Zapatero se da un baño de multitudes infantiles y anima a gozar de la lectura
El presidente del Gobierno afirma que hay que "defender al máximo las librerías de barrio"
"¡Zaaa-pa-tero, Zaaa-pa-te-ro!". Ése fue el clamor, gritado por cientos de niños y jóvenes que acompañaron y persiguieron ayer al presidente del Gobierno durante su visita a la Feria del Libro de Madrid. Los profesores lo pasaron mal. Los chicos escaparon casi a todo control con tal de tener un autógrafo del presidente. En libros recién comprados o en cuadernos escolares. Para los responsables de la feria fue mucho más. Es el primer presidente de Gobierno que visita la feria desde que lo hizo Manuel Azaña en 1936, explicaron con orgullo.
El guririgay que se organizó en torno a Zapatero ocultó a otra visitante de honor. La infanta Elena, que, acompañada por un guardaespaldas, recorrió a sus anchas las casetas del paseo de Coches, sin presiones ni agobios.
"Los libros están caros, a ver si consigues el IVA cero", le dijo Zapatero a la ministra
Zapatero, acompañado por la ministra de Cultura, Carmen Calvo; por la directora de la Biblioteca Nacional, Rosa Regàs; por el director del Libro, Rogelio Blanco, y por la directora del departamento de Cultura y Educación de Presidencia, María Fernanda de Santiago Bolaños, rompió el a priori trazado itinerario cuantas veces le vino en gana. Sobre todo para firmar autógrafos.
Su primera parada larga fue en la Librería de Mujeres. Pagó de su bolsillo 72 euros, con el 10% de descuento que se hace en la feria, por varios libros. La hermana, la extranjera (Horas y Horas), de Audke Lorde; La cultura de la conversación (Siruela), de Benedetta Cravi; Del Ganges al Mediterráneo (también de Siruela), de Rafael Argullol y V. Mishra; un número de la revista ovetense Condados de Niebla dedicado a María Zambrano, y Las ensoñaciones de la mujer salvaje, de Hélène Cixous, fueron algunos de los que se llevó.
Entre risas y bromas, el presidente comentó a la ministra que "los libros están muy caros". "A ver si consigues eso del IVA cero", le dijo. Ana Domínguez y Elena Lasheras, de la Librería de Mujeres, verbalizaron el espíritu de esta 63ª edición de la Feria del Libro de Madrid. "Se nota que hay un nuevo talante en el Gobierno". "Se respira mejor".
"Mi visita a la feria tiene dos significados", dijo luego Zapatero en el set de TVE. "He querido visitar la Librería de Mujeres el día antes de que el Consejo de Ministros apruebe el anteproyecto de ley contra la violencia de género". "El segundo", añadió, "es decir que leer es vivir una vida mejor. Los libros apoyan la paz y el diálogo. Es difícil que de la lectura surja crispación y violencia". "Sólo con pasear ante una librería, o ver los libros que tienen, uno siente que le convocan a la convivencia". "Hay que apoyar al máximo a las librerías de los barrios", concluyó.
El presidente del Gobierno no quiso hablar de política. Horas antes de su viaje a Londres para entrevistarse con Tony Blair, se limitó a decir que hablarían del "proceso de la UE ante la Constitución, de Oriente Medio y de Irak".
¿Qué está leyendo, presidente?, le preguntaron "Un libro de Maruja Torres", respondió.
Zapatero compró también un montón de libros infantiles: ¿Qué hace un cocodrilo por la noche (Kókinos), El perro azul (Corimbo), ¿A qué sabe la luna? (Kalandraka), El soldado y la niña (Destino), de Jordi Sierra i Fabra... Según el entorno del presidente, Zapatero se interesó sobre todo por los libros a favor de la paz, de la igualdad entre hombres y mujeres, por la convivencia y la tolerancia.
En la caseta de la librería Kirikú y la Bruja, el presidente sufrió / agradeció el primer asalto infantil. "Mi mamá vota al PSOE", le explicó una cría que no levantaba tres palmos. "Pues seguro que tu mamá lee", dijo la ministra de Cultura.
A la altura de la librería Muga, de Vallecas, al presidente se le acabó el dinero. Hubo una recolecta de euros entre sus acompañantes para que pudiera proseguir sus compras.
Compró La luna y las hogueras (Pre-Textos), de Cesare Pavese; Capital de la gloria (Alfaguara), de Juan Eduardo Zúñiga; Diez grandes novelas y sus autores (Tusquets), de Somerset Maugham; El barco sin luces (Linteo), de Luis Pimentel, o El Madrid de Pablo Neruda (Tabla Rasa), de Sergio Macías Brevis.
Para su esposa, adquirió La caja de marfil (Areté), de José Carlos Somoza. No pudo evitar, sin embargo, que le regalaran algunos. Círculo de Lectores / Galaxia, que coordina con la Feria el Pabellón Europa, le obsequió con un libro que aún no está en la calle: La experiencia abisal, que reúne todos los escritos sobre temas literarios de José Ángel Valente aún no recogidos en libro, y el primer volumen de la obra ensayística de Günter Grass.
Le llevaron a firmar un montón de cosas, hasta el plano del metro de Madrid, sin ir más lejos. Una joven quiso que le dedicara un ejemplar de Guerra a la guerra, y Zapatero se lo firmó así: "Con mi paz".
Otra joven le regaló el último libro de Michael Moore, ¿Qué han hecho con mi país, tío? (Ediciones B), sobre la política del presidente Bush. En este caso fue ella quien se lo dedicó a él: "Gracias, Zapa".
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