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Reportaje:AVANCES CONTRA EL CÁNCER

Nuevos pasos hacia el control del cáncer

Los fármacos están cada vez más cerca de convertir las neoplasias en enfermedades crónicas

Si uno de cada dos hombres (45%) y una de cada tres mujeres (38%) va a tener un cáncer a lo largo de su vida, más vale ahuyentar cualquier fantasma y mirar cara a cara a la enfermedad. Con el cáncer esto no es fácil, porque abarca enfermedades diversas, las estadísticas son equívocas y los tratamientos, según los casos, resultan eficaces o decepcionantes. El control del cáncer ha alcanzado un punto en el que lo mismo puede verse el vaso medio lleno que medio vacío. En unos pocos años, se ha dado un giro de timón con la aparición de nuevos fármacos que no atacan ya a diestro y siniestro, sin distinguir las células sanas de las enfermas, como hace la quimioterapia convencional, sino que actúan selectivamente sobre moléculas específicas del tumor (dianas moleculares).

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El cáncer todavía da miedo y estigmatiza, pero ya no es lo que era. Hay razones científicas para el optimismo, aunque a muchos enfermos en fases avanzadas todo esto les puede sonar a ciencia celestial. Una de ellas es que la tasa global de supervivencia a los tumores malignos en EE UU, según datos de 2004, es ya del 63%.

El cáncer lleva camino de convertirse en una enfermedad crónica, como puede ser la diabetes o la hipertensión. De hecho, aunque la supervivencia en algunos tumores (páncreas, pulmón) no supera el 10%, en otros muchos supera el 50% y en algunos (testículos, linfomas, algunos tipos de cáncer de mama) llega ya al 90%. Esto se ha conseguido con pequeños avances en la prevención, el diagnóstico precoz y los tratamientos, cada vez más selectivos e individualizados.

La semana pasada se presentaron de golpe más de 3.700 nuevos estudios en la reunión anual de la American Society of Clinical Cardiology (ASCO), que congregó del 5 al 9 de junio en Nueva Orleans a más de 25.000 especialistas de todo el mundo, incluyendo casi 200 de los 700 oncólogos españoles. Éstos son algunos de los más destacados:

- Esperanzas para el pulmón. Por primera vez se ha conseguido prolongar la supervivencia de los pacientes con cáncer de pulmón avanzado en los que han fracasado los tratamientos habituales. Un ensayo clínico del Instituto Nacional de Cáncer de Canadá ha demostrado que el fármaco erlotinib (un inhibidor del receptor EGFR) alarga la vida en los casos de cáncer de células no pequeñas. Ampliar el techo de supervivencia, aunque de momento no mucho, en el cáncer que causa más mortalidad con un medicamento dirigido a una diana molecular es algo "trascendental", según Josep Baselga, el único oncólogo europeo que pertenece al consejo directivo de la ASCO.

- Quimioterapia del cáncer de próstata. Es el más frecuente en el hombre y el segundo más mortífero después del de pulmón, pero su evolución es lenta. Hasta que se producen metástasis pueden pasar 8 o 10 años y todavía después sigue siendo sensible a la terapia hormonal durante un par de años. Luego, ya no hay tratamientos eficaces y la supervivencia media es de un año. Dos estudios con el fármaco docetaxel demuestran que este citostático consigue en los cánceres de próstata avanzados "romper la barrera del año de supervivencia", en palabras de Josep Ramon Germà, director del departamento de Oncología Médica en el Hospital Duran i Reinals de Barcelona.

Aunque el aumento de la supervivencia demostrado en los dos ensayos clínicos es del 20% y 24%, se prueba por primera vez que la quimioterapia funciona en el cáncer de próstata, mejorando, además, el control del dolor y la calidad de vida, según Germà. "Si no se mejora la supervivencia en las fases avanzadas, no se puede empezar a probar en las fases más precoces de la enfermedad, en las que probablemente produzca un mayor beneficio", explicó Joaquim Bellmunt, del servicio de Oncología Médica del hospital Vall d'Hebron de Barcelona.

