El Gobierno de Riad asegura que la producción de crudo no se verá afectada
Los precios del petróleo amenazan con romper la barrera de los 40 dólares por barril
Tras el ataque terrorista del sábado en la ciudad petrolera de Jobar, en el este del país, el Gobierno saudí se apresuró a anunciar ayer que sus exportaciones de crudo no se verán afectadas. Pero la promesa de la compañía estatal de petróleo, Saudi Aramco, de que mantendrá la producción actual, podría no ser suficiente para tranquilizar a los mercados mundiales, propensos al pánico y donde los precios amenazan con superar una vez más la barrera simbólica de los 40 dólares por barril. Los principales mercados volverán a abrir mañana tras un largo fin de semana festivo.
Es el segundo ataque terrorista en un mes contra la industria petrolera en Arabia Saudí. El pasado 1 de mayo, empleados de empresas occidentales en la ciudad de Yanbu, en el mar Rojo, fueron atacados. La comunidad internacional temía otro atentado en el reino saudí, el primer exportador mundial de petróleo, que aumentó recientemente su producción hasta más de nueve millones de barriles diarios en un intento de rebajar los precios. El comunicado de Al Qaeda reivindicando el ataque y anunciando que había golpeado a "las compañías norteamericanas del petróleo" sólo ha servido para aumentar la preocupación sobre la seguridad del suministro.
"Ninguna instalación o empleado de Saudi Aramco han sido afectados por el incidente de Jobar; las operaciones siguen igual en todos nuestros centros", aseguró la empresa estatal en un comunicado. "La compañía se compromete a cumplir con la política del Gobierno saudí de producción de crudo de forma que pueda cubrir la demanda mundial", añade. "El ataque puede causar un cierto choque sobre los precios, pero las cosas se van a calmar rápidamente", dice Peter Gignoux, un especialista del sector que trabaja para la compañía norteamericana GDP Associates. "Ha sido un acto terrorista horrible, pero no ha tenido ningún impacto sobre la producción o la exportación de petróleo saudí".
El ministro saudí del Petróleo, Alí al Nuaimi, se reunió ayer en la sede de Aramco, cerca de Dahran, con los ejecutivos de las compañías occidentales instaladas en el país para intentar tranquilizarles, afirmó una fuente de una de estas empresas. La prioridad de la compañía estatal es "velar por la seguridad de sus empleados, colaboradores, instalaciones y de la comunidad, colaborando de forma estrecha con las autoridades saudíes", afirma Aramco en su comunicado.
De momento, las infraestructuras energéticas del reino, que están bien vigiladas, no han sufrido atentados directos, pero algunos negociantes temen que los terroristas cambien de objetivo y ataquen los centros de producción y de exportación. En Jobar no hay tales instalaciones, pero las compañías occidentales han instalado allí sus oficinas. A pesar de las violencias del fin de semana, las grandes compañías petroleras afirman que no se van a retirar del país. Ejecutivos de Royal Dutch / Shell, Total y Lukoil viven en el complejo residencial Oasis, donde se produjo la toma de rehenes. Las tres empresas tienen proyectos de exploración y de extracción de gas natural en el reino. "No creo que se vaya a producir un éxodo masivo, pero algunas familias podrían irse", afirma un responsable de una petrolera.
El ataque terrorista en Jobar se produce unos días antes de la reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en Beirut, donde el cartel debe examinar un posible aumento de las cuotas. Arabia Saudí, el único miembro de la OPEP que posee la capacidad inmediata de aumentar su producción, dejó claro que, cualquiera que sea la decisión que se tome, va a aumentar sus exportaciones en unos 700.000 barriles diarios.
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