupuestaria. El informe realiza una sólida defensa de la estabilidad presupuestaria como mejor instrumento para garantizar la estabilidad macroeconómica. El gobernador del Banco de España ofreció varios motivos: la posibilidad de que el avance de los ingresos del Estado, muy dinámico en los últimos años, no se pueda mantener en el futuro; el probable aumento de los gastos financieros; la previsible reducción de los fondos europeos a partir de 2007, y más a largo plazo, los interrogantes planeados en torno a la sostenibilidad del sistemas de pensiones.