La nueva directora proyecta seguir el modelo de Alborch

El nombramiento de Consuelo Ciscar, de 58 años, como directora del IVAM ha deparado una gran sorpresa. Sólo en los últimos días se incluyó su nombre en las apuestas. Ella misma no sabía nada con certeza hasta el jueves por la tarde, cuando el consejero de Cultura, Esteban González Pons, le comunicó su decisión. Se emocionó, al igual que le sucedió ayer, durante la reunión del consejo rector del IVAM. Muy pocos podían pensar que finalmente desempeñara la dirección del buque insignia de la política cultural de la Generalitat después de su fallido intento de 1995, que contaba con el respaldo de Eduardo Zaplana, al que le aportó un revestimiento cultural durante su mandato gracias a las centenares de exposiciones e inauguraciones en las que convocaba a los artistas plásticos. No procede del mundo académico ni cuenta con experiencia en la crítica ni en la dirección de centros. Estos aspectos de su formación se consideraron inadecuados para dirigir un museo de referencia y produjeron una reacción contra su designación.

Ayer alcanzó su sueño. Probablemente, Consuelo Ciscar contará con José Miguel G. Cortes, que puso en marcha el Espai d'Art Contemporani de Castelló, como responsable artístico, siguiendo el modelo de Carmen Alborch, designada directora del IVAM por el socialista Ciprià Ciscar, su hermano.

En el museo esperan nuevos cambios. Ya los introdujo Kosme de Barañano, que modificó el organigrama y la línea expositiva del museo, orientándola más hacia la escultura. Barañano formó su propio equipo al tiempo que se iba disolviendo lo que quedaba del equipo artístico original, que alumbró el museo y lo proyectó al mundo.

Ayer hubo abrazos en los pasillos del IVAM para celebrar la marcha del director, en cuyo mandato se ha abierto expedientes a cinco trabajadores por primera vez y ha habido algunas bajas por depresiones. También hubo lamentos de su equipo más fiel. No es éste el caso de los galeristas valencianos, que calificaron de "fenomenal" la destitución de quien "jamás le ha interesado el arte contemporáneo", en palabras del vicepresidente de la asociación de profesionales, Tomás March.