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Libia condena a muerte a seis sanitarios extranjeros por "infectar el sida" a niños

La UE y EE UU expresan su rechazo y critican la falta de pruebas en la sentencia

Un tribunal libio ha condenado a cinco enfermeras búlgaras y un médico palestino a morir fusilados. Los acusa de haber infectado de sida "deliberadamente" a unos 400 niños (de los que 43 han muerto) en el curso de un experimento para buscar fármacos. El líder Libio, Muammar el Gaddafi, llegó a afirmar que trabajaban para la CIA y el Mossad israelí. Los sanitarios fueron detenidos hace cinco años, y aseguran haber sufrido "torturas infernales". Bulgaria tachó la sentencia de "injusta y absurda", y la UE manifestó su "consternación y sorpresa" por el veredicto.

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Los sanitarios trabajaban en un hospital infantil de la ciudad de Bengasi. Un séptimo detenido, el médico búlgaro Zdravko Gueorguiev, ha sido condenado a cuatro años de prisión por "tráfico de divisas", y fue liberado ayer mismo, según la viceministra búlgara de Asuntos Exteriores, Guergana Grantcharova, informa France Presse. Es marido de una de las condenadas. Otros nueve sanitarios de nacionalidad libia han sido absueltos.

Gueorguiev, el médico liberado, aseguró ayer entre sollozos, en una entrevista concedida a la radio pública búlgara, que tanto él como los condenados a muerte son inocentes. "Esas mujeres son heroínas", añadió, "porque han soportado durante cinco años y tres meses unas torturas infernales".

Quince diplomáticos extranjeros asistieron al veredicto, en una sala judicial literalmente rodeada por un centenar de policías bien armados. El juicio ha durado varios años, con una larga sucesión de interrupciones y reanudaciones. La dictadura de Gaddafi no ha ejecutado a presos en los últimos nueve años.

Los condenados son las enfemeras búlgaras Kristiana Vulcheva, Nasya Nenova, Valentina Siropoulo, Valya Chervenyashka y Snezhana Dimitrova, y el médico palestino Ashraf Al Hajuj. Llevan cinco años proclamando su inocencia, y aseguran haber sido torturados por la policía con palizas, descargas eléctricas y abusos sexuales.

Los representantes de la UE aprovecharon ayer un encuentro de países mediterráneos en Dublín para reunirse con el ministro libio de Asuntos Exteriores, Mohammed Abdul Rahman Shalgan, informa Efe. "Nos ha asegurado que vamos a hallar soluciones", dijo un portavoz comunitario.

El presidente búlgaro, Gueorgui Parvanov, declaró que no considera demostrada la culpa de los sanitarios y que espera que la próxima instancia judicial estudie las pruebas "de manera imparcial" y llegue a "una decisión justa en un plazo no prolongado".

Según Parvanov, el tribunal no tuvo en cuenta la opinión de los expertos, ni la de diversos Estados y organizaciones internacionales prestigiosas. Subrayó que las instituciones y el Estado búlgaro "no escatimarán esfuerzos para llevar a un final favorable este doloroso juicio".

"Esta condena es una decisión que no podemos comprender", declaró en Berlín el canciller alemán, Gerhard Schröder tras reunirse con el primer ministro de Bulgaria, Simeón de Sajonia-Coburgo. Schröder añadió: "Creo que en la UE todo el mundo juzga la situación como nosotros y está de acuerdo en que hay que solucionar el problema en interés de los afectados".

El caso fue una de las cuestiones que Gaddafi trató con el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, y con el alto representante para la Política Exterior y de Seguridad Común, Javier Solana, durante la visita del coronel a Bruselas el pasado 27 de abril, como gesto de buena voluntad en paralelo a la prevista solicitud de adhesión de Libia al Proceso euromediterráneo de Barcelona. Gaddafi prometió entonces utilizar "su influencia moral" para resolverlo.

Prodi expresó ayer su preocupación por la "falta de pruebas evidentes sobre la culpabilidad de los acusados", y manifestó su "absoluto desacuerdo" con la sentencia.

El portavoz del Departamento de Estado de EE UU, Richard Boucher, declaró ayer: "Pensamos que el veredicto es inaceptable". Tras años de pésimas relaciones, el Gobierno estadounidense inició en diciembre una aproximación a Trípoli como consecuencia de su decisión de renunciar a las armas de destrucción masiva.

Las cinco enfermeras y el médico búlgaro finalmente absuelto escuchan tras los barrotes las deliberaciones del tribunal de Bengasi.
Las cinco enfermeras y el médico búlgaro finalmente absuelto escuchan tras los barrotes las deliberaciones del tribunal de Bengasi.REUTERS

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