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LA EUROPA DE LOS VEINTICINCO | La postura de España

Zapatero logra el apoyo de Polonia a la propuesta española sobre reparto de poder

Moratinos prevé un arreglo global sobre el porcentaje de votos y el número de comisarios

Polonia y España vuelven a formar frente común en la negociación de la Constitución europea, pero esta vez a favor del sistema de doble mayoría y no, como ocurrió en tiempos de José María Aznar, del Tratado de Niza. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, convenció ayer a su homólogo polaco, Marek Belka, para que apoye su propuesta de requerir en toda decisión del Consejo el acuerdo de la mitad más uno de los Estados, representativos de dos tercios de la población. Zapatero, como estaba previsto desde la víspera, defendió ayer, al debutar en el Consejo Europeo, esa opción.

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La propuesta española sitúa los dos porcentajes sensibles de la doble representación en el 55,5% de Estados miembros y el 66,66% de la población europea, frente al 55,% y el 65% que ha propuesto la presidencia irlandesa.

Antes de hacerlo en la mesa de los Veinticinco, se lo explicó a Belka con dos argumentos, según fuentes españolas: que la combinación de umbrales que propone otorga, por un lado, a España y a Polonia la misma capacidad decisoria de Francia, Italia y Reino Unido, y permite, por otro, que Madrid y Varsovia bloqueen decisiones con la ayuda de un país mediano y otro pequeño. Zapatero, indican, fuentes gubernamentales, habló aproximadamente durante el 70% del encuentro. Belka se limitó a escuchar y a defender su petición de un sistema que le permita, al menos, sustraer a la mayoría cualificada algunas decisiones especialmente sensibles a Polonia. El presidente del Gobierno español expresó reservas frente a un posible uso continuo de esa excepción.

El caso es que, aunque la primera impresión del encuentro no fue muy halagüeña, cuando el primer ministro polaco tomó algunas horas después la palabra ante en el Consejo, dejó claro que se sumaba a la posición española.

Así lo confirmó el ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, tras declarar que la propuesta irlandesa era una "buena noticia" que había marcado "un buen comienzo" de la negociación. Añadió el ministro que "con cierto grado de optimismo", pensaba que se llegará hoy a un acuerdo global sobre la Constitución, en el que se jugará con cuatro elementos: los porcentajes citados, la distancia que media entre ellos, el número de comisarios y la distribución final de los parlamentarios europeos.

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Moratinos en su rueda de prensa, como el presidente del Gobierno dentro del Consejo, expresó su plena satisfacción con la propuesta de la presidencia irlandesa relativa a los eurodiputados, porque el incremento de 9 o 14 previsto en el número de escaños y los 6 diputados asignados a cada país como mínimo ofrecen buenas perspectivas de que España logre el aumento de su representación que pretende. Sea cual sea la fórmula que se apruebe hoy, no será, sin embargo, posible saber cuántos de los 14 eurodiputados que cedió Aznar en Niza podrán ser recuperados, ya que el sistema de reasignación requerirá un desarrollo en el futuro.

Por lo que se refiere a los otros tres elementos del acuerdo, el ministro de Exteriores afirmó que el presidente francés, Jacques Chirac, con el que Zapatero habló por teléfono el pasado miércoles, "había estado mucho más abierto" en el debate de ayer sobre el reparto de poder que en el pasado, e incluso había dicho que "se podía sumar a la propuesta irlandesa, aunque no de modo definitivo".

Moratinos reconoció, en cambio, que "muchos países pequeños" habían intervenido para pedir que los porcentajes de Estados y población sean "el mismo", o que no estén separados por más de cinco puntos. Esto les aleja del arreglo en el que trabaja la presidencia, y que está "muy próximo" a la propuesta española, según el ministro. Dado que los mismos países menores reclaman, por otra parte, conservar su comisario más allá de 2014, Moratinos razonó que no pueden pretender que se les prime su representación como Estados tanto en la Comisión como en el Consejo, y que deben cooperar para equilibrar el triángulo de las tres instituciones básicas de la UE y la representación que en ellas tienen los países, por un lado, y los ciudadanos, por otro.

"Todo está abierto, y ahí están los elementos con los que se debe trabajar para que encuentren acomodo unos y otros", concluyó.

Cinco primeros ministros de otros tantos países pequeños que plantean graves problemas en esta negociación -los de Dinamarca, República Checa, Lituania, Polonia y Rumania- aplaudieron ayer por la mañana a Zapatero cuando se presentó en la reunión que el Grupo Socialista Europeo celebra siempre antes de cada Consejo. El presidente del Gobierno les habló de la necesidad de reforzar sus filas y combatir el desapego hacia Europa que los electores expresaron el pasado domingo.

En ese sentido, Zapatero se comprometió a asistir a las reuniones de líderes socialistas europeos y ofreció Madrid como sede de una cumbre especial para analizar los problemas de Europa, el próximo noviembre.

José Luis Rodríguez Zapatero, en Bruselas.
José Luis Rodríguez Zapatero, en Bruselas.EFE

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