Un vídeo muestra el degollamiento de un estadounidense en Irak

Un vídeo hecho público ayer en una página de Internet de militantes islamistas muestra cómo un grupo de encapuchados degüellan a un civil estadounidense llamado Nick Berg y que, según sus padres, desapareció en Irak el pasado 9 de abril. El Departamento de Estado norteamericano confirmó ayer que el cuerpo de Berg fue encontrado el pasado sábado en Bagdad. Los encapuchados anuncian más asesinatos en venganza por las torturas de presos en Irak.

El vídeo, de mala calidad, muestra una habitación con un hombre en el suelo vestido de naranja -el mismo color que visten los presos de la base norteamericana de Guatánamo (Cuba)-, rodeado de cinco hombres, que dicen pertenecer a un grupo de Al Qaeda. "Mi nombre es Nick Berg, mi padre se llama Michael, y mi madre, Susan... Soy de Filadelfia", dice. Después de leer un comunicado, uno de los hombres que la página de Internet identifica como Abu Musab al Zarqawi, considerado por EE UU como el hombre de Al Qaeda en Irak, coloca un cuchillo en el cuello de Berg. Mientras le degüella se escuchan gritos en árabe que proclaman "Alá es grande".

Los padres de Berg -un hombre de 26 años que trabaja en la reconstrucción en Irak, pero que, según las autoridades estadounidenses, no estaba vinculado con las fuerzas de la coalición- dijeron que sabían que su hijo había sido degollado, pero que no sabían los detalles y no quisieron hacer pública su muerte.

El ritual recuerda al asesinato del periodista norteamericano Daniel Pearl en Pakistán en 2002. En el vídeo los verdugos afirman: "Que sepan que ofrecimos a la Administración de Estados Unidos la posibilidad de intercambiar este rehén por algunos de los detenidos en Abu Ghraib, pero lo rechazaron". Amenazan además al presidente norteamericano, George W. Bush -"tú y tus soldados vais a arrepentiros del día que pisasteis la tierra de Irak"- y al líder de Pakistán, el general Pervez Musharraf, al que tachan de "traidor".

Los enfrentamientos entre tropas de EE UU y el Ejército del Mahdi, la milicia del clérigo chií Múqtada al Sáder, son cada día más severos en torno a las ciudades santas iraquíes de Nayaf y Kufa, a pesar de que anoche un ayudante de Al Sáder llegó a un acuerdo, junto con otras milicias chiíes, para retirar a sus milicias de la ciudad santa, informa Juan Miguel Muñoz desde Kuwait. Al menos 13 fieles al líder radical murieron en la madrugada de ayer en los alrededores de Nayaf, donde los viernes predica su venerado líder. Pero además, Al Sáder afronta una creciente presión por parte de otros dirigentes chiíes para que sus seguidores abandonen la ciudad. Un portavoz militar estadounidense aseguró que, aparte de las 13 víctimas mortales, otros 14 insurgentes fueron capturados. Un colaborador de Al Sáder afirmó, por su parte, que el Ejército de EE UU exagera el número de bajas que causa entre los rebeldes chiíes. Pero no hay duda de que en las dos últimas semanas decenas de milicianos han muerto bajo el fuego de las tropas ocupantes en Nayaf, Kufa, a pocos kilómetros de la anterior, y en el mísero barrio bagdadí de Ciudad Sáder, llamada Ciudad Sadam hasta la caída del dictador, donde el lunes perdieron la vida 40 rebeldes y fueron destrozadas las oficinas del clérigo. Su milicia campa a sus anchas en Nayaf, cercados por 2.500 uniformados norteamericanos desde comienzos de abril. El joven dirigente -que ordenó el lunes que sus leales atacaran a las militares ocupantes en todo el territorio de Irak- se enfrenta también allí a la oposición de los moderados chiíes.