EE UU pacta entregar el control de Faluya a cuatro generales de Sadam
Diez soldados estadounidenses mueren en varios ataques de la resistencia iraquí
Aviones de combate de EE UU bombardearon ayer objetivos en la localidad rebelde de Faluya poco después de que los marines anunciasen que se replegarán de la ciudad para ceder el control a fuerzas iraquíes bajo mando de antiguos generales de Sadam. Diez soldados estadounidenses murieron en varios ataques, uno de ellos con coche bomba en el sur de Bagdad que costó la vida a ocho militares. En abril, el mes más sangriento desde que comenzó la invasión, han muerto 126 soldados, el 20% de todas las bajas en combate durante el año de guerra.
Los nuevos combates en la ciudad, situada 50 kilómetros al oeste de Bagdad, se produjeron cuando aviones de combate bombardearon tres áreas de Faluya, sobre todo el distrito de Golán, al norte, donde se han producido en los últimos días los más violentos enfrentamientos entre los marines y los insurgentes iraquíes.
No estaba claro anoche cómo estos nuevos episodios de violencia podían afectar al acuerdo anunciado ayer sobre el terreno por oficiales de los marines para que las fuerzas estadounidenses sean reemplazadas por soldados iraquíes, bajo mando de cuatro generales del antiguo Ejército iraquí, que se encargarían de enfrentarse a los insurgentes y estabilizar la situación. Las fuerzas de EE UU que mantienen el sitio sobre Faluya anunciaron una retirada de las áreas urbanas para preparar el terreno a las fuerzas iraquíes. La confirmación de la retirada marcaría un cambio de estrategia en la batalla por el control de la ciudad leal a Sadam Husein y situada en el corazón de la resistencia suní.
Este último plan, que comenzará a aplicarse en la noche del viernes al sábado, emergió después de tres días de negociación entre comandantes de EE UU y cuatro antiguos generales iraquíes, según explicó el teniente coronel Brennan Byrne, comandante del primer batallón, del quinto regimiento de marines en Faluya. Los generales señalaron que reunirán una fuerza de entre 900 y 1.000 iraquíes, musulmanes suníes, que podrán reemplazar a los estadounidenses en la línea de frente. El nuevo "Ejército de Protección de Faluya", dijo Byrne, deberá responder ante el general James Conway, comandante del primer cuerpo expedicionario de marines. "Traerán a antiguos soldados iraquíes comprometidos a luchar y mantener la paz en Faluya", dijo Byrne, quien explicó que la idea es que toda la ciudad acabe bajo control de las fuerzas iraquíes. "Esta gente sabe que ha sido derrotada", dijo, en referencia a los insurgentes, el capitán James Edge, que actuará como enlace con las fuerzas iraquíes. "Este plan es una opción que les permite salvar la cara", agregó.
Uno de los cuatro generales era Salah Abud, hombre de confianza del ex presidente Sadam Husein, vicecomandante en jefe de las fuerzas iraquíes tras la guerra del Golfo de 1991, que participó en la negociación del alto al final de este conflicto.
En Bagdad, los portavoces militares estadounidenses anunciaron la muerte de 10 soldados, ocho de ellos en la explosión de un coche bomba en un suburbio del sur de la capital. Cuatro soldados de la primera División Acorazada resultaron heridos en el mismo ataque. Los militares formaban parte de un equipo encargado de desactivar las bombas colocadas junto a las carreteras, una de las armas más utilizadas por la guerrilla. Un soldado murió ayer en Baquba, al norte, por uno de estos explosivos. En Bagdad, un soldado de la primera División de Caballería murió en un ataque con lanzagranadas contra una patrulla.
Estos ataques han elevado hasta 126 el número de soldados muertos en combate en abril, con lo que este mes se ha convertido en el más sangriento desde que el presidente Bush declaró el final de las operaciones de combate en mayo. En abril se produjo el 20% de las muertes de soldados de EE UU desde que comenzaron los combates, en marzo de 2003, y han muerto más militares que en las tres semanas que duró la invasión.
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