- Tumores de cabeza y cuello. Más contundente es el aumento de la supervivencia logrado en los cánceres de cabeza y cuello avanzados con otro inhibidor del EGFR, el cetuximab. Este anticuerpo monoclonal, añadido a laradioterapia, consigue prolongar la supervivencia media de los pacientes de 28 a 54 meses, sin aportar además grandes efectos secundarios, según un ensayo clínico en el que ha colaborado el hospital Vall d'Hebron de Barcelona.

- Quimioprevención en el colon. Las estatinas utilizadas contra el colesterol podrían tener un efecto imprevisto en la prevención del cáncer colorrectal. Un estudio observacional ha constatado que estos fármacos reducen en el 51% el riesgo de cáncer colorrectal, aunque "es demasiado pronto para recomendar que los pacientes tomen estatinas para reducir su riesgo de cáncer colorrectal", señaló uno de los autores del estudio, Stephen Gruber, de la Universidad de Michigan (EE UU).

- Cáncer de mama. Una pequeña alteración genética permite predecir si las mujeres con cáncer de mama que ha metastatizado y con receptores hormonales positivos se van a beneficiar de un nuevo fármaco, el letrozol, un inhibidor de la aromatasa. En un estudio realizado por investigadores españoles, se ha comprobado que la mitad de las 67 enfermas estudiadas que presentaban una pequeña variación en el gen de la aromatasa presentaban mucha mejor respuesta al letrozol. Ahora hace falta que los resultados se confirmen en estudios mayores. "El cáncer metastático de mama es todavía incurable, pero con avances como éste estamos más cerca de que sea una enfermedad crónica", indicó Ramon Colomer, jefe del servicio de Oncología Médica del Instituto Catalán de Oncología de Girona, que presentó el estudio en la reunión de la ASCO.

Números que cantan y confunden

España tiene una tasa global de supervivencia por cáncer que ronda el 50%. En Europa, ocupa el cuarto lugar, por detrás de Austria, Francia y Alemania en hombres, y por detrás de Francia, Austria y Suecia en mujeres, según el último estudio de supervivencia por cáncer en Europa, el Eurocare-3, divulgado en septiembre de 2003 y publicado en Annals of Oncology.

En EE UU, sin embargo, la tasa de supervivencia es del 63% y llega al 64% si se considera sólo la población blanca. Además, la incidencia global por cáncer ha caído el 0,5% anual desde 1991 a 2001, mientras que la tasa de mortalidad por el conjunto de tumores cancerosos ha caído el 1,1% anual desde 1993 a 2001, de acuerdo con los datos difundidos por el Instituto Nacional del Cáncer de EE UU el pasado 3 de junio.

Frente a esto, los datos dispersos que hay en España presentan cifras crecientes de incidencia y mortalidad. ¿Por qué hay esta disparidad de datos? "Las estadísticas estadounidenses y europeas no son perfectamente comparables", reconoce Ramon Colomer, del Instituto Catalán de Oncología. "Cuando hay disparidad de datos, tenemos que ir al detalle estadístico, y en el cáncer estos detalles no existen".

"Nuestra capacidad de detectar cánceres precozmente y tratarlos con éxito ha mejorado espectacularmente en los últimos 30 años", afirmó en la reunión de la ASCO el oncólogo y cirujano LaSalle Leffal, director del Panel Presidencial del Cáncer de EEUU. Los oncólogos españoles reconocen que el tratamiento que reciben los enfermos en España es comparable al de EE UU, con la diferencia de que aquí está al alcance de todos.

Sin embargo, a la hora de valorar los datos epidemiológicos, las cosas ya no están tan claras. Posiblemente la epidemia del cáncer en España tenga un desfase, y lo peor de algunos tipos, como el cáncer de pulmón en mujeres, está por llegar. Además, en España no existe un registro nacional de casos de cáncer, y los datos disponibles son incompletos. En cuanto a la prevención, la información al paciente y el diagnóstico precoz, hay un convencimiento general de que las cosas deberían hacerse mejor.

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