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La nueva literatura centroamericana se mira al espejo

Un encuentro reúne a 14 narradores

Escribir desde el centro de América es el nombre del encuentro organizado por la Dirección General del Libro y la Casa de América, que reúne, hasta el viernes 7, a 10 narradores centroamericanos y 4 españoles para debatir sobre las tendencias y el futuro de una literatura "tan diversa como compleja", que enfrenta "un cambio de paradigma". "Por décadas, ser centroamericano obligaba a escribir sobre el sandinismo. Ya no es así", afirmó ayer el costarricense Carlos Cortés.

Como "primeras figuras de la literatura centroamericana" definió ayer María Asunción Ansorena, directora general de la Casa de América, a los escritores que participan del encuentro que se desarrolla hasta el viernes en el Salón Simón Bolívar de esa institución (paseo de Recoletos, 2).

La literatura como espejo de conflictos y la novela centroamericana de posguerra son algunos de los temas a debatir en mesas redondas y ponencias. De ellas participarán, entre otros, los escritores Horacio Castellanos Moya (El Salvador, 1957), de quien Tusquets ha publicado recientemente Donde no estén

ustedes, y Enrique Jaramillo Levi (Panamá, 1944), autor de Luminoso tiempo gris y editor de Pequeñas resistencias 2, una antología de 60 autores centroamericanos (ambos en Páginas de Espuma). Los participantes españoles serán J. J. Armas Marcelo, Eduardo Becerra, Felipe Benítez Reyes y Jesús Ferrero.

Que la política sigue presente en la literatura centromericana como un elemento "insoslayable", pero ya no como tema excluyente, es algo en lo que coinciden todos los participantes. "Hace siete años, el acuerdo de paz en Guatemala estableció el cese de fuego en la región", precisó Cortés (Costa Rica, 1962). "Eso introdujo una perspectiva diferente: la crónica de guerra dejó de ser el tema obligado".

Hay quienes sienten, sin embargo, que las huellas de la violencia perduran en los libros. Para Erick Aguirre (Nicaragua, 1961), "se sigue escribiendo una narrativa de guerra, pero en tiempos de paz. Textos que reflejan, por ejemplo, el caos urbano en ciudades de posguerra". Con todo, los años noventa han traído cambios notables: "En Nicaragua la poesía ha sido el género de preferencia. En toda su vida independiente, el país ha producido unas 200 novelas. Desde el 90 la narrativa ha crecido en forma inusitada", señaló.

Más allá de lo geográfico, influencias ("los autores del boom latinoamericano") y problemas comunes han contribuido a formar una identidad. Pocas editoriales locales, una distribución regional deficiente ("a veces tenemos que viajar a Europa para conocer lo que escribe el vecino") y la necesidad de buscar terceros países (España, México, Argentina) como "plataformas" para editar integran ese rosario de dificultades. "Muchos han optado por autopublicarse", señaló Jacinta Escudos (El Salvador, 1961).

El encuentro promete polémica. Rodrigo Rey Rosa (Guatemala, 1958), autor entre otros libros de El tren a Travancore (Mondadori, 2001), se mostró escéptico sobre esa identidad: "Tengo muchas dudas de qué estoy haciendo aquí", dijo. Y agregó: "Encuentros como éste han hecho que exista una literatura centroamericana, pero está en proceso. Mis lecturas centroamericanas en relación con otras son muy recientes". En el mismo sentido, afirmó Castellanos Moya: "Monterroso decía que no importa el metro cuadrado en el que uno nace. Lo que importa es el lenguaje, la obra. Rubén Darío fue un gran renovador y destacó por eso y no por ser centroamericano".

Hoy y mañana los autores participarán, desde las 11.00, en la Facultad de Filología de la Universidad Complutense, en unos diálogos con los estudiantes. "Creo que ese contacto es quizá lo más relevante de este encuentro", subrayó Rey Rosa. "En España casi no se lee a autores latinoamericanos que no sean best sellers. Para comenzar a revertir eso es esencial que otras voces se conozcan".

De izquierda a derecha, Rodrigo Rey Rosa, Carlos Cortés, Roberto Castillo, Erick Aguirre, María Asunción Ansorena y Eduardo Becerra, en Madrid.
De izquierda a derecha, Rodrigo Rey Rosa, Carlos Cortés, Roberto Castillo, Erick Aguirre, María Asunción Ansorena y Eduardo Becerra, en Madrid.M. ESCALERA

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